Tras las sentencia del caso “La Suiza”, un conflicto laboral en Gijón en el que han sido condenados varios anarcosindicalistas de CNT a penas de prisión, reproducimos el siguiente texto que nos ha sido remitido.
Desde el anarquismo buscamos una sociedad humana, con todos los problemas, esperanzas y temores que ello conlleva. Cualquier acto de protesta es la excusa para perseguir y procesar a quienes luchan contra el poder establecido, condenando la idea, la anarquía.
Estas personas tienen demasiado respeto a los valores que profesa esta ideología: la solidaridad, el apoyo mutuo, la autogestión y la acción directa y el amor a la libertad. Nada de esto podrán callar sus leyes.
Sabemos que la justicia no es verdadera si se usa como un instrumento de control y de castigo. Se está utilizando el proceso para poner en juicio el anarquismo y por medio de su “justicia” intentar amedrentarnos, aunque no lo conseguirán, ya que la CNT es una herramienta de lucha para toda la clase trabajadora.
Los principios, tácticas y finalidades de la CNT siguen presentes desde 1910, por mucho que las quiera enmudecer Lino Rubio Mayo el juez del Juzgado de lo Penal 1 de Gijón, que nos ha demostrado que la capacidad de incidir en la realidad por su parte es nula.
Desde los principios del anarcosindicalismo tenemos claro que el acoso sexual en el espacio de trabajo es un comportamiento totalmente inaceptable. Por ello, apoyamos a nuestra compañera y no dudamos en volver hacerlo ya que José Álvarez, propietario de la confitería La Suiza, en la Avenida Schultz de Gijón acosó a nuestra compañera
Al juez Lino Rubio Mayo no le vale con el encubrimiento de un caso de acoso sexual, si no que condena las prácticas del anarcosindicalismo como son la solidaridad obrera y acción directa que se llevaron a cabo esos días en apoyo a la compañera.
Cuando el proceso judicial no acompaña, palos, fuego y pasamontañas.
Fuerza compañeras
El dulce azúcar de la cloratita
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