La creación de una cantera en la Bureba parece estar más cerca ya que se ha concedido el permiso a la empresa Canteras Villarias Lezcano para que realice el estudio que llevará a que dicha empresa decida si comenzar o no la explotación.
Parece que la Bureba está en el ojo de empresarios para realizar en ella explotaciones que sus habitantes no quieren. Si Llano de Bureba esta luchando contra la macrogranja porcina ahora son los términos municipales de Poza de la Sal, Castil de Lences y Cernégula los que se ven amenazados por la apertura de una cantera caliza. Las tres localidades están en contra de dicha apertura.
Los motivos para estar en contra son diversos.
Uno de los motivos es que la cantera llevaría consigo la expropiación de terrenos de vecinas de la zona, cosa que, evidentemente, nadie quiere ya sea por perdida de dinero en la “venta” o por que sencillamente no quieren vender.
Además se encuentran los posibles daños medioambientales que cause la cantera. Por supuesto, la empresa niega que dichos daños vayan a existir definiendo dicha explotación como “la más ecológica que existe”. Entre sus argumentos esgrimen que no usaran ni dinamita ni químicos para las extracciones, pero, aunque estos datos sean verdad, hay otros factores a tener en cuenta.
Por ejemplo, la calidad de las aguas subterráneas puede verse afectada por la explotación de las canteras de piedra caliza mediante el aumento de sedimentos y derrames accidentales directamente a los acuíferos. Estos contaminantes también pueden incluir materiales como el petróleo y el gas de los equipos de minería.
El polvo es uno de los impactos más visibles asociados a la explotación de las canteras de piedra caliza debido a la perforación, trituración y cribado de la roca. Las condiciones del lugar de la mina pueden afectar el impacto del polvo generado durante la extracción, incluyendo las propiedades de las rocas, la humedad, las corrientes de aire del ambiente y los vientos predominantes, y la proximidad a los centros de población. El polvo liberado puede escapar de camiones que viajan en los caminos de acarreo de la excavación y de las explosiones. Este polvo en el aire puede viajar largas distancias desde un sitio minero y afectar áreas residenciales urbanas y rurales con el viento.
Por supuesto la fauna de la zona se verá afectada también y que decir de las “bellas” vistas que dejara la cantera.
No podemos olvidar que la apertura de dicha explotación llevaría consigo el transito de vehículos pesados que ahora mismo no transitan por la zona, con lo que eso conlleva.
Por el momento parece que habrá que esperar a que la empresa comience su estudio y este diga que la cantera no tendrá los beneficios suficientes como para que el dueño de la misma quiera hacerla, como es bien sabido la opinión de vecinos o el daño medioambiental no suele ser tenido en cuenta en estos procesos.
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