Publicado por DV & archivado en Anarquismo, Burgos, Represión.

En esos momentos (Julio de 1936) Burgos estaba bajo una huelga en el sector de la construcción convocada por CNT y UGT a finales de junio.

Los rumores sobre una posible sublevación armada circulan por la ciudad el dí­a 17 de Julio, el gobernador civil aseguro a los periodistas que el orden público estaba garantizado.

Segun continua explicando el libro de “El Anarquismo en Burgos“, el sábado 18 de Julio se hablaba de que se habí­an sublevado los militares en Africa y en Cartagena.

A las 23:00 h. cierran los locales la autoridad y las milicias anarquistas, socialistas y comunistas vigilan los cuarteles. Hacia la una de la madrugada unas trescientas personas se dirigen al cuartel de la guardia civil de la calle morco para apoderarse de las armas sin éxito; así­ como al parque de artillerí­a. Hacia las dos y media salen las tropas, entrando los mandos al gobierno civil y declarando el estado de guerra. Pese a no tener armas el pueblo se producen pequeños gestos rebeldes, como los gritos contra los militares que patrullaban las calles y los insultos del viejo anarquista Nicanor Perez al oficial que lee el bando, siendo detenido en el momento, encarcelado y fusilado el 3 de octubre.
De esta manera se desmantelan la sedes obreras y comienzan las detenciones, encarcelamientos, sacas y juicios.

Según Antonio Ruiz Villaplana en su libro “Doy Fe”, secretario judicial en esos momentos en Burgos, la primera víctima cayo a las tres de la tarde.
-Estaba yo terminando de comer en el hotel, cuando el alguacil se presento a buscarme con carácter urgente.
Han matado un obrero- me dijo nerviosamente.

…un obrero, un pobre ayudante de albañil, que salia de su casa, se cruzo con una camioneta donde iban “legionarios de albiñana dando voces”.
-¡Tu socialista c…! -le gritaron desde el camión- ¡Grita viva España! ¡viva el ejército!
-¡Viva la república! -Contesto el obrero-. Sonaron unos tiros y el cadáver del desgraciado quedo en medio de la calle, frente a la Casa de Correos.

Al día siguiente el gobernador militar… hizo saber al juez la conveniencia de que aquellos hechos no “alcanzaran gran publicidad” en beneficio del movimiento glorioso.
A partir de aquel día, ya ni la guardia civil, ni la policía realizaron gestión alguna en esta clase de hechos.
El nuevo Estado y la nueva Justicia había empezado a actuar.

84 años después seguimos luchando y autoorganizandonos por la revolución social y la anarquí­a.