Notas sobre por qué la alcaldesa ha tenido que decir no a la incineradora proyectada en Cortes y lecturas más allá de las cortinas de humo y los juegos políticos de los partidos y la prensa.
La victoria es del pueblo, solo que esta vez el juego de la política no ha querido esperar a que podamos vivirlo así, como una victoria del pueblo. Porque si lo vivimos así, el poder no tendrá otra forma que vivirlo salvo como una derrota, con el consiguiente coste político que ello conlleva y nuestro empoderamiento como pueblo. Nuestra lectura como clase debería ser: están débiles, nos tienen miedo, vayamos a por más. Crear foros y espacios horizontales para enfrentar los problemas que este sistema injusto genera, puede ser un primer paso.
Que la alcaldesa haya dado un paso atrás con la incineradora no es porque tengamos una alcaldesa y un equipo de gobierno democrático que escucha al pueblo, ni porque quiera lo mejor para la ciudad de Burgos y sus habitantes. Es porque no tenía otra opción y ha preferido adelantarse a lo que era inevitable, una escalada en la movilización popular que iba a terminar con la renuncia al proyecto por medio de la presión popular y el enfrentamiento.
Centro de Tratamiento de Residuos de Corte/ Fuente Canal 54
Recordar que lo primero que hizo fue subirse el sueldo nada más llegar al poder, nada menos que 92.700 euros anuales, puede darnos una imagen clara de los intereses de la clase política. Tampoco nos olvidamos del anterior equipo de gobierno en el señor Daniel De la Rosa que vendió los terrenos del antiguo cuartel de Artillería a la especulación y que con la mano izquierda firmó la construcción de la citada incineradora, además de innumerables proyectos especulativos para satisfacer al jefe de esta ciudad, que sigue siendo Antonio Miguel Mendez Pozo.
Intentar ver el conjunto nos puede orientar entre tanto humo y manipulación política. Para eso no viene mal echar la vista atrás de vez en cuando y recordar que el talante de la alcaldesa, ha ido cambiando según ha ido pasando el tiempo, a la fuerza ahorcan que diría el otro. Comenzó con un gobierno sólido de coalición con la ultra derecha fascista y retrograda, el cual le proporcionaba una fuerza que mostró su verdadera naturaleza dictatorial y autoritaria. Recordemos que la alianza de PP-VOX, en la que tan cómoda se sentía la señora Ayala y que la llenaba de júbilo y sonrisas, acabó con las subvenciones a la Coordinadora por la Memoria Histórica, censuró obras de teatro, películas, actividades culturales, intentó cerrar el CSR Gamonal, suprimió la bandera LGTBI del ayuntamiento y persiguió todo lo que oliera a libertad. Pues bien, ese fue su recorrido, que no intente vestirse de cordero ahora que le toca gobernar en solitario.
Ese camino se vio truncado entre otras cosas, gracias a la presión popular que se ejerció, cuando se pretendían quitar las ayudas a las ONG que trabajan con la inmigración en Burgos, además de que a VOX ya no le interesaba la coalición ni a nivel local ni estatal y se plegaron a la disciplina de partido que venía de arriba, porque tienen que demostrar que son más fascistas que los otros.
El descontento popular se extendió por la ciudad y solo hizo falta una demostración de fuerza para que diera marcha atrás. Lo cual supuso un duro golpe a la estabilidad del gobierno local y lo dejó en una posición de debilidad, que no había experimentado hasta ese momento. Además, la ruptura de la coalición y la bajada de pantalones se vivió como una victoria del pueblo solidario y una derrota del equipo de gobierno que demostró fragilidad.
Están en la cuerda floja y debemos aprovecharlo, no para trasvasar el poder a los otros partidos, sino para desacreditar al poder en todas sus formas, para recuperar espacios de autonomía sin tutela, donde organizarnos de igual a igual, donde nadie sea más que nadie. Porque como dijo un viejo anarquista: el poder corrompe y el someterse degrada. Seriamos estúpidos si conociendo los costes que acarrea la lucha y pudiendo eliminar las cadenas y los amos que las sujetan, las cambiáramos por otras de distinto color.
Aunque sincerémonos, para eso todavía queda camino, pero nunca está demás dibujar ese utopía-horizonte hacia el que queremos caminar y establecer una hoja de ruta que nos lleve hacia ella. A la ausencia de poder, hacia un mundo sin explotados/as ni explotadores/as.
La movilización contra la incineradora estaba empezando a ser peligrosa, estaba germinando algo fuerte y horizontal, popular, el descontento estaba empezando a socavar el poder y han preferido cortarlo rápidamente con el menor coste político.
Para que esto no quede en nada, y el relato una vez más lo construyan los y las de siempre, creemos que es importante poner en valor las características que iba tomando esta movilización y así afianzar-aclarar algunos conceptos que está bien tener en cuenta para futuras luchas.
Primero: el rechazo frontal que supone el NO y su fuerza política. El NO que nos une y que tiene una potencia que interesa nos sea desconocida, el NO tan desacreditado por todas las fuerzas políticas, y que es el primer punto de partida para dejar de ser fácilmente manipulables. Reafirmarse en el NO en colectivo, en la negación, ese NO abre un espacio común de escucha y tiene una potencia que no interesa exploremos y ampliemos al conjunto del sistema.
Segundo: la ausencia de liderazgos y la no capitalización de la lucha por parte de los partidos políticos, ni colectivos autoritarios.
Los primeros: gestores de este sistema y reformadores de lo irreformable. Las alternativas que tienden a dividir y enfrentar a la oposición popular, son el caldo de cultivo perfecto para el reformismo, que mantiene los sillones de la oposición y que terminan desmovilizando y restando fuerza a la movilización popular. Y mientras mantienen sus privilegios y sillones.
Los segundos: Iluminados tiránicos que pretenden cambiar la sociedad a golpe de mazo mediante el uso del poder y el maquiavelismo político.
Tercero: al ser una movilización horizontal y transversal iba a ver intercambio de opiniones, nos íbamos a ir conociendo en torno a una lucha y eso iba terminar cohesionando al pueblo frente a la tiranía del poder. Esto podía haber ampliado el horizonte hacia una crítica más radical al mundo capitalista que necesita de las incineradoras, de la clase política, de las guerras, del poder para funcionar. Eso es lo que temen de verdad, el encuentro entre iguales sin tutelas, la sociedad consciente sin roles de poder, donde automáticamente son innecesarios. Es el primer paso para que las cosas cambien, el punto de partida para cambiarlo todo, la ausencia de poder en las relaciones sociales.
Cuarto: si nos juntamos tiemblan, si no hay cabezas visibles y la movilización es realmente popular, demostramos que no necesitamos líderes, ni dirigentes y estamos construyendo esa sociedad horizontal desde ya. La lucha une y demuestra la ineficacia del poder para llegar a soluciones lógicas y beneficiosas para la mayoría, que somos los y las de abajo. Este sistema que existe y se perpetua en la sumisión, y que ya va siendo hora de hacer que tiemble desde los cimientos.
Seguro que hay muchas más lecciones que sacar, del desarrollo de estas y otras luchas. Nuestra intención no es otra que poner sobre la mesa herramientas que vemos pueden potenciar luchas socavar el poder e ir avanzando hacia ese otro mundo que llevamos en nuestros corazones y que es necesario andar hacia materializarlo.
Que hayamos ganado una batalla, no quiere decir que esté todo ganado, nada más lejos de la realidad.
Aún quedan incógnitas por resolver: ¿Dónde se va hacer?, ¿cómo?, ¿podemos fiarnos de las buenas palabras de la alcaldesa? esas en lo concreto.
En el plano general surgen otras que habrá que ir resolviendo sin demora ¿se pueden resolver los problemas a golpe de parche y no plantearnos un cambio de sistema, que no se base en el beneficio económico, en la explotación de la humanidad, de la naturaleza y ponga en el centro la vida?
¿ese cambio que necesitamos como sociedad no pasa inevitablemente por la revolución social?
Lo tenemos claro seguir en la lucha, bajar al barro, luchar desde abajo empujando en cada lucha hacia la revolución social, sin concesiones al poder, sin medias tintas, con voluntad de encuentro y entendimiento entre iguales, metiendo cuñas en las fisuras del sistema hasta resquebrajarlo. Arrieros somos.
*Anarquistas por la revolución social
NOTA IMPORTANTE:
A pesar de todo lo expuesto, En tanto en cuanto el Ayuntamiento no solicite expresamente a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León el desistimiento de la autorización ambiental que fue aprobada el pasado 9 de abril el proyecto sigue vivo y es necesario mantenerse ojo avizor.
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