Diversos colectivos anarquistas han dado inicio a la campaña Codo a codo. Afrontemos juntas la represión con la que se pretende mostrar solidaridad con las personas encausadas hace ya más de dos años en la denominada Operación Piñata, y otras operaciones similares que, con la excusa del anti-terrorismo, se han desarrollado contra el movimiento libertario.
Codo a codo, afrontando juntas la represión que pretende disuadirnos, inmovilizarnos, desanimarnos. Juntas, no aisladas, apoyándonos. Con la fuerza que nos procura entender las diferencias y aprender a encontrarnos en las complicidades.
Codo a codo, así es como hemos denominado esta campaña, este grito de resistencia, este nuevo desafío al poder. Un intento más de romper con el silencio, de visibilizar el conflicto social cada vez más patente a consecuencia de la agudización de la crisis estructural del sistema capitalista.
Remontamos a los antecedentes inmediatos. Una batida a base de operaciones antiterroristas desde el 2013 recorre la península. Registros, puertas reventadas, incursiones a altas horas en domicilios de compañeras, centros sociales y ateneos, detenciones y encarcelamientos con las debidas consecuencias. Todo esto decorado con una alerta mediática teñida de escándalo, palabras como «terrorismo anarquista» resuenan como un mantra ridículo pero incisivo.
Operación Columna, Operación Pandora, Operación Piñata, Operación Pandora II, detenciones del 13 de abril (2 compañeras encarceladas en Alemania a día de hoy). Decenas de personas acusadas de pertenencia a organización criminal con fines terroristas, medidas cautelares, asfixia económica, entornos políticos golpeados y señalados.
Entendemos que nos encontramos en un nuevo escenario represivo en el que las operaciones mencionadas evidencian esta deriva del concepto de «terrorismo» y las intenciones políticas que esconde. Intenciones que moldean su significado para dibujar un quórum de opinión favorable a la persecución de la disidencia, de todas aquellas que levanten la voz y se atrevan a cuestionar con sus prácticas una paz social impuesta en defensa de los privilegios de ciertos sectores de la población. Ampliando el radio de actuación del dispositivo antiterrorista hasta límites muy difusos e inimaginables hasta el momento.
El dedo acusador, en estas actuaciones judiciales y policiales, en concreto, ha recaído en carne de anarquistas y antiautoritarias pero la amenaza va mucho más allá de estos ámbitos políticos. La advertencia permanece latente y a la espera de materializarse sobre aquellas que osen rebelarse. Así lo demuestra también la detención de los dos compañeros titiriteros y el posterior escándalo suscitado, las decenas de personas acusadas de enaltecimiento del terrorismo por comentarios en las redes sociales o los raperos llevados ante la Audiencia Nacional. Todo ello inmerso en un contexto de endurecimiento del Código Penal, «ley mordaza» y demás políticas represivas encaminadas al control social, al castigo y aislamiento de aquellas que, ya sea por condiciones estructurales o por decisión política, el Estado considere irrecuperables o molestas para el correcto funcionamiento del sistema imperante.
Esta campaña tiene como objetivo hacer frente a la represión política, agrietar y hacer tambalear el muro infranqueable con el que nos quieren hacer creer que lidiamos. Pero a la vez pretende ser continuación de las estimables muestras de solidaridad desencadenadas estos últimos años. Porque tal como nos recuerda el mito de la caja de Pandora, en el fondo, siempre queda la esperanza. Así nos lo han demostrado las luchadoras que nos preceden y así pretendemos demostrarlo también nosotros.
No reculamos.
Tenemos mucho que perder porque tenemos mucho por lo que luchar.
Codo a codo, ¡afrontemos la represión!
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