Desde el cambio de cargos en la Facultad de Humanidades, espacio normalmente en el que nuestros actos y acciones se desenvolvían, las cosas han cambiado bastante. Hasta entonces la asamblea gozó de una libertad, más o menos, plena para la realización de actividades pero tras el desenlace de la lucha contra la implantación del espacio europeo de educación superior y las nuevas elecciones al decanato de la facultad parece ser que desde el rectorado han visto que nuestros eventos y acciones pueden ser un problema, puesto que se escapan de su control y plantean un cambio radical y una solución horizontal a los diferentes conflictos que se plantean tanto a la juventud como a la sociedad en general.
En la lucha contra Bolonia comenzó una sutil censura emprendida por el poder, la censura democrática, censura blanca. Primero se modificó la legislación universitaria para que solicitar un espacio solo estuviera al alcance de asociaciones registradas dentro de la universidad, cargos electos ( delegadxs, subdelegadxs) o algúnx alumnx con el aval de unx profesorx, cosa que hasta entonces no había sido necesaria. No se sabe si como una estrategia intencionada o simplemente como una etapa más dentro de la uniformidad y la homogeneidad de nuestro modelo social, para que nada quede suelto y todo este bajo su dominio.
Posteriormente se intentaron realizar dos actos en la facultad de humanidades solicitando el permiso de espacios, sin embargo desde el decanato todo fueron pegas y malas caras, que si “no se puede ofrecer comida en el recinto”,” cocinar es un peligro, puede explotar la facultad”… y otra cantidad de perlas más.
Valorando la situación en la que nos encontrábamos y teniendo en cuenta algún que otro debate que se había dado sobre autoridad y poder, decidimos romper con el modelo buen rollista de peticiones de espacios a los mismos que criticábamos. Consideramos que era el momento de caminar solos, de no querer ser integrados como un folclore más de esos que abundan en la universidad, además no se puede plantear un cambio radical sin morder a la institución.
A partir de entonces iniciamos un camino solos, horizontal, asambleario y autogestionado pleno, y desde ahí comenzaron los problemas. Chantajes, sesiones fotográficas y amenazas desde el decanato con expedientarnos en cada una de las actividades que realizábamos. Además recibimos una especial atención de los miembros de seguridad de la empresa Garday del jefe de seguridad de la universidad de Burgos, que en cada uno de nuestros eventos rodean, vigilan e impiden nuestra libertad y espontaneidad para llevarlos a cabo, aumento de la presencia policial en el campus y los alrededores, policías de paisano…
A raíz de las últimas huelgas en las que los piquetes han mostrado un carácter rupturista, la universidad ha sentido miedo al ser atacada y ha asumido el papel policial, facilitando datos a la brigada de información, así como dándoles beneplácito para su entrada en el campus. A su vez los medios de desinformación (Diario de Burgos, Correo de Burgos…) no han dudado en señalar a los antisistema, a los jóvenes universitarios y los estudiantes insensatos, como culpables que solo desean destrozar, criminalizando nuestras luchas ante la sociedad y buscando generar miedo en unxs y antipatía en otrxs.
Por el momento el resultado de toda esta caza de brujas es de tres jóvenes expulsados del instituto Padre Aranburu durante una semana y dos estudiantes universitarios que fueron detenidos. Ahora se encuentran en libertad a la espera de juicio en los que se les acusa de desórdenes públicos, resistencia grave a la autoridad y desacato.
Aquellxs que estáis leyendo esto pensareis: ¿si es tan simple como hacer las cosas por la vía legal, por qué no solicitais espacios u os registrais como asociación? Eso es precisamente lo que nos irrita, tener que acatar la autoridad, la norma que han decidido otros y adaptarnos a sus reglas del juego. Llevamos toda la vida delegando nuestras responsabilidades en otrxs y asi nos están llendo las cosas, politicxs incompetentes, delegadxs, encargadxs, rectorxs, doctorxs y profesorxs que gestionan nuestras vidas y nos tratan como mercancías y mano de obra dócil a explotar. Jerarquías y burocracias por todos los lados pero verdad en ninguna parte.
Hemos decidido caminar solos, en ausencia de poder porque es este mismo poder el que nos somete, el que corrompe y compra conciencias, es este el que hace que surjan jerarquías y dominaciones. Solo en su ausencia podremos caminar con la verdad por delante. Ya estamos cansadxs de que nuestras vidas sean domesticadas por otrxs porque no queremos ser animadores de la universidad y que esta nos utilice como muestra de lo progresista que puede llegar a ser.
Todxs estamos pagando la matricula, por tanto la universidad la construimos entre todxs, pero en la práctica solo la pagamos y sustentamos acatando las reglas que han impuesto otrxs. Pero, ¿qué pasa si queremos tomar parte en ella como elemento activo? Queremos decidir de manera horizontal el modelo de educación, que entiende que esta no pasa por lo impuesto, sino por lo crítico y horizontal. ¿Es que acaso esto no es educación? Quizás aquello a lo que llaman educación solo es una pantomima impositiva que te enseña a ser la dócil mano de obra barata que acata la autoridad, asumiendo que tu futuro será la integración en un mundo capitalista, egoísta y sin sentimientos.
Autoorganizate con tu gente, participa en las asambleas, implícate en los conflictos. Si no lo haces tú nadie lo va a hacer por ti, ya que estas aguantando esta escoria, se critico con ella. Participa en la gestión de tu vida.
Deja una respuesta