Indignarse. Indignarse y rebelarse porque indignarse sin más no es suficiente. Los bancos se ríen, los políticos se ríen, los medios de comunicación se ríen. Creen que nos durará poco, que quedará en simbolismo, que será indignación de una semana. Que tiemblen. Estamos acabando con el carnaval. Tomándonos en serio el cambio de lo político, lo económico y lo cultural pasaremos de gestos simbólicos a acciones directas específicas.
Si alguien abriera un libro de historia mañana deberíamos aparecer como la generación de la urgencia permanente. De la urgencia permanente en lo importante, porque nadie más hará el papel que nos toca jugar. Ese papel es nuestro, y mientras haya abatidos en el planeta no tenemos derecho a perder la esperanza y por eso hay que seguir..
La esperanza de los pueblos se mantiene con gente profundamente libre, que suda, que trabaja, que estudia, que se prepara y que actúa aquí en la calle para el cambio.
Algunos dicen que esto son burbujas de gaseosa, demostraremos que no. Esto se va a convertir en una compleja red. Red de apoyo, red de gente, red creadora.
La debacle izquierda-derecha ha abierto la puerta a lenguajes más claros: Los de arriba y los de abajo. Los explotadores y los explotados.
Sabemos ya que las dos caras políticas del mercado especulativo son iguales. Ninguna es menos mala que la otra. Por eso vamos por buen camino. Vamos por buen camino.
Buen camino no es sinónimo de fácil y aquí va a haber que sudar. Mirad:
1- Los medios nos desinforman. Habrá que crear otros nuevos.
2- Seguramente nuestras generaciones hemos vivido más protegidos que nuestros padres y abuelos y se nos ha olvidado la historia conquistada en siglos pasados. Habrá que estudiarla de nuevo.
3- Muchos tenemos hipotecas y fuerte dependencia de los bancos. Habrá que idear economías compartidas y solidarias de alguna forma creativa y ésta economía de la plaza es nuestro primer ejemplo. El primero de otros nuevos que vendrán.
4- Nuestro consumo seguirá sosteniéndoles por ahora. Compartamos coches, abramos casas, comencemos a vivir en éstos ambientes ese sueño nuevo que reivindicamos para las instituciones.
El sueño no acabará. Varias razones:
1- Estamos cambiando nuestros individualismos por cohesión en grupos de reflexión y de acción.
2- Estamos extendiendo las razones para indignarse a otros países que ya comienzan a gritar.
3- Estamos dejando a un lado nuestras diferencias, aun teniendo cada uno nuestras propias ideologías, porque es el único modo de cambiar esto.
4- Estamos recuperando el tejido asociativo que ha sido desmembrado intencionadamente desde hace 35 años.
5- La historia nunca se estanca aunque tarde 500 años.
No estamos en una época de cambios sino en un cambio de época.
El mundo que conocemos está cambiando y con el esfuerzo de todos será mejor. Este sueño apenas está comenzando.
Joaquín Sánchez
Anónimo
Pues algunos medios de comunicación locales ya están allanando el terreno para que lo de la Plaza Mayor sea desalojado en cuanto pase el domingo como mucho, y sobre todo antes del miercoles que vienen los inspectores de lo de 2016.
Mucha atención cuando llueva ,o de madrugada estos dias.
Anónimo
Si nos echan, volveremos, tomaremos otras plazas…