La conciliación de la vida familiar y laboral es un palabra en boca de todos los políticos, independientemente de su color, pero poco se asemeja a la realidad de la cuestión en la práctica. Lejos estamos de las medidas que tienen nuestros vecinos europeos a los que tanto señalan a la hora de visibilizar soluciones.
En Burgos , dentro de unos meses cerrará una de las guarderías públicas argumentada en un informe desfavorable de 2008,nada más que 5 años han pasado desde que dicho argumento a dejado de crear polvo en los archivos para saltar de nuevo a la palestra. Lo que antes parecía normal ahora es escandaloso y parece ser que es la concejala de Servicios Sociales, Ana Lopidanala que surge como salvadora de los pobres indefensos, dejando a los padres que han estado llevando a sus hijos/as a la guardería durante estos últimos años como auténticos inconscientes que no se han preocupado de la situación de sus hijos en el centro.
Si bien es cierto que desde el ayuntamiento y la Junta en estos años se han aventurado a la construcción de nuevas guarderías de acceso publico, deja que desear que se cierren unas(2 concretamente) para abrir otra en la que el balance real deja con menos posibilidades de acceso a ellas,menos plazas y por si esto fuera poco más caras. El nuevo año depara un aumento en los precios de las guarderías publicas de un 28,2 % con respecto al año anterior,dato que no cita la concejala en su discurso de salvación.
Los detractores de esta medida no se han hecho esperar, y la oposición en el gobierno del ayuntamiento clama al cielo porque se destinan fondos para la plaza de toros y no para restaurar la guardería, tachándolo de vergonzoso.
Aquí , lo verdaderamente vergonzoso es asumir como normal que los padres están deseosos de dejar a sus retoños a primeras horas de la mañana en estos centros para ir a trabajar y poder pagar las facturas del día a día porque es la única opción que se les queda.
Vergonzoso es que se les llene la boca con palabras de conciliación laboral , y se les diga a los padres que participen en la formación de sus hijos/as cuando los tienen que dejar a su suerte en estos centros , creando una confusión en los niños/as de vivir en dos sociedades, la de la escuela y la de después de la escuela , sin que exista una integración entre ambas.
Esto, es realmente lo vergonzoso, lo demás es el producto del sistema que se alimenta día tras día .
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