En estas fechas tan señaladas el debate sobre el consumo desmedido vuelve de nuevo a ser uno de los ejes del pensamiento crítico.
Reproducimos a continuación un texto distribuido en la Facultad de Humanidades y Educación que acompañó a un particular árbol de navidad decorado con lemas anticonsumistas.
En estas fechas tan señaladas, paseamos por nuestras calles colapsados, saturados, por luces, carteles, propaganda, basura y más basura!!
Un año más ha llegado la navidad a nuestras casas, ciudades, barrios, las calles vuelven a inundarse, de absurdas canciones, con letras ridículas, de luces más dignas de Psicodélica que de otra cosa y sí, como no podía faltar, de propaganda y más propaganda.
El consumo vive sus días de oro, las luces y colores nos señalan el camino hacia los productos. Todo es marketing y despilfarro. Por unos días los mandamases guardan en los armarios la palabra crisis y la transforman en otra que de verdad les gusta: dinero, negocio, allí donde hay algún símbolo navideño hay un transfondo oscuro en el que se encuentra implicado el dinero.
Todxs como borregos nos sentimos absorbidos por ese “supuesto espíritu navideño”, ese famoso tono enternecedor que tienen estas fechas, esas bondades que solo se realizan en navidad, esos reencuentros…
No somos capaces de reflexionar, pararnos un segundo en esta locura y pensar fríamente si el famoso lema “vuelve, a casa vuelve, por navidad” no es más que otra estrategia de marketing, que nos hace enternecernos mientras nos vomitan con marcas comerciales, ¿acaso vuelven a casa lxs pres.o.s?, ¿acaso disfrutan de estas bondades los estados en guerra, los explotadxs del sistema?, ¿qué pasa, que las navidades sólo son para los consumidorxs?
Nos engañan e inventan fechas para entregar regalos y nosotrxs sin interés compramos la mayor mierda que se nos ponga ante las narices para cumplir con aquél ser querido, vomitamos mercancía unxs a otrxs, pero ni un solo interés real de mostrar afecto hacia la otra persona.
Gastamos millones en estas fechas para talar árboles, absurdos símbolos del consumo desatado en el que estamos inmersos; sometemos a los animales, los dominamos hasta tal punto de regalar cachorros, que cuando nos cansemos serán abandonados; nos ponemos hasta el culo a comer, con opíparas cenas y comidas en las que se nos olvidan nuestros principios; peleamos por ese pavo, ese marisco que la televisión nos a vendido como tradicional, ese “pecado mortal” llamado gula.
Llenamos todo de luces que nos dejan ciegos, que nos impiden ver que tendremos que seguir soportando estas vidas vacías, pero eso sí, consumiendo que parece ser según los Mass-media una actividad desestresante.
El ocio también nos hace consumir nochevieja, ese gran momento para la hostelería, ese champán fresquito, que con sus burbujas nos hace perder el sentido, esos cotillones de precios desorbitados, apariencia y más apariencia.
Quizás sea el momento de pararnos y pensar, ¿este modelo de vida es el que queremos?, ¿es necesario este circo?, ¿consumimos o devoramos?
Puede que haya llegado el punto de posicionarse ante esta feria llamada navidad, ante el consumo. Año tras año el capitalismo va arrollando lo que pilla por delante, no tiene piedad con nadie, mientras nosotrxs, continuamos perpetuando su poder. Por tanto en nuestras manos está el romper con el capitalismo, ser enemigos de la mercancía.
FELIZ CONSUMO A TODXS
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