Publicado por DV & archivado en Burgos, Feminismos.

Desde CGT-Burgos, un año más, volvemos a alzar la voz contra cualquier tipo de agresión por cuestión de género. Haciendo un llamamiento a la movilización social, a la organización y a la lucha todos los días, para plantar cara, con firmeza, a este sistema neoliberal, capitalista, patriarcal y machista.

Un año más, alzamos la voz contra cualquier tipo de agresión a las mujeres por el hecho de serlo. Un año más, nos rebelamos ante las violencias que nos atraviesan en todos los ámbitos de nuestras vidas.

Este 2020 han sido asesinadas 81 mujeres, y desde el año 2010, suman ya 1094 y, aún, no lo llaman por su nombre: Terrorismo Machista.

Todos los días nos enfrentamos contra un sistema violento en todos los espacios donde se desarrolla nuestra vida, los públicos y los privados, los sociales, los laborales y los domésticos, los reales y los virtuales. Espacios por los que transitamos con miedo, donde nos infravaloran, nos ignoran, nos acosan, nos agreden, nos insultan, nos violan,….. nos asesinan….… Sí, todos los días, nos enfrentamos a la eterna unión entre capitalismo y patriarcado que no nos deja vivir en paz, que nos quita derechos.
81, son las mujeres que este año, el último día de su vida, sufrieron la violencia extrema del asesinato. ….Miles, somos las mujeres que sufrimos violencia cotidianamente, diariamente, calladamente. Una violencia, socialmente aceptada y normalizada que obliga a las mujeres a vivir en su propio encierro, en su propia cárcel.

Especialmente, queremos señalar la institucionalización del dominio patriarcal, que perpetua el miedo, la pobreza, la sumisión, la aceptación del rol de cuidadora//reproductora.

La justicia patriarcal, pone el foco en las victimas, alargando y profundizando su sufrimiento, mientras minimiza los actos de los agresores.

La sanidad, sometiendo a las pacientes a interrogatorios para acceder a métodos anticonceptivos o a abortos. Cuestionando a las personas trans, a la hora de solicitar una atención sanitaria específica. Dejando a las migrantes sin papeles sin cobertura sanitaria, negando tratamientos de fertilidad a las lesbianas.

La educación, manteniendo la división de los roles de género, negando la necesidad de una educación sexo-afectiva integral y diversa, fomentando el individualismo y el pensamiento acrítico.

El sistema económico/laboral, nos mantiene en la economía sumergida, en los trabajos más precarios, los feminizados, en los trabajos de cuidados y reproductivos en los hogares, sin reconocimiento económico.

La pobreza tiene nombre de mujer, de mujer obrera, en los sectores del textil, de la ayuda domiciliaria, de la limpieza, del comercio, reponedoras, las kelly’s, jornaleras del campo, trabajadoras del hogar.

Somos eslabones de una cadena que comienza con una mujer migrando, huyendo de la pobreza, de la violencia, de la guerra. Que se ve obligada a dejar a sus hijos al cuidado de otras mujeres, para cuidar los hijos de otras familias adineradas, convirtiéndose en las nuevas esclavas.

Al jubilarnos, no somos tenidas en cuenta por la sociedad, que no reconoce nuestras aportaciones. Nos condenan a una vida de miseria con pensiones ínfimas, a pesar de sostener la economía, el funcionamiento del sistema y los cuidados imprescindibles.

No queremos, dejar de mencionar que, cientos de mujeres en nuestro país se han visto obligadas a convivir con su agresor, durante el confinamiento obligatorio por la pandemia del Covid 19 . Sin opciones ni ayudas suficientes, no han podido escapar de su tortura diaria. Esta opresión también la padecen las hijas e hijos de estos maltratadores que ven truncada su infancia, al dejarles en orfandad, o pagando también con su vida.

El patriarcado, es el arma de este sistema capitalista, para mantenernos sumisas, divididas y calladas. Es fuente de violencia y de injusticia, frena la igualdad, el desarrollo y la paz de los pueblos.

No confiamos en la justicia patriarcal y su estructura misógina, ni en las medidas implantadas por los gobiernos. La solución, no es aumentar las penas, que solo sirve para perseguir a la protesta social y cuyo objetivo no es la re-inserción si no el castigo.

Frente a la represión y al castigo, proponemos invertir en sanidad, en prevención, en educación, en acompañamiento y ayuda a las víctimas, en protección social.
Son más eficaces 5 euros en educación y sanidad que 100 en prisiones!

Para dar la vuelta a todas estas injusticias, seguimos apostando por la auto-gestión y el apoyo mutuo, seguimos apostando por la de-construcción de la masculinidad toxica. Por la lucha diaria en todos los frentes y por la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria, más feminista y más libertaria.

POR LAS QUE NO ESTÁN, POR NOSOTRAS, POR LAS QUE VENDRÁN,
NO PARAREMOS DE LUCHAR, HASTA QUE SEAMOS LIBRES.

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