Nadie ha vuelto a hablar sobre el cese del director de la cárcel de Dueñas, menos aún sobre las actuaciones del médico designado en
aislamiento, salvo lo que conocemos por los que tienen la mala suerte de caer sus manos. Lo que sí sabemos es que desde hace más de 20 días la prisión palentina de la Moraleja está aplicando la política de la dispersión.
Ya se informaba en comunicados anteriores que a raíz del recibo de instancias para poder asistir jurídicamente a los presos de aislamiento,
varios fueron conducidos a otras prisiones, concretamente 3: Juan Pe, Jorge y Sergio, y otros 2 trasladados de galería: Manuel y Adrián, el
cuál, ante este atropello se pone en huelga de hambre desde el pasado 27 de Mayo. No era suficiente este castigo pues la dirección decide el
sábado 17 de Junio su traslado a la prisión madrileña de Valdemoro. En apoyo a la firme decisión de Adrián de mantener la huelga hasta las
últimas consecuencias, 2 compañeros más iniciaron desde ayer lunes día 19, una huelga de hambre indefinida. Exigen además el cese del médico
por abuso de poder y el del director por exceso de rigor en la aplicación del régimen penitenciario. Denuncian por último la
inexistencia de actividades culturales y deportivas en los módulos FIES, exactamente en el 9 y en el 15. Estos compañeros son Emilio José
Rodríguez Pérez y Toni Chavero Mejías.
Hoy se confirma que este último ha recibido notificación para ser trasladado a Puerto de Santa María. Las razones que justifican esta
medida son las ya expuestas.
Es sorprendente cómo la dirección del centro resuelve los problemas que ella misma crea. Ahora que empiezan a conocerse las causas que generan una tensión insoportable entre los presos, que les obliga a tomar medidas extremas como la quema de colchones, las autolesiones para ser trasladados al hospital, las denuncias de lo que ocurre en este infierno…..
Ahora que hasta los medios de comunicación burgueses se escandalizan por las pésimas condiciones laborales de los sicarios de prisiones.
Ahora que algún que otro politicucho progre pregunta en el congreso de los diputados ¡Qué sucede en la Moraleja!.
Ahora el director mata dos pájaros de un tiro. Con la dispersión logra quitarse de en medio a los presos más conscientes y combativos, los
tildados de “peligrosos” por los carceleros que agradecerán con su silencio cómplice el gesto de su jefe. A la postre de lo que se trata es
de tener la tranquilidad necesaria para desempeñar sin estorbos su función represora.
La paz ha vuelto al redil. Francisco Javier Díez Colado se frota las manos.
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