En unos pocos días se celebrarán elecciones generales en el estado.
El objeto de este artículo de opinión es aprovechar estas líneas para pedir la abstención activa en las mismas.
Desde que cumplí la mayoría de edad he tenido que defender mi decisión de no participar en este acto llamado elecciones. He sido calificada como irresponsable en cada convocatoria. ¿Irresponsable yo?, ¿Irresponsable?, ¿Por no votar?, ¿Por no legitimar a un grupo reducido de personas a que decidan por mí en los siguientes cuatro largos años?, ¡Irresponsable!. Irresponsable sería meter un papel con el nombre de unas personas que son desconocidas para mí y pensar que ya “he cumplido con mi deber”. Irresponsable es pretender no participar de manera activa en la vida política.
La abstención activa no es más que otra forma de lucha, otra herramienta necesaria para mostrar el desacuerdo con el modelo político actual: democracia monárquica representativa.
Dejaré de un lado por hoy la palabra monárquica que tiene su miga también y me centrare en: Democracia representativa. En primer lugar decir que no es el sistema político que yo apoyo (evidentemente) pero aun así ¿A quién pretenden engañar? Las personas que gobiernan el estado no han sido votadas por nadie. Las personas que toman las decisiones no se han presentado a ningunas elecciones. Las personas que mueven los hilos de este sistema que muchos defienden no son otras que banqueros, constructores, grandes empresarios… No te dejes engañar cuando hablan de sistema político democrático representativo, mientras vivamos en un sistema capitalista tu voto no vale nada.
Por eso insisto: pido la abstención, pero la abstención activa. La abstención activa no significa dejar de meter un papel en una urna cada cuatro años. Significa no formar parte de esta gran mentira. Significa luchar cada día por tener un sistema político del que seamos parte activa.
Está claro que no es tan fácil como votar cada cuatro años pero nadie dijo que cambiar las cosas fuera fácil.
Un poco de mentalidad abierta...
La aplanadora de los extremos tiene siempre el mismo color, blanco y negro. La cantidad de simplificaciones gratuitas que se hace para cualquier votante son tan grandes que casi espero que sean hechas a conciencia y no desde una mentalidad estrecha de miras capaz de juzgar a varios millones de personas con el mismo rasero, varios millones. Conozco a personas que no votan muchas, comprometidas con su barrio, con su comunidad, voluntarias. Conozco a muchas personas que votan, igualmente comprometidas con la “política” activa, la protección de animales, los derechos de la mujer, comprometidas con las decisiones que se toman a diario a pequeña escala. Y conozco a muchas personas que no votan, y pasan de todo, van a los toros, y comen con la mano izquierda (pásmate y hasta escriben con ella).
Es de una soberbia impresionante pensar que los que piensan diferente de nosotros, están equivocados y además, todos son iguales.
Yo he votado, no he votado, he votado en blanco, en cada una de las ocasiones lo he hecho con conciencia y lucidez (como muchas personas que conozco y tú seguramente también) sabiendo que sí, que lo banqueros gobiernan, que el capital lo puede todo, pero sabiendo también que hay ancianos y personas con diversidad funcional en mi barrio, que gracias a alguno de mis votos, tienen ley de dependencia. O que algunos de mis amigos, gracias a los votos de otros, han podido casarse a pesar de ser personas del mismo sexo.
Tus ideas son legítimas y totalmente respetables, pero todas las personas que votan no son iguales. De la misma manera que todas las que no votan no lo son iguales a tí (por suerte para todos)
guachumino filipino
Lo que es pasmante es defender el voto por migajas, como la ley de dependencia o las bodas para homosexuales. Si el voto es defender esas consignas políticas que rozan el marketing del regalito en los cereales o los gusanitos, si es eso, es un pésima defensa del voto.
Venga, escurre un poco, seguro que encuentras algo mejor… Las hay mucho mejores.
Votar, pagar una cuota en una ONG, colaborar con la protectora y votar, sobre todo votar. No sois malas personas, claro que no. Pero una cosa os digo, sois los tontos de la película… sois los que han mordido el anzuelo, sois aquellos que poblaban las plazas cantando “no nos representan” pero volvieron a sus casas con el “pp, PSOE la misma mierda es”. Y yo al contrario que esos privilegiados que a los 18 lo vieron claro, también fui un tonto, un tonto que no se avergí¼enza de haberlo sido, pero que es consciente de ello.
Una cosa es votar y otra es defender el voto y peor aún hacerlo con consignas políticas que te han mostrar el cartón y que parecen sacadas de discursos de ciertos candidatos a la presidencia en plena época de paboneo y captación.
Recuperemos la política, hay mucho parado como para delegar algo tan importante.