Esto se bendice con agua bendita, lo echamos tres “Padres nuestros” y listo, ni fisuras, ni radiación ni nada, debió pensar el Arzobispo de Burgos antes de transmitirles tranquilidad a los trabajadores de la central nuclear de Garoña. Y es que ayer el clero se fue de excursión a Garoña.
Señor Arzobispo, el hecho de que no se pueda trabajar más de 1 año seguido en esa central le puede dar una idea del estado y el peligro que entraña trabajar en una central nuclear. Y ni el agua bendita, ni los “Padres nuestros” ni el espíritu santo ni nigún conjuro(exceptuando el hormigón, el plomo…) va a parar la radioactividad que reciben los trabajadores y alrededores de Garoña. A todos nos gustaría saber cuanto dinero le han “donado” para que desinteresadamente realice una visita a las instalaciones de una empresa, transmita tranquilidad y oficie una misa para sus fieles.
Creo en Dios, no creo en la radiactividad, ni en los explotados ¡Con el clero hemos topado!
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