Durante esta semana hemos asistido a la coronación de Felipe VI como nuevo Rey de España. El régimen instaurado en 1978 cierra un ciclo y pretende perpetuarse a si mismo con la adopción de un nuevo monarca proveniente de una dinastía que sirvió de bisagra de transición entre el franquismo final y el actual sistema. Entre escasas muestras de adhesión, martilleo constante en todos los medias y feroz represión a cualquier tipo de muestra de desafección, se inicia un reinado que bajo el eslogan oficial de “una España unida y diversa” representa la continuidad de un modelo político que beneficia sólo a los poderosos y a las oligarquías económicas que los sustentan.
Frente al actual debate entre Monarquía VS República, desde DV nos sumamos a los argumentos que desde tiempo atrás esgrime el Movimiento Libertario y que plantean que una verdadera transformación social no pasaría sólo por un mero cambio en la Jefatura del Estado, sino que esta sólo sería posible a través de un amplio proceso de contestación social que pondría en entredicho las estructuras del propio Estado.
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