Publicado por DV & archivado en Burgos, Explotación, Opinión.

Sin duda este 1 de mayo es diferente a todos los vividos hasta el momento. Este 1 de mayo no veremos manifestaciones recorriendo nuestras ciudades.

Pero este, sin duda, es un 1 de mayo importante ya que se avecina una gran crisis y la clase obrera debemos gritar que no seremos quién la pague otra vez.

El orden de las cosas está cambiando. Desde la llegada a nuestras vidas del COVID-19 han sido muchos los momentos de tensión vividos. En el terreno laboral debemos destacar varios puntos claves para de una vez por todas plantarnos como clase.

Una de las primeras medidas aprobadas por el gobierno fue la de conceder a las empresas ERTEs (expedientes de regulación de empleo temporal). Desde el ejecutivo esta medida se vendió como una medida para ayudar a los obreros a no quedarse sin su puesto de trabajo, era para ayudarnos pero, evidentemente, no es así (o no del todo). Esta medida lo que ha hecho es lo que en su día ya se hizo cuando se rescató a los bancos: se conceden ERTEs a empresas con beneficios para que puedan sobrellevar este momento de crisis, o lo que viene siendo lo mismo, cuando las empresas tenían beneficios se los quedaban ellas y ahora que ganarán menos colectivizamos esas pérdidas. El número de empresas que se han acogido a dichos ERTEs en la provincia de Burgos asciende a 5.077 viéndose afectadas 33.434 trabajadoras. Además hay que destacar también el papel que están jugando las ETTs en esto, no están aplicando los ERTEs dejando a muchas personas sin unos ingresos con los que pasar esta difícil situación. En definitiva la “solidaridad” de los empresarios tan cacareada por medios de comunicación es un cuento, una burla a los muertos y un chantaje miserable que la clase obrera no debe permitir.

Otra de las grandes medidas ha sido el permiso retribuido recuperable, dos semanas escasas de parón que los trabajadores deberán devolver, no te dejan ir a trabajar pero te obligan a recuperarlo, y claro, tú no decides cuando. Desde el gobierno ya han dejado claro que será la patronal y los sindicatos quienes, preferiblemente, decidirán cuándo se hace, y no creo que lo hagan pensando en lo que más nos conviene a todos si no al capital y a cuatro bocas bien alimentadas que dicen representar a los trabajadores. De hecho se han dado casos en empresas de hacer recuperar las horas justo al fin del permiso retribuido, es decir, en pleno estado de alarma.

Y sin duda la peor medida es la de no hacer nada. Desde que comenzó el periodo de alarma ha habido 3 semanas antes del permiso recuperable y otras tantas después, en las que una gran parte de la población ha tenido que acudir a su puesto de trabajo. Por poner un ejemplo, la construcción no ha podido parar ¿alguien se cree que en estos momentos es necesario seguir construyendo edificios?. El hecho de que no se haya parado todo deja claro qué es lo que importa, importa el dinero más que nuestras vidas. El hecho de ir a trabajar implica una mayor posibilidad de contagio y con ello una mayor posibilidad de muerte.

Empresas con varios casos positivos de coronavirus entre sus empleados han seguido con su actividad habitual, en muchos casos sin ni siquiera proporcionar unos mínimos controles de seguridad como podría ser la entrega de mascarillas. Pero el contagio no esta sólo en la fábrica, obra o cualquiera que sea el lugar de trabajo. Para llegar a él muchas personas deben hacer uso del transporte público, en ciudades como Burgos igual no es un gran problema, pero en ciudades como Madrid o Barcelona, sin duda el hecho de tener que usar transporte público supone una gran exposición. Una de las razones por las que se cree que el coronavirus ha tenido más incidencia en nuestro país es debido a la precariedad, dadas las condiciones laborales que hay en el estado y sumado al precio de la vivienda, la edad de emancipación juvenil es muy alta. Esto hace que padres y madres jubilados que podrían vivir aislados y de esa manera evitar el contagio (recordemos que cuanta más edad más riesgo) se vean expuestos ya que sus hijos e hijas viven aún en el domicilio familiar y deben salir a trabajar pudiendo así contagiar a sus padres.

Lombardia es seguramente la región más afectada por el coronavirus en Europa y lo es gracias a las gracias de los empresarios. Cuando estalló la pandemia los empresarios se opusieron radicalmente al confinamiento, como lo han hecho los empresarios de aquí pero con mejor resultado.

Mientras morimos los políticos y empresarios hablan de dinero, y por supuesto los medios de comunicación nos avisan de la crisis que viene. ¿Qué podemos hacer? Esta claro que la cosa se va a poner fea y también esta claro que sólo les importamos como mano de obra.
Si ellos han podido colectivizar las pérdidas de sus empresas, ¿no podemos nosotros colectivizar las empresas y que el que sobre sea el patrón?. Si nosotros paramos, se para todo.

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