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Ley de Vagos y MalenatesEl colectivo de expresos a los que se les aplicó durante el franquismo la denominada Ley de Vagos y Maleantes y Peligrosidad Social hace un nuevo llamamiento para que las personas que las personas que fueron condenadas en relación a esta legislación o fueron sometidas a torturas se unan a la querella. A través de la web Tokata se puede acceder al texto í­ntegro.

A la muerte del apodado Caudillo todo el mundo sabia que bajo su mandato personal en España las instituciones franquistas habí­an violado masivamente los derechos humanos. Es perverso suponer que en las cárceles de la dictadura de la última década habí­a grandes sectores de prisioneros culpables y un pequeño sector inocente o justificable.

Este presupuesto seria antinatural porque no es histórico que las columnas franquistas (la Polí­tico¬ Militar, Judicial, Policial y Carcelera) aplicaran garantí­as democráticas o de imparcialidad a los acusados por delitos comunes o subsidiados por necesidad, y fueran inclementes y depravados con los acusados por delitos ideológicos o de conciencia.

Para que se diera esta doble circunstancia contradictoria las instituciones franquistas necesitaban un doblamiento en el estado, un ministro de justicia dictador y otro todo. lo contrario, por ejemplo comparativo. Mas concretamente el apodado Caudillo no asesinaba ni torturaba a los pobres mientras que el Caudillo malo hacia todo lo contrario con quien profesara ideas propias en la práctica. Visto así­ de simple por realista, sin entrar en casos especí­ficos desconocidos de encarcelamientos franquistas, a los dos años de la muerte del apodado Caudillo se pronuncio la ley de Amnistí­a, que aparentemente dejaba España sin culpables, iniciándose un nuevo régimen, al menos bajo la mentalidad pacificadora vindicada por los promotores.

Esta mentalidad infalible la difunden por España y el mundo entero, que por su promoción publicitaria se hartan del éxito de tan falso merito por egocentrismo oportunista. Tanto es así­ que venden su propio crimen pretendiendo su exportación al mundo entero, el invento español que no es más que una burda y grosera discriminación con las ví­ctimas del terrorismo de estado franquista. La trampa de la información explosiva enmudece a la oposición democrática, sobre todo en el interior de las cárceles efervescentes, invisibilizándola por introducción de la policí­a antidisturbios en los penales, donde la concentración de la disidencia democrática recibí­a palizas diarias por pasillos de vergajos, con la finalidad de que cambiaran de mentalidad los disidentes, que se sintieran culpables por el dolor fí­sico en lugar de inocentes por el dolor moral, la servicia del amparo, para que esa disidencia enmascarada no pudiera alterar el proyecto universal victorioso e imperioso de la existencia de culpables, otros culpables, falsos culpables, obligatoriamente los mas débiles que son los pobres y excluidos.

El franquismo les habí­a partido la vida, que troceo el borbonismo, ambos anulando su porvenir. En el mejor de los casos, para el falso humanista, esa caterva eran los sospechosos, la inseguridad, irrevisables sus causas, irredentos en la confianza, los presuntos culpables, tesis muy cercana a la coartada de la seguridad de los poderes ejecutivos y resolutivos franquistas mantenidos en ministerios y tribunales. El enorme poder no revisado del franquismo considero provecto el tumulto por los derechos humanos, asomado por el grito en las prisiones, extirpado con ese viscoso regocijo en el que retoza el desalmado por su ofensa a las ví­ctimas. La enorme calumnia huracanó en la maledicencia del aire pútrido desde las entrañas del olor de la España borbónica, algo tan hueco como la oligofrenia institucional, sufriendo la justicia y la historia una gran derrota.

La obra infame consolidada del apodado Caudillo de persecución a los pobres fue asumida y administrada por el borbonismo polí­tico y sus aparatos de publicidad diaria. Pero aquí­ no se discute la ex-carcelación de los presos ideológicos o de conciencia, se acusa al borbonismo de condonar todos los delitos de las columnas franquistas y no aplicar la igualdad con las victimas de ese terrorismo. Es un deshonor administrar el crimen masivo para que este no cese, para que escale por los tiempos, para que hoy encontremos esas convulsiones. El abuso de las gentes desinformadas es también la tiraní­a, pero una tiraní­a mas impune por la ausencia de mecanismos de formación psicológica da las victimas que no pudieron oponerse a las dictadores borbónicos.

La actitud simuladora de los voceros del franquismo esta presente en esta historia que no puede cambiarse, pero si ocultarse o enmascararse que es el resultado actual. No es nada fácil oponerse racionalmente, incluso documentalmente, a tan enorme crimen, pero mientras pueda articularse con coherencia una oposición, a ese régimen vejatorio le cuestionamos el falso éxito por el que se ha proclamado el borbonismo. La lucha antifranquista sigue siendo necesaria.

Hacemos un llamamiento a los presos y expresos que sufrieron condenas por estas dos leyes (Ley de Vagos y Peligrosidad Social), así­ como por torturas bien en cárceles, comisarias, psquiátricos, reformatorios, etc. a que se unan en la querella de las ví­ctimas del franquismo.Podeis contactar enviando un mail a: boletintokata@yahoo.es

2 Comentarios para “Ley de Vagos y Maleantes: la Historia oculta de España”

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