Ayer nos despertamos con un nuevo asesinato: una mujer moría a manos de su exmarido. Más allá de la tragedia que esto supone para familiares y amigos debemos pensar en la tragedia que supone para nuestra sociedad. Desde hace un tiempo nos estamos “acostumbrando” a que haya titulares de prensa similares: “una mujer muere a…”, ” una mujer maltratada..” “una mujer violada..”
Cuando un hecho como este ocurre la gente culpa a instituciones, policías, jueces y políticos. Políticos que a su vez sacan tajada de estos sucesos dramáticos dado que no participan en los actos de repulsa como uno más si no que aprovechan para hacerse ver como hizo ayer el alcalde de Burgos.
Ahora bien, vayamos más allá. ¿Es justo culpar a quién culpamos? ¿No somos nosotros los culpables? Cada vez que una persona abusa de otra la sociedad ha fracasado, cada vez que consentimos que se perpetúe el patriarcado hemos fracasado, nuestro entorno, nuestros amigos, en cierto modo todos podemos evitar estas situaciones. Las ansias de propiedad sobre un individuo no son de un día para otro son millones de pasajes en familia, amigos, con vecinos, por la calle, con compañeros de trabajo. Momentos que nadie quiere ver y todos intentamos esquivar.
Ayer fue un mal día para Burgos, ayer fallamos todos.
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