Este 28 de mayo, la huerta Comunitaria de Capiscol celebra su cuarto aniversario , 4 años de un proyecto colectivo abierto al barrio .
Queremos aprovechar esta fecha para hacer una reivindicación de este tipo de lugares: terrenos que en vez de servir a intereses especulativos se usan para cuidar la tierra, conseguir alimentos más naturales y proponer otra manera de organización que se aleje de los mercados, donde la única moneda válida sea el esfuerzo colectivo.
Recientemente, hemos leído la noticia de que el Ayuntamiento pretende desalojar las huertas ocupadas en terreno público; ¿con qué fin? ¿malvender el suelo público a empresas constructoras para especular con nuestro entorno? ¿Qué daño se hace por el hecho de cultivar nuestros propios alimentos?
Este afán privatizador por parte del Ayuntamiento, representa un ataque a las tierras, que no hace mucho, fueron de las gentes del barrio; así, corremos el riesgo de asumir este hacer como algo lógico, haciéndonos perder la memoria comunitaria que había en esta zona.
Un ataque a usos y costumbres de antaño donde, el habitual encuentro entre la gente, compartiendo saberes populares, era garantía suficiente para construir una realidad de sueños compartidos.
También simboliza, un ataque al intento de recuperar prácticas de desobediencia frente a prácticas de compra-venta que mercantilizan cualquier esfera de nuestras vidas.
La Huerta Comunitaria de Capiscol, arraiga en un área que, teóricamente, está protegida, al menos, la muralla del antiguo Hospital de Capiscol y el Castaño de Indias, testigo inmóvil de los trasiegos que ha sufrido esta finca.
En ella, hacemos un ejercicio de autonomía, trabajando colectivamente, reconciliándonos con la naturaleza, aprendiendo a cultivar sin dañarla; construyendo lentamente pero con convicción, un espacio de rebeldía frente a quienes nos quieren imponer su horizonte de hormigón y desarticulación social.
Por ello, seguiremos año tras año, defendiendo esta huerta y todos los espacios que signifiquen alterar el ritmo devorador del monstruo capitalista.
Animamos a participar en este ilusionante proyecto, los domingos en la asamblea de la mañana y los miércoles en las jornadas de tareas de siembra, regadío, macerado de hierbas, aprendizaje de remedios naturales y todo lo que vayamos creando juntas.
Anónimo
Agradecido por la mención, me gustaría que pasara lo mismo que en el bulevar de la calle vitoria, pero se que no vivimos en Alicía y el país de las maravillas un saludo