El pasado domingo se celebró la fiesta de la democracia representativa en la región de Castilla y León. Pese a la resaca que nos ha dejado analizaremos los resultados como ningún medio los analiza, contando habitantes no votos.
Cerca del 40% de la población, exactamente un 38,31% no ha querido elegir representante, ya sea mediante la abstención, el voto nulo o el voto en blanco. La participación en estos comicios ha sido ligeramente inferior a los anteriores, en Burgos 3 puntos porcentuales por debajo de las anteriores. Tal vez alguno se haya cuestionado la necesidad de ir a votar si dentro de un año tendrá que volver a hacerlo. Pero no olvidemos que estos comicios eran importantes, los políticos se juegan “el botín”. Lo normal es que los representantes políticos saquen las tijeras y hagan las políticas que no gustan a nadie al principio de su mandato y terminen gastando todo lo posible al final, para que el elector se quede con buen sabor de boca. Sensación que le obligará a votar por el actual gobernante en los siguientes comicios, el cortoplacismo electoral es tan insultante como efectivo.
Pese a que el PP se ha erigido como el ganador de las elecciones, la triste realidad es que tan solo ha recibido el apoyo de 2 de cada 10 habitantes, exactamente un 19,58%. El PSOE lo hizo con un 18,72%, VOX lo ha hecho con un 10,98% y UP con un 3,17%. Cabe destacar la escalada de la extrema derecha. Pese a que Castilla y León lleva más de 30 años votado siempre a la derecha, esta vez el auge de la extrema derecha es muy preocupante. El discurso contra la inmigración, la Memoria Histórica o la violencia de genero ha calado hondo en 1 de cada 10 habitantes.
En la provincia de Burgos las personas que no han elegido representante son ligeramente superiores a la media de la región, un 38,80%. Al igual que en la ciudad de Burgos, en la provincia de Burgos el partido más votado fue el PSOE con un 20,21%, seguido del PP con un 19,19%, VOX con un 10,28% y UP con un 3,86%.
De estas elecciones cabe destacar la irrupción de las asociaciones que conforman la “España vaciada” y que se han constituido como grupos de electores. Este nuevo “provincionalismo” ya ha sido clave para formar gobiernos y de seguir creciendo lo será aún más en el futuro. En Soria se podría decir que ha arrasado y ha lastrado los resultados de los partidos del ala izquierda en mayor medida que los del ala derecha.
Si finalmente se consolida un gobierno de PP+VOX, desde el punto de vista de la democracia representativa, gozará de una amplia mayoría. Pero en la realidad tan sólo representan a 30 de cada 100 habitantes de Castilla y León y a 29 de cada 100 burgaleses. ¡La democracia representativa funciona!, ¡así funciona!.
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