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El próximo 10 de mayo, en la biblioteca anarquista La Maldita tendrá lugar una charla sobre los sucesos acontecidos en la Cumbre del G20 de Hamburgos celebrada el 7 y 8 de julio de 2017.

Miles de personas de todo el continente realizaron una marcha anticapistalista y antiglobalización  frente a los 20 mandatarios que acumulan el 80% de las riquezas mundiales. Fueron duramente reprimidos y la represión se extiende hasta la actualidad.

Por ello, en la charla que tendrá lugar a las 20h. participantes de la protesta nos hablarán de los orí­genes, transcurso y consecuencias de la misma.

A continuación, editamos el comunicado de las personas que darán la charla:

Solidaridad con lxs represaliadxs del G20

A principios de julio de 2017 tuvo lugar en Hamburgo la reunión del g20. Representantes de los paí­ses dueños de la economí­a mundial, planeaban durante dos dí­as como seguir manteniendo ese sistema de miseria, explotación y muerte. Manifestaciones, bloqueos, sabotajes, enfrentamientos con las fuerzas del orden, saqueos… (al igual que ataques descentralizados las semanas previas) pretendieron, y lograron durante muchos momentos, interrumpir el normal funcionamiento de esta cumbre.

El 6 de junio, el dí­a que llegaban los polí­ticos, acompañados de sus más de 6000 delegados, seguidos en todo momento por más de 3000 periodistas y protegidos por unos 10000 policí­as, estaba convocada una manifestación anticapitalista bajo el lema de Wellcome to Hell.

Miles de personas intentaron recibir a los dirigentes con una gran marcha alrededor de la ciudad. Cuando la cabecera no habí­a avanzado ni 50 metros, la policí­a cargo con porras, gases y cañones de agua contra la gente sin que mediase provocación ni incidente previo ninguno, lo cual no es de extrañar, ya que el estado no mide su represión como una respuesta, si no en su capacidad de golpear a unas determinadas ideas y prácticas. Dejemos de pensar en nuestro actuar en base a las medidas coercitivas, elijamos el momento de la confrontación.

De hecho, parece que es lo que concluyó mucha gente esa misma noche, cuando decenas de pequeñas hogueras iluminaron una ciudad sitiada y con el tráfico restringido a las furgonas de policí­a, los tanques y los camiones de agua.

Amaneció todaví­a con olor a humo. La consigna de ese dí­a era boicotear, en la medida de lo posible, el traslado de los mandamases que se encontraban reunidos con la intención de desplazarse a un concierto, e interrumpir en el puerto (el segundo mayor de Europa), aunque fuese durante unos instantes, el flujo de mercancí­as.

Con mayor o menor éxito se realizaron pequeños bloqueos, performances varias, barricadas… hasta que a partir de las 8 de la tarde, en el céntrico barrio de Altona, comenzaron los enfrentamientos masivos con la policí­a. Con un saldo de más de 200 maderos heridos, las escaramuzas duraron hasta bien entrada la madrugada. Además estas fueron alegremente acompañadas por saqueos a supermercados, destrucción de bancos, inmobiliarias, parquí­metros, por barricadas y coches de lujo ardiendo, poniendo la nota de color a esa calurosa noche estival.

Para el último dí­a de la cumbre estaba pensada una tranquila manifestación unitaria que recorrerí­a la ciudad, y efectivamente lo hizo. Pero a la vez, los policí­as, desbordados el dí­a anterior y con una escasa o nula capacidad de ejercer detenciones, iniciaron una caza por toda la ciudad. Cualquier persona con la mala fortuna de llevar guantes, una mochila negra, impermeables o ropa para embozarse era sospechosa. Con especial atención a personas con nacionalidad española, italiana o francesa. Cientos de personas fueron conducidas al centro de detención temporal habilitado para la ocasión: dos hectáreas de terrenos rodeadas de alambre de espino, y rellenas de contenedores de barco, que hací­an las veces de celda.

El estado iniciaba, así­, su vendetta.

Docenas de personas han estado o siguen imputadas, muchas de ellas con prisión preventiva o continúan allí­. La respuesta solidaria tampoco se ha hecho esperar. Eventos con fines informativos o recaudatorios han recorrido toda Europa. Al igual que acciones y sabotajes nocturnos, así­ como ataques a bancos y embajadas.

En el estado español ha habido dos grandes operaciones orquestadas desde la fiscalí­a alemana y ejecutadas, como no podí­a ser de otra manera, por la Audiencia Nacional. En mayo de 2018 se llevo a cabo la primer oleada, con registros en centros sociales y domicilios particulares en Madrid. El último episodio ha tenido lugar este último octubre, con nuevos registros en Madrid y Palencia.

La coordinación policial a nivel europeo busca aumentar la eficiencia represiva de los estados. Pretende perseguir las redes de solidaridad y amedrentarnos. Quieren que tengamos miedo. La revuelta de Hamburgo les dolió; un intento de demostración de fuerza por su parte terminó evidenciando la posibilidad de golpear en el corazón de la bestia del Capital y el Estado.

Sus golpes represivos deben de tener respuesta. El único horizonte que tenemos en mente es la continuidad de la lucha. Hamburgo fue un chispazo, un fogonazo, un rastro de un conflicto, de una guerra social. Una guerra que continuará hasta la total destrucción del capitalismo, el Estado y la autoridad.

LIBERTAD PARA TODXS LAS PRESXS

LA GUERRA CONTINíšA

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