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El juicio a 11 activistas pertenecientes al grupo Anarquistas Contra el Muro llegó a su fin hoy, después de cerca de tres años. Siete de lxs acusadxs fueron condenados por agrupación ilegal y por destrucción en propiedad pública a realizar 80 horas de servicio para la comunidad. El veredicto de lxs otros tres fue pospuesto para el 18 de Marzo, por haberse agrupado estas acusaciones con otras anteriores referentes a la actividad polí­tica. El activista de la AATW, Jonathan Pollak, recibio una sentencia de prisión de 3 meses con pena suspensa.

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En una sala del tribunal llena de solidarixs la sentencia se leyo en el primero juicio al grupo Anarquistas Contra el Muro. Las condenas resultaron de prisión por una manifestación delante del estado-mayor del ejército en Febrero de 2004. Ese dí­a, que corresponde al inicio de las audiéncias del Tribunal Internacional de la Haya sobre la legalidad del Muro del Apertheid. Ese mismo dí­a los activistas les habian bloqueado el paso para impedirles alcanzar una manifestación junto al Tul Karem y, en respuesta, bloquearon la calle en frente al estado-mayor del ejército y pintaron grafittis en las paredes.Pollak rechazó cooperar con los servicios suplementarios de la pena y pidio al tribunal que la condenasen a pena de prisión efectiva y no a una pena suspensa. Sus motivos los explico en una declaración leida al tribunal (ver abajo).

El juez no satisfizo el pedido de Pollak y lo sentencio a una pena suspense de 3 meses, que será aplicada si fuese condenado por asociación ilicita en los próximos dos años. El juez declaro que no impone una multa, pues sabia que Pollak no la pagarí­a.

Los miembros del grupo fueron defendidos por la Abogada Gaby Lasky, que ha sido la abogada del grupo desde hace años.

La argumentación de la defensa usada por Lasky estaba basada en los princí­pios de la desobediéncia civil y usando la ley internacional, sobre todo los tribunales de Nuremberg y de Tokio, que justifican el incumplimiento de la ley local en orden a hacer respetar la ley internacional.

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Declaración de Jonathan Pollak sobre su condena“Desde el primer momento asumimos la responsabilidad de nuestros actos. Nunca negamos, ni por un instante, que nos sentásemos en medio de la carretera. Exactamente lo opuesto – lo admitimos y explicamos porque lo hicimos. La defensa de nuestra posición giro en torno a dos ejes – demonstrar las mentiras de la policia y sus invenciones para hacer una acusación falsa, lo que el tribunal ya reconoció y los principios de resistencia civil.

En su decisión, el tribunal declaro que estábamos intentando arrastrar este juicio para la arena de lo polí­tico, lo que evitarí­a como el fuego, y mucho menos deijandose quemar. En cualquier crimen y en cualquier juicio, la cuestión de la motivación es una cuestión central. Aquello que consideran nuestro crimen es claramente de í­ndole polí­tica y así­ son nuestras motivaciones.

Si este juicio no hubiese sido efectuado por un tribunal de ocupación, en una democracia impuesta a los 3,5 millones de palestinos, súbditos a los cuales retiraron las más básicas libertades democráticas, este juicio seria sobre el Muro; el mismo muro que fue definido como ilegal por la más alta autoridad legal del mundo; el mismo muro que es usado como instrumento polí­tico en la campaña de limpieza étnica llevada a cabo por Israel en los Territorios Ocupados; ese mismo muro cuyo trazado prévio, o traí§ado establecido durante los dí­as de las acciones, estaba fuera de la ley hasta para los tribunales de Israel! No deberí­amos ser nosotrxs los tenemos que comparecer como acusados aquí­, y sí­ los planificadores y ejecutores del Apartheid israelí­.

Nuestro argumento de que a veces es nuestro deber violar la ley, el tribunal respondio que en tales momentos se debe igualmente aceptar el castigo. Esta respuesta contiene una óbvia incoheríªncia moral. La respuesta correcta seria que aquellxs que violan la ley deben esperar un castigo. Esperar, no significa de ninguna manera aceptar su legitimidad.

No me sorprende que hayamos sido consideradxs culpables. Pero a pesar de eso, no podre aceptar la legitimidad del castigo. Esto es la razón porque rechazo cooperar con la suspensión de pena, y rechazaré el servicio comunitario, igualmente.

Creo que en este estadio del juicio la defensa acostumbra a declar que esta es la convicción profunda del acusado, que él es un ser humano normal, que él está bien insertado en la sociedad civil, que trabaja en un empleo normal, etc. Yo lo argumentaré de otra manera. Afirmo que aunque esto sea mi primera condena, es improvable que sea la última. Continúo pensando que lo que hice fue necesario y moralmente correcto; que la resisténcia a la opresión es el deber de cualquier ser humano, mismo con un precio personal a pagar .

Es costumbre pedir benevolencia – no imponer una sentencia efectiva, y quedarse contento con una sentencia condicional. Yo pido que no se me imponga una sentencia condicional, y si una sentencia efectiva, visto el estado en que las cosas están cualquier manifestación que suceda en los Territorios Ocupados es declarada ilegal, deacuerdo con el sistema indiscriminado y antidemocrático de los certificados de zonas militares cerradas. En esta situación, cualquier sentencia condicional que me sea impuesta se volverá rapidamente una sentencia efectiva. Si el ilustrisimo juez considera que deberia ser sentenciado con prisión por tales actos, por favor asumalo personalmente y envieme ya a prisión.”

>>Anarquistas Contra el Muro
http://www.awalls.org

Fuentes : http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/4467

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