Publicado por DV & archivado en Centros de menores.

zamNo es un Colegio, es una cárcel.
Es lo que querí­amos dejar claro en el barrio de las delicias en Valladolid el sábado 18 de Diciembre, realizando una manifestación hasta la cárcel de niñxs Zambrana.


El acto comenzó a las 12 de mediodí­a en la plaza del barrio, donde se repartieron 2 textos, uno denunciando las cárceles de adultos, como elemento inmovilizador para una población que cada vez deberí­a ser mas contestataria, viendo las condiciones de vida miserables a las que nos somete el capitalismo y otro denunciando precisamente que lo que ellos llaman colegio o centro de reforma, es una cárcel de niños y niñas.

El acto consistió en una actuación de teatro de calle y un campeonato de breakdance que no pudo ser al final porque a veces la autogestión conlleva dificultades técnicas. La gente del barrio estuvo muy participativa y queriéndose informar de lo que allí­ sucedí­a. Se salio posteriormente en manifestación . Una manifestación en la que la policí­a tomo una actitud que fue la de siempre (represiva y provocadora). Pero con más contundencia que en otras ocasiones desplazados todos aquí­ para defender el negocio rentable que el Zambrana genera. Puedo decir que paralelamente, una “manifestación” convocada por los sindicatos del poder CC.OO y UGT colaboracionistas del sistema  no tuvo esa representación pelotera en mano que tuvimos nosotrxs. Queda claro que estos sindicatos vende-obrerxs son una parte del circo mediático socio-inmovilizador.

Terminada la manifestación bajo amenaza de carga policial, se hizo un reparto de bocadillos y desconvocamos el acto. Aunque falto bastante gente de las organizaciones sociales, hubo mucha participación de la gente del barrio y se vieron otras caras. Quedó claro porque el centro de menores Zambrana es una cárcel, y en el barrio la gente empieza a preguntarse  por qué nuestros  niñxs  acaban  bajo las manos de personas que solo ven en ellos un mero negocio y no alguien a quien hay que proteger y que es vulnerable.

No creemos en una polí­tica de “reinserción de los menores infractores” que fotocopia el código penal de adultos, ya que está más que comprobado que el sistema penal de adultos es un fracaso y no reinserta a nadie siendo solo un elemento vengativo sancionador para apartar de la sociedad lo que no interesa que se vea. Las cárceles son un aparcamiento de pobres y los que asesinan y juegan con nuestras vidas para enriquecerse no están en ellas.
Es una cárcel y no un colegio, un lugar donde existe una medicalización indiscriminada y sin ningún control, de psicofármacos de todo tipo; donde existen métodos de contención acompañados de palizas y celdas de aislamiento y donde el 99% de los secuestrados en ese lugar lo hacen por pequeños delitos contra la propiedad privada y no por asesinatos terribles como dice el sensacionalismo burgués, creando un sentimiento de crispación para endurecer aun mas las leyes y seguir negociando con la vida de nuestros niñxs para lucrar a las empresas  privadas que gestionan en mayor proporción  estas cárceles.

Estos  últimos párrafos  están  muy por debajo de lo que en realidad ocurre, pero no se puede decir todo en un texto. La reflexión es que encerrando medicando y pegando, no se educa solo se genera odio y reincidencia. Y preguntarles a los “educadores” de cárceles de menores, que si todaví­a se creen que realizan la labor para la que estudiaron, o que los 1000 euros que cobran al mes justifica que acaben convirtiéndose en unxs carceleros que custodian, controlan y reprimen la vida de los niñxs encerrados.

En breve audios y crónica completa.

Fuente: Valladolor.

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