El pasado 1 de junio conocíamos la sentencia del caso Altatsu, donde se condena a los ocho jóvenes de esta localidad a 67 años de cárcel en total, por una pelea de bar con unos guardias civiles. Finalmente, no se les condena por terrorismo pero les aplican las penas más altas contempladas para los delitos de “desórdenes públicos” y “lesiones”.Desde que se conoció la sentencia los familiares y grupos de apoyo a los jóvenes no han parado de movilizarse visibilizando la “barbaridad humana y jurídica” como así califican la sentencia obtenida para estos jóvenes que cumplirán condena de cárcel de 2 a 13 años.
Entre gritos de Altsasukoak askatu! y mucha emoción, una gran multitud recibió a las familias de los condenados que se disponían a dar una rueda de prensa en Iruñea el pasado viernes. Las muestras de apoyo y indignación por la sentencia no han parado durante estos días- unas 6.000 personas se manifestaron el viernes- y se pretende que la solidaridad ante esta venganza institucional contra el pueblo vasco genere una reacción masiva en las calles, y por ello, llaman a una gran movilización para el próximo sábado 16 de junio. (La rueda de prensa que se puede ver íntegramente en Ahotsa.info )
Además de las penas de cárcel, por la vía de responsabilidad civil deberán indemnizar al teniente con 9.200€ por lesiones, al sargenteo con 3.750€ y a sus novias 6100 cada una. Por daños morales, se le fija una multa de 45.000€ a pagar a la novia del teniente y 25.000 para la novia del sargento.
El tribunal que preside la magistrada Concepción Espejel, les impone estas penas ya que considera que estos jóvenes actuaron “movidos por la animadversión y menosprecio a la Guardia Civil y por motivos claramente ideológicos”. Es por este motivo, que no considera que los hechos acaecidos en la madrugada del 15 de octubre de 2016 fuera una pelea de bar y los vincula con el movimiento Ospa (Fuera de Aquí). Asimismo, no se puede probar que las agresiones tuvieran la intención de subvertir el orden constitucional o de provocar terror en la gente, por lo que no se les puede condenar por terrorismo.
Para tensar más la situación, esta mañana la Guardia Civil detenía a cuatro de los ocho jóvenes por “riesgo de fuga” ya que tienen condenas de entre 9 y 13 años; se encontraban el libertad provisional, ya que los otros tres chicos están presos desde hace año y medio. Les han llevado a Madrid por orden de la Audiencia Nacional y deberán esperar a que les lleven a prisión cautelarmente si así lo dictamina el tribunal.
Las primeras reacciones ante estos abusos ha sido una concentración frente al Ayuntamiento de Altsasu y a la tarde hay convocadas dos movilizaciones: una rueda de prensa a las 17h. y una manifestación por las calles de la ciudad a las 20h.
Desde este medio queremos sumarnos a las muestras de apoyo a las personas sentencias y a sus familias, y condenamos firmemente esta sentencia que no es más que un revanchismo fascista que emerge de las cloacas de la Audiencia Nacional.
A continuación, reproducimos el comunicado de la Plataforma ALTSASUKOAK ASKE
Ignominia, barbaridad humana y jurídica, injusticia, venganza de psicópatas, horror, aberración… no hay palabras para describir lo que supone esta sentencia. Han secuestrado la juventud de nuestros amigos y amiga. Quieren encerrarlos durante largos años, entre 13 y 9, en oscuros calabozos, y destrozar la vida de ocho familias de Altsasu. Se han basado en la mentira, en la manipulación, en la tergiversación, en la exageración, en la sobreactuación y sobre todo, en el abuso de poder, de un poder despótico, el de la Audiencia Nacional, el de la Guardia Civil y el de algunos medios de comunicación. Todo ello ha desembocado en la conculcación de los principios básicos que deben sustentar una sociedad sana.
Y la justicia española, ni es justicia, ni es sana. Primero, porque esto no es terrorismo. Hasta la Audiencia Nacional lo reconoce. Antes ya lo había dejado claro de manera argumentada la Audiencia Provincial de Navarra. Y si no es terrorismo, los hechos deberían ser juzgados en Navarra, no en Madrid. En cambio, la intromisión y la injerencia de los poderes centrales desde Madrid, han llevado a que los hechos ocurridos en Navarra, no se juzguen en Navarra sino en Madrid, en un tribunal especial y excepcional que desconoce y desprecia completamente nuestra realidad. Han detenido a nuestros amigos y los han llevado a Madrid y los han encerrado en cárceles de Madrid, alejados de todas sus familias y sus amistades. ¿Cómo podemos defendernos de la intromisión, secuestro y el abuso que provienen desde los poderes centrales?
La justicia española, ni es justicia, ni es sana, porque han vulnerado las garantías a un juicio justo y al derecho a la defensa. La sombra de la Guardia Civil, y no sólo la sombra, ha sobrevolado en todo este
proceso. La jueza Lamela, la instructora de la causa en la Audiencia Nacional, la que no permitió la inclusión de pruebas y relatos de testigos a las defensas, está condecorada por la Guardia Civil. La Guardia Civil ha llevado a cabo la investigación de esta causa. ¿Dónde queda la imparcialidad en la investigación de los hechos? La Guardia Civil ha detenido a nuestros amigos. Testigos y peritos han sido miembros de la Guardia Civil. Y lo que es más alarmante, la presidenta del Tribunal que ha condenado a estos ocho jóvenes, está casada con un Coronel de la Guardia Civil y ha recibido la cruz al mérito de la Guardia Civil. ¿Dónde queda la neutralidad del tribunal y de la Justicia? ¿Cómo podemos defendernos de un cuerpo y un modelo policial que en lugar de estar al servicio de la sociedad y supeditado al sistema judicial, se comporta con tales ansias vengativas y se sitúa por encima de los poderes democráticos?
Y la justicia española, ni es justicia, ni es sana, ni es garantista, porque se guía por la venganza y eleva el punitivismo a doctrina. Por un lado, como efecto más grave tenemos una lesión de tobillo, y por otro lado, tenemos provocativas penas de cárceles. La desproporción y la arbitrariedad jurídica resultan vergonzosas y terroríficas. 9571 casos similares en el año 2016 y en ningún caso con lesiones equivalentes ha habido condenas que supongan ingreso en prisión. Hoy mismo hemos conocido la sentencia sobre unos hechos similares ocurrido con unos Policías Nacionales en un bar de Pamplona y la condena máxima ha sido de dos años y medio. ¿Quién nos defiende de esta llamada Justicia vengativa que actúa con odio y contra la convivencia y los derechos humanos fundamentales?
Queremos Justicia, justicia con mayúsculas, justicia garantista, justicia enraizada en nuestra tierra, justicia que actúe al nivel de los estándares democráticos de respeto a los derechos y las libertades que prevalecen en la sociedad navarra. Por todo ello, para denunciar esta vergonzosa y indigna INJUSTICIA y para construir una sociedad y un sistema judicial democrático llamamos a la sociedad a difundir estos mensajes, a ser parte activa y participar en las movilizaciones que se realizarán en las siguientes fechas. El día 16 de Junio, por la tarde, volveremos a llenar las calles de Pamplona para pedir JUSTICIA en mayúsculas.
Gracias
En Altsasu, a 1 de Junio de 2018
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