Datrebil nos cuenta: Se ha puesto de manifiesto lo terrible, trágico e injusto de la muerte de dos personas, para mas inrri, obreros de la construcción, inmigrantes, que viajaban a su tierra natal en las vacaciones de navidad. Todo muy bonito, como en los cuentos de hadas.
Sin embargo, como suele pasar en todos los aspectos sociales y políticos, la doble moral de los sistemas democráticos –la más hipócrita de todos los sistemas de dominación conocidos por la historia- se encarga de hacer política con las muertes de estos hombres. Nuevamente, juegan, con el tan necesitado poder para mantenerse: lo que denominan terrorismo. Digo lo que de denominan porque todo bautizo echo por el poder es sospechoso. El estado nunca se denomina terrorista así mismo, aunque sea experto en extender el miedo y el pánico para mantener el sistema capitalista. Tampoco se denomina nunca delincuente, aunque se salte sistemática y conscientemente las leyes que el mismo crea…. A pesar de ello, él es el único poseedor de la verdad para calificar de “terrorista” y de “delincuente”.
En el pasado atentado aún queda por explicar que diablos hizo la policía en las 2 horas que tuvo para desalojar el parking de la T4… No se depuran responsabilidades cuando no interesa.
El poder, para colgarse medallas, ha determinado que estos trabajadores asesinados en la T4 son de “primera”. Ahora bien, si hubieran muerto en accidente laboral porque la patronal se ahorra mucho dinero en las medidas de seguridad, no hubieran contado más que para la enterrada estadística. Si además del accidente, no hubieran tenido papeles, no hubieran contado ni tan siquiera en los datos (la democracia nos hace aspirar a ser meros datos…..). Si hubieran naufragado en patera o cayuco porque los países occidentales imponen a los demás la pobreza extrema que les obliga a huir de sus tierras natales, nadie hubiera contado, ni difundido, nada de nada. Si hubieran sido, por ejemplo, niños/as marroquíes que tienen que prostituirse, victimas de las mafias y la necesidad más primaria, para sobrevir y enviar un poco de dinero a su tierra, nadie hubiera echo ni dicho nada.
Para los inmigrantes de segunda, que son casi todos, no hay manos blancas, ni condenas, ni lamentaciones, ni manifestaciones organizadas por CCOO y UGT (tampoco las queremos…).
Inmigrantes de primera -muertos injustamente sí- e inmigrantes de segunda, muertos todos los días, mientras que los poderes fácticos (medios, instituciones, sindicatos…) ocultan su realidad. Con todos esos cadáveres en la boca –y otros tantos más- nos vienen ha hablar de paz. Nos intentan convencer de que ellos no son violentos….
Este mismo texto también aparece en klinamen.
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