Un mes de marzo como este, hace cuarenta años, tiene lugar uno de los episodios más inspiradores en la historia de la lucha obrera: la huelga de dos meses sostenida por la clase trabajadora de Vitoria. Y también uno de los más trágicos, pues va a costar la vida de cinco personas y a dejar una imborrable huella de dolor en la de otras miles. Cuarenta años, que se dice pronto. Parece poco tiempo a ojos de la Historia, con mayúsculas, pero en el día a día de quienes sufrieron la represión aquel 3 de marzo de 1976 representan una verdadera eternidad.
Cuarenta años, lo que dura una dictadura. Casi una vida. Cuatro décadas de abandono hacia las víctimas del estertor franquista, que moría matando con el beneplácito de los artífices de la “transacción democrática”. Un largo tiempo de olvido y silencio institucional, cuando no de oscura complicidad, que cuestiona, una vez más, el compromiso de la mayoría de la clase política con la verdad histórica. Desde DV recomendamos la lectura íntegra del artículo Vitoria, tres de marzo de 1976 de la publicación anarquista Todo Por Hacer y la entrevista realizada hace tiempo por Radio Onda Expansiva con familiares de las víctimas de los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria.
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