Durante esta semana se cumple el quinto aniversario de los acontecimientos que marcaron el desarrollo de lo que ha venido a conocerse como el conflicto de Gamonal. Una revuelta que hizo que las frías jornadas de aquel enero de 2014 se calentaran al fragor de una de las protestas vecinales más intensas que se han vivido en nuestro país.
En estos días se celebra el quinto aniversario de las protestas vecinales que en enero de 2014 hicieron que Gamonal se convirtiese en el epicentro informativo del momento. A un lustro de aquel conflicto, mucho se ha hablado ya de la movilización vecinal contra las obras del famoso bulevar de la calle Vitoria y las razones que hicieron que miles de personas se echasen a las calles durante aquellos intensos días. Desde aquel del 10 de enero en la que comenzaron los primeros enfrentamientos entre vecinos y fuerzas policiales, hasta la tarde del 17 de enero en la que Javier Lacalle anunció en rueda de prensa la paralización definitiva de las obras del bulevar, a pesar de que en aquella misma mañana el pleno del ayuntamiento que él presidía había votado lo contrario, se sucedieron numerosos acontecimientos que tienen un común denominador: el empoderamiento de un barrio que estalló antes el hartazgo que suponía la realización de una obra faraónica en uno de los momentos más dramáticos de la crisis económica.
Una de las claves que permiten comprender el éxito vecinal en este conflicto es sin duda la capacidad de las protestas de superar el propio ámbito local, con numerosas manifestaciones de apoyo no solo en ciudades cercanas como Palencia, Valladolid o Aranda; sino en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza, donde los incidentes registrados incrementaron la atención sobre lo que estaba pasando en el barrio burgalés. Las protestas, que comenzaron poniendo el foco de atención en la especulación urbanística que nuevamente se cernía sobre el barrio, adquirieron un auténtico rol de epopeya social, el Fuenteovejuna del siglo XXI lo llamaron algunos, que hizo que el ejemplo de Gamonal se convirtiese en la revuelta general contra la crisis económica y la manipulación política. En definitiva, Gamonal fue la insurrección vecinal que ante las condiciones sociales exasperantes muchos deseaban que se desatase (y pocos se atrevían a iniciar) y que terminó surgiendo en el lugar menos esperado posible.
Pero también, sin duda alguna, como todo hecho humano el conflicto de Gamonal tiene sus luces y sus sombras: el uso partidista que del conflicto hicieron algunos partidos políticos, las condenas judiciales sobre un reducido grupo de procesados que se convirtieron en chivo expiatorio, o el inevitable enfriamiento de la movilización social que el paso del tiempo ha impuesto tras aquellas protestas. Y es quizás en este periodo de relativa apatía social, donde se siguen produciendo desahucios, avanza el coco de la extrema derecha y los problemas urbanísticos del barrio siguen sin resolverse (en realidad continúan siendo los mismos desde los años 60 donde el máximo beneficio de los constructores fue el único criterio de planificación urbanística), es cuando debemos invocar a aquellas jornadas en las que Gamonal se convirtió en un símbolo de resistencia y solidaridad para miles de personas.
Ese es el espíritu que Tomas Alonso, Santi Otero y Ricardo Ordoñez autores del libro Gamonal, la chispa que enciende la revolución, impulsado a través de una campaña de micro mecenazgo y que será publicado en los próximos meses, pretenden implementar a través de un trabajo donde se recoge la memoria gráfica de un conflicto que removió los corazones de todo el país y del que tenemos que sentirnos orgullosos.
Y, si tenemos que hablar de lo que aún queda de aquellas protestas de enero de 2014 en el barrio de Gamonal, nos tenemos que referir sin duda al Centro Social Recuperado que fue ocupado y devuelto al barrio durante el transcurso del conflicto. Durante estos cinco años ha realizado un sinfín de actividades, entre las que destaca una interesante campaña Fuera salas de apuestas de nuestros barrios con las que se pone el foco de atención en uno de los problemas más graves que actualmente sufren los barrios de nuestras ciudades. Sin embargo, sobre el CSR Gamonal se ha vuelto a reactivar la amenaza de desalojo por parte de la Fundación bancaria Caja de Burgos que está presionando para cerrar un espacio que durante más de 15 años dejó abandonado a su suerte.
El mismo espíritu que hizo posible que Gamonal venciese la batalla del bulevar, puede hacer que el CSR logre revertir la amenaza de desalojo y continúe siendo un espacio auto gestionado. Pero al igual que en aquel entonces, la fórmula no es otra que la movilización social y la solidaridad. Y para no olvidar lo ocurrido y seguir apostando por un barrio vivo y unido, el Centro Social Recuperado de Gamonal acogerá el próximo viernes 18 de enero el estreno de la película/documental Esto viene de largo. Historias de Gamonal, donde se recogen testimonios de los vecinos que vivieron en su propia piel aquellos acontecimientos que hicieron que Gamonal fuese desde aquel entonces sinónimo de esperanza.
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