El 22 de marzo de 1984 cuatro militantes de los Comandos Autónomos Anticapitalistas eran acribillados a balazos en la donostiarra Bahía de Pasaia. En aquella histórica emboscada criminal los cuerpos policiales solo dejaron con vida a uno de aquello autónomos. Reproducimos a continuación la entrevista con Joseba Merino, único superviviente de aquellos hechos, recogida en el libro Por la memoria anticapitalista.
Los sucesos vividos el 22 de marzo de 1984 en Bahía de Pasaia constituyen uno de los expedientes más oscuros de la llamada transición política. Los militantes de un comando autónomo que venía de cruzar la frontera con Francia fueron detenidos y acribillados a balazos por la Guardia Civil, a pesar de que se encontraban ya arrestados y desarmados.
Aquellos hechos pusieron prácticamente punto y final a la experiencia de lucha que había surgidos desde la autonomía anticapitalista, entendida esta como auto-organización desde la base y luchas colectivas contra el modelo de dominación capitalista. Recientemente los familiares de aquellos jóvenes militantes autónomos asesinados han logrado que su caso haya sido reabierto y han sido imputados varios policías responsables de aquel operativo.
La lucha de los Comandos Autónomos anticapitalistas y los sucesos de Bahía de Pasia son pasajes de la memoria colectiva que nunca deberían ser olvidados, en relación con ello, diversos colectivos editoriales han publicado recientemente Por la memoria anticapitalista donde se recogen testimonios, como la entrevista al compañero Joseba Merino, sobre estos y otros hechos.
Pregunta: Joseba, ¿Cómo quedasteis para ir a Pasia?
Joseba: Tenía una cita. Tenía que pasar unos compañeros, y Kurro en concreto me dijo a ver si podía pasar con ellos unos días antes, porque yo tenía que pasar en otro sitio y en otra fecha. Y bueno, yo cambié la fecha y decidí pasar con ellos. Uno o dos días antes hablamos con Rosa por teléfono y la primera vez que lo íbamos a hacer pasó algo con los gendarmes y no pudimos pasar ese día, y se paso el día 22.
P: ¿Qué recuerdas de aquel 22 de marzo de 1984?
J: Básicamente, llegamos a la bocana, y vimos que Rosa estaba en el lugar convenido, lugar que habíamos utilizado otras veces y a donde iba la embarcación. Nada más llegar puse la proa contra las rocas, y echamos un cabo a Rosa. En primer lugar desembarcó Pelitos, por el lateral, por atrás, y Kurro por la proa. En Server lugar iba a desembarcar yo. Antes de desembarcar, yo llevaba mi perra, y cuando me encontraba agachado sujetando por el lomo a mi perra, y la segunda vez que le dije a Kurro: “toma coge a Beltza”, se oyó “Alto policía” y empezaron a disparar. Entre el alto policía y los tiros no hubo lapsus de tiempo ninguno. Primero hubo un disparo suelto, que obviamente era la señal para que ninguno de los aproximadamente veinte o más txakurras que había allí se adelantase. Entretanto yo me encontraba inclinado cogiendo a la perra contra las rocas.
Se encendió aquello con focos y yo me tiré por babor. Cuando estaba en el agua di algunas brazadas y salí entre las rocas. Estaban disparando y estaba todo iluminado. Y en seguida cuando dejaron de disparar, oí que de enfrente venían dos zodiac, de la txakurrada de la Guardia Civil con focos y nos buscaron.
Cuando empezaron a disparar detrás de mi se encontraban Txapas y Pelu. A los tres minutos, más o menos, me encontraron, me obligaron a subir por las rocas, donde estaba curro con las manos en la cabeza, me puse a su derecha con las manos en la cabeza, todo acompañado de una escenografía de gritos y amenazas, os podéis hacer una idea. Seguían buscando, mientras seguíamos estando apuntados por los txakurras allí. La Guardia Civil seguía buscando a los otros compañeros, que estaban en el mar.
Enseguida, a los dos minutos, encontraron a Txapas, le obligaron a subir por donde había subido yo por las rocas y se puso a la izquierda de Kurro, también con las manos en la cabeza. Estábamos ilesos, sin armas y con las manos en la cabeza. Se acercaron tres txakurras pero sobre todo era uno el que hablaba, el que nos preguntó los nombres. Empezó por mi, le dije mi nombre, me dijo “tu eres el coronel, ponte allí”. Todo esto acompañado de amenazas, insultos, lo típico. Yo lo dije que no, que yo era Iosua. Y bueno, me puse a unos tres metros, donde ellos me indicaron. Había un txakurra que se puso enfrente de mi, con una metralleta para vigilarme, y siguió preguntando los nombres a Kurro y Txapas.
Le dijeron los nombres. Entonces se acercaron más o menos un metro de distancia. Mis compañeros estaban con las manos en la cabeza, en el borde de las rocas. Y les dijeron “os vamos a matar”. Abrieron fuego, y quedas alucinado. No esperas nada de eso, si la emboscada ya es una sorpresa, los fusilamientos todavía más. Piensas que ya ha pasado todo, que ahora viene la comisaría, torturas, etcétera. Pero bueno, todo eso ya lo sabemos. De Pelu no sé nada, me imagino que no le daría tiempo a salir de la embarcación, obviamente estaría en el mar. Yo cuando salí a las rocas tampoco vi a Pelitxo, pero tampoco vi a Rosa, y me subieron por un caminito arriba, a una camino que bordeaba la costa, me obligaron a tumbarme allí en el suelo, me cachearon y me esposaron. Y cuando estaba allí, vi cómo había una pareja a mi izquierda que estaban detenidos, un chico y una chica. Estaban con el pecho hacia el suelo. Ahí hay un muro que bordea la costa, como de unos 50 centímetros más o menos, y esta pareja estaban esposados, mirando al suelo. Había un txakurra que estaba encima de ellos literalmente con la rodilla encima del chaval o de la chavala, no sé, para que no se levantasen, y después la txakurrada utilizó a esta pareja, como justificación para la emboscada y los fusilamientos. En el sentido de que ellos, los txakurras, decían que “Alto Policía” nosotros respondimos con disparos, lo cual es falso. Y aquí tenemos como testigos a esta pareja que oyó “Alto Policía”. Claro que esta pareja solo es testigo auditivo. No es testigo visual, ellos no vieron, solamente escucharon y básicamente esto es lo que ocurrió.
Al rato de tenderme allí, me volvieron a bajar donde habían tenido lugar la emboscada y los fusilamientos, y en una embarcación de la comandaría de marina, junto con esta pareja, me pasaron al otro lado a Pajes San Pedro.
P: ¿Qué paso después de la detención? ¿Hubo malos tratos, torturas?
J: Las torturas y los malos tratos empezaron ya en el coche. Los txakurras estaban muy interesados en saber inmediatamente información sobre pisos de Eibar. Yo en ese momento no lo sabía, pero en ese mismo día habían tenido una escaramuza entre dos compañeros y la txakurrada y habían conseguido escapar. La txakurrada sabía que yo hasta un mes antes era legal, que tenía información de pisos. Entonces, por alguna razón, sabían o presumían que yo podía saber donde estaban los pisos. Obviamente, por sentido común, esta es una de las razones por las que no me fusilaron. Hay otras razones, pero esta es una, para sacarme esta información, si me matan no pueden sacarme esta información y no pueden coger a los que habían escapado, a quines ellos daban por hecho que estaban ocultos en Eibar o en algún otro piso que yo podía saber. Obviamente yo sabía que en Hegoalde estaba un compañero llamado Xavier. No sabía con quien y visto lo que acababa de ocurrir, sabía que iba a ocurrir si me sacaban esa información. Entonces, inmediatamente, cuando me llevaron a comisaría, empezaron a torturarme: la bañera, el quirófano, golpes en los testículos, lo clásico…Os podéis imaginar la responsabilidad y el terror que uno siente si sacan esta información lo que va a ocurrir a los otros. Me las ingenié como pude para poder sacar tiempo con la esperanza de que Xabier se enterase y pudiera escapar. Dando información verdadera y falsa, mezclando una cosa y otra, información que ellos tenían que verificar. Les llevó tiempo, hasta las ocho y medía aproximadamente de la mañana del día siguiente no me sacaron la dirección exacta. Xabier ya no estaba allí, Xabier se había largado pero yo no lo sabía. A las ocho y medía cuando me sacaron la información, me llevaron a Eibar. Cuando comprobaron que el piso estaba vacío saque la conclusión de que no les habían cogido.
Otra razón de porque no me fusilaron a mi y a los otros compañeros si, habrá gente que se haga esta pregunta, había otra razón. Un mes antes, el 23 de febrero, nosotros hicimos una ekintza contra el jefe GALoso Enrique Casas, miembro indispensable para que los escuadrones de la muerte tuvieran lugar, así lo entendíamos entonces, y después el tiempo nos ha dado la razón. La puesta en marcha de la reactivación de los escuadrones de la muerte, por así decirlo, fue una decisión política de Madrid, y esa decisión política no se podía poner en marcha sin el visto bueno y participación de los máximos responsables del partido y del gobierno en donde iban a tener lugar los hechos, es decir, en Euskadi, Iparralde o en Navarra.
En Euskal Herria, a mi entender, en aquella época, había dos máximos responsables, Benegas y Casas. Benegas como secretario general y Casas como secretario de organización. Aparte había más jefes, pero estos dos eran imprescindibles; su implicación era fundamental para que tuviese lugar. Para mi la puesta en marcha de los escuadrones de la muerte en Iparralde y la actuación del GEO en Hegoalde, fue determinante para que me motivase a ponerme en contacto con Antxon Haundi y pasarles factura. Aquella ekintza, en su momento –hay que trasladarse a 1984- fue un terremoto político, basta mirara los comportamientos políticos que tuvieron todos, desde la mesa nacional de HB hasta, bueno, todos los demás.
Y un mes después se les presenta la ocasión de poder presentar a la opinión pública una de las dos personas que estaban identificadas como participantes en aquella ekintza. Yo, sin ninguna duda, soy un triunfo político y propagandístico, como se llamaba antes en los medios por parte del gobierno. Y esa fue otra de las grandes razones por las que a mi no me fusilaron. A ellos también, a la txakurrada, dentro de su mentalidad, y cuando digo txakurrada también me refiero a los políticos, no les entraba en la cabeza que una ekintza de esas consecuencias la pudiésemos llevar a cabo los autónomos sin el consentimiento de ETA militar. Ellos querían estar seguros, comprobar si ETA militar había dado alguna especie de visto bueno o algo así. Y esa es otra de las cosas que ellos también tenían mucho interés en saber.
Y para eso me necesitaban vivo, y se les presento la ocasión, porque me identificaron a mí como una de las dos personas que había perpretado esa ekintza. Cuando se realizo la ekintza y nos escapamos, tuvimos un accidente con el coche, en el cruce por el cual tenía que venir la txakurrada para ir al domicilio de Enrique Casas. Ellos tenían que venir por ahí obligatoriamente. Entonces, cuando tuvimos el accidente nos quedamos justo en ese cruce, entonces con las prisas se me olvido un escáner que llevábamos entre los dos asientos delanteros. Yo ese escáner lo había comprado, aunque el de la tienda no sabía mi identidad, lo había comprado con nombre falso, sabía que hablaría, y a través de esa investigación llegaron a mí. Yo me quemé ahí, los txakurras sabían que había participado.
P: ¿Cuántos años has estado en la cárcel?
J: 17 años, 6 meses, 4 días y 16 horas.
P: ¿Cómo ha sido la salida y cómo es ahora la reapertura del caso?
La salida ha sido como esperaba. Ahora, de la situación política yo no espero nada. Para mí, política y psicológicamente hablando, todo está cada vez peor. Yo, aunque esté preso no estoy incomunicado, y sacas tus conclusiones, lo que lees, lo que oyes, una actitud crítica ante lo que ves, y no demagógica, no autocomplaciente. La situación es la que es, la veo muy mal. La ilusión, en fin, no espero nada.
Sobre el caso, bueno, por medio de los familiares y de un abogado decidieron mover el tema, obviamente hay que intentarlo aunque solo sea por molestar, no tenemos nada que perder, y a mi desde luego me sorprendió el hecho de que se aceptase su reapertura, porque yo pensaba que iban a decir que estaba archivado o que iban a buscar alguna excusa. Y solamente el hecho de que se abriese, y se tomase testimonio a algunos txakurras, es más de lo que yo esperaba. No espero que alguno de esos canallas acabe en prisión, pero tampoco esperaba que ninguno d elos criminales que torturaron, secuestraron y asesinaron a Joxi o Joxean, o que secuestraron a Marey acabaran en la cárcel. Tampoco esperaba que ninguno de esos, aunque no están todos, iba a ser sometido a juicio y, bueno, nunca se sabe, mientras haya alguna posibilidad de molestar y que se presenten además como altavoz para la opinión pública, hay que aprovecharla.
En que consisten los derechos humanos, según estos campeones olímpicos, los políticos, tanto de Madrid como de Vascongadas, este es el concepto de derechos humanos que tienen: asesinatos de personas desarmadas, la tortura, la opresión y la impunidad de la corrupción. La impunidad de los torturadores: esos canallas no están en condiciones de darnos lecciones de moral ninguna a nadie.
anónimo
Había que restaurar la pena de muerte
(por lo menos) para los delitos de terrorismo.
Postdata: otra cosa, es lo que cada uno entienda por “terrorista”.
Acebano
En 1984 nadie escapa a la Policia del Pensamiento…
menudos hijosdeputa..
Chomski
Y en 2009, creo que la policia del pensamiento se ha refinado.
copdecap
Ese es el auténtico lenguaje del Estado cuando se queda sin argumentos “democráticos”:¡ las pistolas !
Anónimo
http://www.lahaine.org/index.php?p=36848
Bat
¿Como se debería tratar este tema para que no quede impune tanto dolor y tanta destrucción por los crimenes de Estado y los asesinatos fascistas?
Ya no se respetan ni a los muertos..ni su recuerdo.
La guerra sucia comenzó hace mucho;
Y contra ésta, entre la vanguardia y la transformación…
entre las acciones radicales y los cambios revolucionarios!
Vivan los CAA!
Hasta que todxs seamos libres!
Anónimo
Interesante entrevista radiofónica realizada recientemente a Joseba Merino por A Kalimera:
http://www.akalimera.org/index.php?option=com_content&task=view&id=85&itemid=1
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!