Por orden de la Fiscalía, los Mossos han entrado en la librería con la finalidad de “prevenir y controlar que no se produjeran delitos” durante la charla, mientras numerosos efectivos antidisturbios y de seguridad ciudadana, apoyados desde el aire por un helicóptero, permanecían en los alrededores para impedir que los jóvenes antifascistas se acercaran al establecimiento. La policía catalana ha desplazado al lugar decenas de furgonetas de los mossos, apoyados por agentes antidisturbios de la guardia urbana, que han tomado el barrio de Gracia y los alrededores de la calle Séneca, donde está situada la librería Europa, en la que se venden libros antisemitas que niegan el holocausto nazi.
Cerca de doscientos jóvenes antifascistas se han concentrado desde primeras horas de la tarde en diversos puntos del barrio y han realizado una manifestación que ha finalizado en la calle Mayor de Gracia, a escasos 50 metros de la entrada a la calle Séneca.
En los momentos de mayor tensión entre policías y manifestantes, se han vivido escenas de nerviosismo con algunos transeúntes al no poder cruzar el cordón policial.
En el recorrido, los manifestantes, que no han podido acceder a la librería, ni siquiera a la calle en la que se encuentra, ante el dispositivo policial, han provocado algún incidente.
La plataforma antifascista portaba pancartas con lemas como ‘Ni olvido ni perdón. Ninguna agresión sin respuesta’, ‘Fuera nazis de Gracia’ o ‘Cerremos la librería Europa. Ni nazis ni KKK’.
El propietario de la Librería Europa y ex presidente del grupo neonazi Círculo Español de Amigos de Europa (CEDADE), Pedro Varela, ha asegurado que “El acto con Duke se ha suspendido por la orden que habían recibido los mossos de identificar a todos los asistentes al acto y de permanecer en el interior de la librería mientras durara la charla”.
Varela, que en 1998 fue condenado a dos años de prisión por un delito de exaltación del genocidio y a otros tres años por fomentar el racismo, considera que esos requisitos “atentan contra la libertad de expresión y contra la intimidad de quienes quisieran asistir a la conferencia”.
David Duke ha negado las acusaciones de racismo que pesan sobre él y tras lamentar que Barcelona ha sido la única ciudad española en la que no ha podido presentar su libro, ha dicho que espera que “el pueblo español conseguirá preservar su identidad y sus libertades”, entre las que ha mencionado la de expresión como “la máxima de las libertades posibles”.
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