Desde DV firmamos y difundimos el manifiesto en apoyo al periodismo crítico y la libertad de expresión en solidaridad con el periodista Boro LH que el próximo lunes 16 de abril será juzgado en la Audiencia Nacional
El 29 de marzo de 2014 se celebró en Madrid una manifestación que, tras ser abortada por la Policía Nacional, terminó con graves agresiones y amenazas por parte de los cuerpos policiales a varios trabajadores de los medios de comunicación y con la detención de uno de ellos.
Jorge Correa, periodista de varios medios de comunicación digital conocido como Boro LH, fue agredido y detenido por la Policía Nacional, que le acusa de atentado a la autoridad y lesiones, pidiendo para él una condena de 6 años de prisión y 6.200 euros en concepto de indemnización a dos agentes.
El contexto en el que transcurrió dicha protesta era el de los días después de las llamadas “Marchas de la dignidad”, una gran manifestación que el 22 de marzo colapsó Madrid con la participación de más de un millón y medio de personas. Esa jornada acabó con graves disturbios tras realizar los antidisturbios de la Policía Nacional una fuerte carga contra los participantes en la manifestación. Los días siguientes distintas movilizaciones se fueron sucediendo en Madrid, manifestaciones por la libertad de los detenidos, movilizaciones en el ámbito estudiantil, asambleas populares, una acampada que trató de volver a instalarse en la Puerta del Sol… Una semana de movilizaciones que fue objeto de un intenso seguimiento y cobertura por parte de los medios de comunicación.
Tras los disturbios del día 22, el papel de los medios de comunicación fue de gran importancia. Desde distintos medios de comunicación se documentó gráficamente la salvaje y desproporcionada actuación policial, las decenas de personas heridas o las detenciones arbitrarias. Este tema estuvo durante días copando portadas y noticiarios y contribuyó a crear un importante debate en la opinión pública, consiguiendo que la reprobable actuación policial fuera cuestionada por amplios sectores de la ciudadanía.
La manifestación del 29 de marzo cerraba esta semana de protestas y, como todos los días de aquella semana, los trabajadores de distintos medios de comunicación acudieron a la convocatoria para informar sobre ella. Desde el comienzo de la convocatoria la situación fue muy tensa, la actitud de los agentes fue en todo momento amenazante y provocadora, llegando a echar del lugar a manifestantes y periodistas con empujones y golpes. Esta situación no terminó una vez desconvocada la manifestación, y los agentes antidisturbios se dedicaron a perseguir tanto a manifestantes como a periodistas a lo largo de todo el Paseo del Prado, entre empujones, amenazas y golpes.
Fue en uno de esos momentos donde el periodista Boro LH y su compañera se acercaron a un grupo de personas que estaban siendo perseguidos y empujados por los agentes, con la intención de informar de lo que allí estaba ocurriendo . La reacción de la Policía al verles con la cámara en la mano fue la de tomarla a empujones con su compañera, ante lo cuál el periodista se dio la vuelta y trató de ponerse en medio con los brazos en alto para detener la agresión. La respuesta de uno de los agentes fue empujarle, y acto seguido otro agente comenzó a correr detrás de él, derribándole y tirándole al suelo unos metros más adelante. Seis más de los periodistas que trataban de documentar la agresión y la detención fueron igualmente agredidos por los agentes, causándoles distintas lesiones y llegando a dejar a un compañero inconsciente en el suelo y rompiéndoles una cámara.
Además, los trabajadores de los medios de comunicación tuvieron que aguantar amenazas por parte de los agentes,, como “te voy a patear la cabeza” o como cuando un periodista les pidió su número de identificación y un agente le respondió en tono amenazante “ven a buscarlo”.
Lo que vivimos aquella tarde fue un ataque a los trabajadores de la prensa, especialmente a los de distintos medios que ofrecieron una versión distinta de lo ocurrido aquellos días en Madrid, denunciando la violencia y el abuso de poder por parte de la Policía Nacional. En una clara represalia por las informaciones que los trabajadores de estos medios habían ofrecido aquellos días, los periodistas se convirtieron en el objetivo de la Policía en aquella movilización.
Las denuncias que varios de los periodistas agredidos interpusieron a la Policía fueron archivadas, primero alegando que “no se había podido identificar a los agentes autores de la agresión” (cosa que es totalmente falsa, pues en la denuncia constaban los números identificativos de los agresores) y más tarde con el argumento de que la carga policial “no había vulnerado el derecho a la libertad de información” de los periodistas.
En cambio, el proceso contra el compañero Boro LH continua adelante, con una petición de condena desorbitada y todo ello a pesar de existir distintos vídeos que prueban que el periodista no agredió a nadie, y que los únicos agredidos aquella tarde fueron los periodistas que trataban de cubrir la movilización.
Consideramos que aquel día se vivió un flagrante ataque contra la libertad de información y contra el periodismo crítico. Además el periodista ha sido también encausado en la tristemente celebre “Operación Araña”(operación policial realizada contra usuarios de las redes sociales por sus opiniones en internet), siendo doblemente víctima de la actual involución que se está viviendo en el Estado español en materia de libertad de expresión e información.
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