Publicamos a continuación un texto donde se analiza el archivo definitivo del denominado caso Piñata, una operación represiva que ha sacudido al movimiento libertario en los últimos años.
El pasado 31 de enero fuimos despertados por las llamadas de nuestros abogados notificándonos el archivo provisional de la operación Piñata, causa por la que 15 personas de Madrid, Barcelona y Palencia seguíamos en libertad provisional a la espera de juicio desde hacía casi 3 años (unos meses antes, las compañeras represaliadas en la operación Pandora recibían la misma noticia).
Desde noviembre de 2013 han sido varias las operaciones abiertas contra el entorno anarquista y antiautoritario, con más de 50 personas encausadas bajo la acusación de pertenencia a organización criminal con finalidades terroristas, siendo esta supuesta organización la coordinadora GAC (Grupos Anarquistas Coordinados).
Cinco años de ingresos en prisión, acoso policial, registros, violación de nuestros espacios personales y políticos, visitas a centros penitenciarios, a la ciudad de la justicia, a la Audiencia Nacional… cinco años de vidas judicializadas.
Tras recibir la noticia del archivo, no podemos evitar quedar un poco estupefactas, para nosotras es un alivio pero no una victoria, ya que siempre quedará el regusto amargo del precio que se ha cobrado la represión sobre nuestras vidas.
Tras este periodo, resulta cada vez más evidente la finalidad de este tipo de operaciones antiterroristas por parte de los cuerpos policiales, en tanto que estas consiguen sus verdaderos objetivos sin necesidad de juicio ni condena, ya que provocan nuestra desactivación; anegando de estrés, malos rollos y miedos nuestros espacios, luchas y nuestro día a día.
No queremos invisibilizar la parte negativa de estos procesos, como tampoco podemos olvidarnos de la alegría que supone ver como se tejen redes de resistencia y recibir el calor de las muestras de solidaridad que se han dado a lo ancho del globo.
Para nosotras ha sido muy importante construir junto a nuestras compañeras una respuesta activa ante una situación que lo que pretende es anular nuestra capacidad de acción, nuestra capacidad de crear herramientas de resistencia a los procesos del capital, señalando a los responsables de nuestra miseria y mostrando que podemos ser parte activa de estos procesos rebelándonos contra la imposición de sus medidas cautelares que pretenden asfixiarnos.
«Colze a colze» nace de la necesidad de señalar los mecanismos, las consecuencias y finalidades de estas operaciones, así como de dar una respuesta colectiva a estas realidades, más allá de la identidad de encausadas, ya que entendemos que estos golpes transcienden las consecuencias personales de cada una.
Pretendíamos huir de una campaña o grupo solidario al uso, planteando nuestro trabajo alrededor de los ejes que consideramos relevantes a señalar y profundizar: la judicialización de nuestras vidas, la creación y la necesidad del enemigo interno, el rol en todo esto de los medios de comunicación de masas así como el papel de los cuerpos policiales y la necesidad de defender nuestras formas de organización y lucha.
Creemos importante continuar con la campaña a pesar del archivo; ya que consideramos que profundizar en estos ejes, así como recoger la experiencia y el trabajo hecho a raíz de esta oleada represiva, nos parece una responsabilidad personal y colectiva.
Sin obviar hacer un traspaso de nuestro aprendizaje a las futuras generaciones de cara a otros golpes represivos buscando generar formas más sanas de, codo a codo, afrontar la represión futura.
¿Y a partir de ahora qué?
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