Publicado por DV & archivado en Burgos, Lucha, Memoria Histórica, Miranda de Ebro.

Ayer miércoles, 8 de octubre de 2014,  compañeros. familiares y amigos de Félix Padí­n se dieron cita en Miranda de Ebro para despedir a un militante libertario que tras casi un siglo de lucha, nos ha dejado.  Un hombre imprescindible que luchó durante toda su vida y que tuvo que enfrentarse a todos los régimenes por los que ha transcurrido la Historia reciente de nuestro paí­s, superando incluso los horrores de verse recluido en el tristemente célebre campo de concentración de Miranda de Ebro.

Félix Padí­n

Un hombre imprescindible para sus compañeros, sus amigos y su familia, pero sin duda, un ser humano hecho de una pasta especial cuya memoria es imprescindible para todo aquel que entienda el verdadero significado de la palabra libertad. Publicamos desde DV el comunicado leí­do ayer por la CNT de Miranda de Ebro en el homenaje realizado al compañero Félix Padí­n.

Bertolt Brecht decí­a que hay personas que luchan un dí­a y son buenas, otras que luchan años y son aún mejores, y luego están los que luchan toda una vida: esos son los imprescindibles.

Ayer se fue un imprescindible. Porque Félix Padí¬n era imprescindible para su familia. Imprescindible para el sindicato de la CNT y sobre todo imprescindible para todo aquel que entienda el verdadero significado de la palabra libertad.

Se fue como vivió, con entereza y dignidad, dos valores que rebosaba y que nos deja como ejemplo. Su vida, hasta sus últimos dí­as ha sido un testimonio de la historia de España, de la historia de la CNT, y por tanto, de la clase trabajadora.

La injusticia, esa enemiga a la que combatió sin descanso durante 98 años, no tardó en hacerle hervir la sangre. Con 14 años no dudo en afiliarse al sindicato. Tampoco dudo en organizarse en ateneos o en participar activamente en las huelgas obreras. Pero por encima de todo, no dudo cuando hubo que combatir con las armas en la mano al fascismo, anteponiendo el ideal colectivo a su propia vida.

Los que sembraron esta tierra de barbarie le hicieron pagar cara su coherencia y compromiso pero ni siquiera los años que pasó en el campo de concentración pudieron apagar la llama revolucionaria que latia en su corazón. Le torturaron, paso hambre, frio y enfermedad. Sufrió en carne propia hasta qué punto puede llegar la crueldad de la sinrazón humana. Pero nunca se doblegó, siempre firme, siempre en pie.

Porque Félix, tú tení­as algo que ellos nunca podrán tener: dignidad, y tu amor por la vida fue más fuerte que el odio que te profesaban los asesinos. Siempre recordabas lo vivido en aquellos dí­as grises con una frase: “Nos vencieron, pero no nos convencieron”. Y los que te conocimos, nunca olvidaremos estas palabras porque demostraste dí­a tras dí­a que eran ciertas.

Durante décadas, en clandestinidad y muchas veces en solitario, pusiste todo tu empeño en reconstruir lo que quedaba de la CNT y arrimaste el hombro cuando cualquier compañero, sin importar siglas, necesitaba una mano. De esas manos de verdad, de las que solo prestan en momentos difí­ciles los COMPAÑEROS con mayúsculas. Y Félix Padin, era eso: un compañero con mayúsculas.

La tierra te negó la justicia por la que luchaste hasta la extenuación, pero la historia es tenaz, como eras tu, y llegara ese dia en el que todos los héroes anónimos tengáis el lugar que merecéis en el pedestal del pueblo.

Podrí­amos hablar mucho sobre tu figura, pero las palabras se quedarí­an cortas. Militante incombustible, seguirás siempre con nosotros en esa CNT a la que diste tu vida y que dio sentido a la tuya. Tu cuerpo nos ha dejado, pero tu ejemplo será ya siempre eterno y nos ayudara a continuar avanzando en este arduo camino hacia el final de la explotación del hombre por el hombre, aunque tu herencia será difí­cil de igualar.

Como tu humildad siempre te hizo sentirte incomodo ante los elogios y los muchos homenajes recibidos, hoy desde aquí­ queremos decirte, que pese a que a partir de ahora será más difí­cil porque dejas un hueco enorme en nuestros corazones, intentaremos rendirte el único homenaje que tu querí­as: seguir luchando.

Amigo, compañero, padre,… volveremos a vernos y allí­ estarás como siempre, preparado para otra revolución!!!

Un Comentario para “Félix Padí­n: un hombre imprescindible para la libertad”

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