Saltar al otro extremo del charco a través de la televisión o cualquier medio de masas desde esta pequeña península siempre ha supuesto hablar de Venezuela, pero… ¿Y Chile?.
Chile ha sido estos últimos años el milagro económico, una potencia que no paraba de crecer y ejemplo de buena economía, economía neoliberal por supuesto. El modelo chileno tiene buenos números, la quinta potencia latinoamericana, sólida, con una buena balanza comercial, un bajo desempleo y en los últimos años ha atraído muchas inversiones.
Sin embargo hace unos días el pueblo chileno se revelaba contra una medida de su gobierno: Una subida del precio del billete de metro, la cuarta en menos de un año. Frente a la indignación que iba creciendo, el ministro de economía anuncia la siguiente medida:
El ministro de economía hace un descuento a los madrugadores y la indignación crece, hay quienes apuntan a que estas palabras del ministro de economía fueron la cerilla que prendió el fuego. Los estudiantes comienzan a protestar contra la subida de los precios con entradas masivas al metro uniéndose otros extractos de la población, el gobierno contra esta forma de protesta aplica violencia policial, pero la represión no da resultado. Cuando el gobierno da marcha atrás ya es tarde, las protestas han tomado las calles. Desde saqueos, enfrentamientos con militares y policía a simples movilizaciones.
Evidentemente, la violencia es lo que numerosos medios y políticos se han centrado en señalar para desprestigiar las protestas. Pero los políticos y en especial los chilenos saben cual es el problema de su país, incluso la primera dama lo sabe:
La gota que colmó el vaso en efecto fue la subida del billete del metro, pero hay muchos otros recortes y estos son la verdadera razón de las protestas. Recortes en sanidad, en educación, aumento del precio de la vivienda, del precio de la luz.. y no nos olvidemos de uno de los principales problemas de Chile: las pensiones. El problema chileno es evidente, sus números son buenos pero la mayoría de su población gana lo mismo que en Paraguay pero vive en un país con precios como los de España. El reparto de la riqueza chilena es nefasto, el 30% de la riqueza es gestionada por el 1% de la población. Chile en su zozobra neoliberal ha llegado a privatizar la gestión del agua y su población esta fuertemente endeudada. ¿Acaso no son razones suficientes para salir a la calle?.
Las pensiones
El modelo de pensiones chileno ha seguido a pies puntillas la gran receta neoliberal a excepción del cuerpo militar, del que luego hablaremos. La transición del modelo de pensiones comienza durante la dictadura de Pinochet, en 1980, y se basa en un sistema de capitalización (privatización), en vez de reparto (público). El modelo de pensiones chileno, como os podréis imaginar no es solidario, por ejemplo muchos chilenos tienen problemas para comenzar a cobrar su pensión si tienen una enfermedad laboral o bajas continuadas, no hay pensiones no contributivas y las cotizaciones son bajas.
Chile ha tenido una transición “a la española”, Pinochet también dejo también todo “atado y bien atado” y la reforma del sistema de pensiones chileno no pillo desprevenidos a los cuerpos militares que gozan de un sistema de pensiones público, al contrario que el común de los mortales chilenos. Además la gran parte de los fondos de la riqueza pública chilena son destinados a los cuerpos militares y estos no tienen obligación de declarar el destino de los fondos públicamente.
Estos días las redes sociales se han inundado de vídeos de militares disparando a civiles en chile y aplicando “violencia institucional”, también sobran las razones del porqué.
¿Suena a Chile?
Pese a que las comparaciones puedan ser odiosas, España suena a Chile. El modelo de pensiones chileno lleva años persiguiendo a España, muchos políticos neoliberales y no tan liberales han intentado por activa y por pasiva un modelo similar al chileno y continuarán hasta que el dique se rompa. Su democracia es la heredera de una clase dirigente que creció al calor de una dictadura, como en España. La brecha social ha aumentado, sí en España también. Su población ha ido perdiendo derechos, poder adquisitivo y viendo como incrementaba la carestía de la vida. Sí, sí también como en España: la luz, la sanidad…
Mientras esto pasa, los medios de aquí nos han metido hasta en la sopa a Maduro, pero pocos saben quien es Piñera y como viven los chilenos bajo su mandato…
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