Tras el último golpe represivo en el Estado Español, el balance de la tan desastrosa y desmedida “Operación Piñata” nos deja con 5 compañeros secuestrados en la cárcel. Ante su represión, nuestra solidaridad y acción directa. Que las rejas no nos separen y que el miedo no nos paralice.
Es digno de admirar la respuesta que nuestros amigos y compañeros tuvieron en el momento de las detenciones, mostrando apoyo en la calle con una movilización el mismo día y el día que salimos y habiendo detenidos y enfrentamiento con la policía. Desde el primer momento de las detenciones, la gente se puso manos a la obra para que a los detenidos no nos faltara de nada y deciros a quienes estuvisteis al pie del cañón que así lo percibimos desde dentro y con esa sensación el resto que, no tuvieron la misma suerte que nosotros, se marcharon al Centro de Exterminio de Soto del Real. Por insignificante al exterior que parezca, detalles como el acudir a protestar y recogernos a las puertas de la Audiencia Nacional, son gestos que desde dentro hacen sentir que no estamos solos y seguramente a quienes se tuvieron que ir a Soto les hizo afrontar la noticia de otra forma. Es un acto de valentía quienes han dado la cara a sabiendas de que se podían producir más detenciones.
Esta carta pretende ser un llamamiento a la calma, la solidaridad, la fuerza y el ánimo a todos los compañeros, familiares, encausados y presos que se han visto afectados por la última redada contra los anarquistas. El golpe no ha sido sólo para quienes nos enfrentamos en carne y hueso a las graves acusaciones y construcciones policiales y judiciales a las que hemos sido sometidos, si no que afecta al conjunto del movimiento que se ha visto envuelto en una ofensiva contra nosotros iniciada alrededor de 2011 con el encarcelamiento de un compañero anarquista en Madrid y agudizada en Barcelona y Madrid desde el encarcelamiento de Mónica y Francisco, la Operación Pandora y ahora, hasta nueva orden, la Operación Piñata.
Es lógico que procesos de este tipo los vamos a ver repetidas veces y es algo rutinario y cíclico en la lucha cuando se trata de mantener y generar proyectos constantes y que vayan a la raíz del problema: EL ESTADO
En cada caso represivo y en cada momento político, histórico y por qué no, personal, cada colectivo o individualidad encara estos procesos de una manera diferente y con unos tiempos distintos. Tenemos que ser conscientes que el asumir la represión como parte inseparable de la lucha es un proceso que se aprende con el tiempo y que cada persona es capaz de asumirlo a un ritmo diferente y con más o menos dificultad. Tratar de normalizar que entren en tu casa, que te puedan torturar, que secuestren a los tuyos, que golpeen en manifestaciones, que te apliquen la ley antiterrorista o que lo primero que veas después de tres días encerrado sea la cara del juez Velasco, no es plato de gusto para nadie y es plenamente comprensible lo traumático de esta situación. Todos en algún momento hemos sentido miedo e inseguridades y gracias a ese miedo podemos gestionar las reacciones que tenemos frente a los riesgos que tomamos. El miedo es algo natural que nos permite actuar en situaciones límites o de estrés y no es un problema siempre y cuando se sepa llevar. El problema deviene cuando se convierte en pánico y nos paraliza, paralizando así la respuesta en la calle y en algunas ocasiones llegando a politizar dicho miedo, haciendo de él una línea política a seguir que nos obstaculiza a la hora de tratar de golpear con rabia contra todo aquello que ha llevado a que, nuevamente, nos encontremos en esta situación. Darle respuesta a todo esto es sentir que aún seguimos vivos.
Hay una parte emocional muy importante en todo esto, obviamente porque somos seres humanos, y la tarea de “politizar nuestros corazones” no es algo fácil. Pero tras las emociones que sentimos tener la mente fría y actuar en consecuencia es algo imprescindible a la hora de responder ante estas atrocidades. Tan importante es solidarizarnos con los represaliados de dentro de las cárceles cómo de aquellos que estamos fuera, cuidándonos entre nosotros, apoyándonos y dedicando más tiempo a aquellos que puedan necesitan asumir esto más lentamente, para tirar de esto de la manera más digna y sintiéndonos orgullosos de lo que somos, generando un clima de confianza entre los compañeros y evitando que el miedo y el pesimismo se apoderen de nosotros.
Es obvio que las energías del primer día no son las que ahora nos acompañan y que hemos triplicado nuestros esfuerzos estos días para gestionar todo y que a los compañeros presos no les falte de nada y eso, a la larga, pasa factura. Es por ello que es importante dosificar las fuerzas y tomarnos nuestros descansos con el objetivo de crear una respuesta política en la calle que de cobertura a los presos y se lance como contra-ofensiva al Estado, a sus jueces, sus policías y sus medios de comunicación, para así poder transmitirlo fuera de Madrid y dentro de las mazmorras donde están los compañeros.
La intención de este escrito no es analizar, como tantas veces se ha hecho, el por qué de esto. Varios textos desde el caso de Mónica y Francisco hasta ahora han sido bien certeros a la hora de detallar los motivos de estos espectaculares golpes (necesidad de un enemigo interno, la justificación de las medidas represivas, la re-definicion de la palabra terrorismo, el miedo de los gobiernos a que se generen revueltas…). La intención de esto es algo más interno y personal y es valorar una de las cuestiones por las que el Estado hace esto, que es infundir miedo, y tratar de hacer una lectura más intima y hacia dentro para poder seguir luchando y defendiendo nuestro discurso con la cabeza bien alta.
La espectacularidad y lo mediático de las detenciones y las acusaciones tan graves a las que nos enfrentamos, hacen que la psicosis se transmita entre nosotros y que muchas veces no nos paremos a pensar que el Estado y sus pésimos guionistas han construido a su antojo un sumario más cercano a una película de ficción que a nada que se le parezca a algo judicial. La chapuza que han creado es sobretodo espectacular y mediática y los registros y detenciones a los que fuimos sometidos en nuestras propias casas y delante de nuestras caras demuestran que ni ellos se creían lo que estaban haciendo. Nadie se cree que parte de una “banda terrorista armada” (sin armas, por cierto) esté ahora mismo en la calle a la espera de juicio. A pesar de esta construcción a su antojo, las medidas de control sobre nosotros y la infraestructura que han utilizado para sus investigaciones, han sido bastante importantes y son las típicas utilizadas por parte de quienes quieren controlar todos nuestros movimientos y los de las personas cercanas a nosotros, para posteriormente degradar, descontextualizar y manipular tales investigaciones a su antojo, utilizando seguimientos a pie, en coche, micrófonos ambientales, dispositivos en coches o los pinchazos telefónicos en contra nuestra tergiversarlo como ellos han querido. En absoluto los anarquistas queremos ganarnos su respeto, pero creemos que manipular nuestros datos a su antojo es tendencioso y resta credibilidad. Ante todo somos lo que somos y no queremos escondernos.
Lo importante de todo esto es poder aprender de las experiencias, tratar de superar las adversidades, confiarnos y prepararnos política y emocionalmente para esto. Sólo la reafirmación ante casos como estos podrá hacer que estemos orgullosos de todos nosotros y de lo que proponemos, creyéndonos firmemente que la anarquía es la única vía para encontrar la igualdad entre las personas, sin jerarquías, sin líderes, con autonomía y sin gobierno. Es imprescindible e inherente al anarquismo organizarse contra el Estado y todo lo que en él se entrama y defendernos de cualquier ofensiva contra nosotros, demostrando claramente que quienes preparan estas redadas y estas lamentables operaciones, son la banda organizada más grande y peligrosa que ha existido siempre: EL ESTADO y dejando más que evidente que dicha banda de asesinos, torturadores, secuestradores, jueces, policías, medios de comunicación etc… compuesta de ignorares, tratan de atacar bajo el mismo patrón a los anarquistas que a otro tipo de organizaciones o estructuras jerarquizadas, dejando ver que no tienen ni idea de lo que significa las ideas anarquistas y aprovechando así para degradar y desvirtuar los ideales libertarios por los que abogamos. Nosotros no tenemos lideres, no mandamos y no obedecemos. Cientos de años de historia anarquista, apunto de ser borrada de las mentes de muchos y censurada de todos los medios oficiales, demuestran que la forma organizativa de los anarquistas es horizontal, sin poder, sin democracia, sin totalitarismos, con igualdad. Tratar de convencernos ahora de lo contrario, es inútil además de analfabeto. Gracias a la democracia nos encontramos en el punto actual y es a la democracia a quienes tenemos que destruir como sistema dominante.
Quieren acabar con la solidaridad y hacer que los presos se olviden, quieren acabar con el apoyo mutuo, la autogestión, las redes de apoyo, la acción directa… en definitiva, quieren acabar con los anarquistas y renunciar a cualquiera de estos principios y objetivos es renunciar a nuestras vidas. Las coordinaciones y los espacios de confluencia entre nosotros son mas importantes ahora que nunca. Si el objetivo de la represion es ese, una buena respuesta es organizarse y empezar a asumir que dicha represión, y en mayor medida la cárcel como consecuencia, es algo que tarde o temprano puede llegar, si no a uno mismo, a nuestros cercanos. Tener consciencia de la importancia de sentirnos fuertes y orgullosos y así demostrarlo para tratar de no tirar la toalla y evitar caer en reformismos u optar por caminos más fáciles, es un camino que “nadie dijo que fuera fácil”.
Esto va para todos los compañeros a los que nos despertaron el 30 de Mayo y nos llevaban detenidos bajo la ley antiterrorista, para los compañeros que quedaron fuera con un papel no mucho más fácil de solucionar y sobretodo para nuestros hermanos presos que no tuvieron la misma suerte que nosotros. Para que sigamos teniendo las ganas y la fuerza de reírnos de todo esto y de todos ellos. Su penosa actuación teatral no tiene nombre y la broma pesada que nos han gastado, para algunos está teniendo consecuencias imperdonables.
Para seguir con la cabeza alta y sintiéndonos orgullosos de los 5 presos, de Mónica y Francisco, de los represaliados en la Operación Pandora, de Gabriel Pombo, de aquellos que no tienen nombre, de todos los que luchan y de los que están por venir.
Sois lo que nos hace tirar hacia adelante y aquello que nos mantiene vivos. La dignidad que transmitís tras tanto tiempo de encierro, merece que nosotros desde fuera estemos hasta el final con todos vosotros.
Por una solidaridad activa y combativa alejada de oportunistas y partidos políticos que quieran sacar provecho de la represión. Porque queremos elegir por nosotros mismos como responder ante esto sin opción a que recuperen nuestra lucha.
Por la creación de espacios y coordinaciones anarquistas.
Por el debate y la difusión.
Por la creación de espacios liberados y auto-gestionados.
Por la acción directa en todas sus formas.
Por la destrucción del Estado y todo aquello que nos hace ser esclavos.
Contra la democracia… ¡¡ Por la anarquía !!
LIBERTAD ANARQUISTAS Y ANTI-AUTORITARIOS PRESOS.
ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES.
AHORA MíS QUE NUNCA: MUERTE AL ESTADO Y VIVA LA ANARQUíA
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