Publicado por DV & archivado en Antimilitarismo, Burgos, crónica.

Bajo este lema, durante la mañana de ayer, sábado 3 de noviembre, se reunieron alrededor de 200 personas en el pueblo de Quintanilla Sobresierra donde se encuentra la empresa Expal que fabrica armas cuyo destino es la población civil de muchos paí­ses que en la actualidad se encuentran en guerra.Numerosas personas procedentes de Burgos, Asturias, Bilbao, Cantabria, Madrid y Valladolid se acercaron a esta pequeña localidad burgalesa para poner el foco de la protesta en el inicio de la cadena de montaje de las guerras. Desde esta empresa se exportan armas a Arabia Saudi y Emiratos írabes que masacran a población civil desamparada, como es el caso de Yemen.

La denuncia empezó horas antes frente a Subdelegación de Gobierno, donde una treintena de personas convocadas por la Plataforma Burgos con las personas refugiadas, se congregaron para exigir al Gobierno que deje de ser cómplice en el negocio de la muerte y que se comprometa a bloquear dichas exportaciones a estos paí­ses. Posteriormente, se movilizaron en bicicleta desde el centro de la ciudad hasta el pueblo de Quintanilla Sobresierra, donde se ubica EXPAL (Grupo Maxam); en esta sede es donde se montan y rellenan de explosivo las bombas de aviación y proyectiles de artillerí­a que se venden a Arabia Saudita y Emiratos írabes y que, embarcadas inicialmente en Bilbao y actualmente en Santander, llegan a la guerra del Yemen. Es importante señalar que Castilla y León lidera la venta de armas al exterior con operaciones por valor de 146,8 millones de euros.

A la 13.30 tuvo lugar la marcha desde el pueblo a la empresa, momento en el cual, las movilizadas en bici se juntaron con numerosas personas citadas para la ocasión. Una vez terminada la corta marcha a las rejas del recinto empresarial, en la plaza del pueblo, se leyeron numerosos textos de denuncia de lo que supone el negocio de la guerra, de sus consecuencias macabras y de la responsabilidad que tienen los gobiernos que comercializan con estos paí­ses en guerra. Diversas personas de los colectivos concentrados se acercaron al micrófono abierto para reflexionar conjuntamente sobre esta problemática.

Desde las intervenciones realizadas, se emplazó a la gente a no dejar caer el olvido esta situación y a seguir poniendo el foco en el negocio de la guerra que genera a partes iguales, intereses económicos para quienes gobiernan y sufrimiento para la población civil en situación bélica. Interesante fue la intervención del  bombero bilbaí­no que se negó a cubrir la seguridad de un comboy de armas destinadas a Arabia Saudí­ en marzo del año pasado, Ignacio Robles, donde invitó a reflexionar sobre el falso dilema que el Gobierno ha orquestado sobre el conflicto laboral de Cádiz. No se trata de plantear que  se apuesta por el trabajo de ciento de familias o por exportar armas de precisión; lo que urge es proponer alternativas económicas y laborales para las plantillas de dichas fábricas generando otros negocios como energí­as renovables y que desparezcan estos negocios que se lucran con el sufrimiento ajeno.

También hubo numerosas intervenciones con lectura de poemas. Entre otros, se leyó el que a continuación reproducimos de una compañera.

SPA

Tú eras inocente,

no los viste saltando

la valla en avalancha,

no viste cómo su piel

se agarraba a las concertinas,

cómo se deshilachaba en huida

hacia el espanto,

más allá de los crematorios,

lejos de los drones.

Tú eras inocente,

¿cómo podí­as tú saber

que era la sangre de Okili

el lí­quido caliente que rezumaba

tu carpeta de contactos

y anegaba tus grupos de whatsapp?

Tú eras inocente,

tú solo apretabas la tuerca

contra el tornillo y era la máquina

la que giraba y giraba,

la que accionaba el dispositivo,

la que amasaba el barro,

las cenizas, las lágrimas.

Tú, dentro de tu bañera impoluta,

¿cómo lo ibas a saber?

Amalia Garcí­a Fuertes

La jornada de denuncia pública finalizó  con una comida popular que disfrutaron vecinas y activistas en un ambiente alegre y reivindicativo.

 

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