Publicado por DV & archivado en Acoso inmobiliario de Caja de Burgos, Burgos, Especulación.

3647La legalidad vigente establece una serie de criterios para determinar al delincuente. Pero, ¿son exactamente iguales a la hora de ser aplicados?. Un artí­culo de reflexión sobre la ocupación de viviendas en las calles Manuel de la Cuesta, Soria y avenida del Norte.

Una de las más pintorescas escuelas criminológicas que surgió a finales del siglo XIX fue la que encabezó el italiano Cesare Lombroso. Uno de los aspectos más controvertidos de la teorí­a de este veronés es la valoración del delito como causa de tendencias innatas de orden genético.
lombrosoUna de sus obras más difundidas en al época L’uomo delinquente expone como determinados rasgos fí­sicos o fisonómicos como una determinada forma del cráneo de las orejas o de la mandí­bula, permitirí­a reconocer a los delincuentes.
Pero Lombroso no solo se centro en los elementos fí­sicos,  argumenta también que el tipo de alimentación, el grado de instrucción, la religión o incluso la posición económica, son también factores para determinar la criminalidad.

En la actualidad las teorí­as de Lombroso han quedado relegadas al cajón donde se almacenan las pintorescas exageraciones del positivismo decimonónico. Pero, ¿estamos tan seguros de ello?

El fenómeno de ocupación de viviendas que experimenta Burgos ha reactivado un cierto debate a cerca del carácter “ilegal” o “delictivo” que representa esta práctica. Son muchos y muy variados los casos que se están dando  actualmente en Burgos. Uno de ellos, el de las viviendas de Manuel de la Cuesta y Avenida del Norte, ha despertado interés en tanto que representa la segunda fase de un conflicto urbaní­stico que desde dos años mantienen una serie de vecinos con Caja de Burgos.

Vaya de por adelantado que las lí­neas que siguen surgen de la reflexión individual de un redactor de DV, y que como tal deben interpretarse, sin que este represente a ningún colectivo ni a ninguna de las personas afectadas por el conflicto.

Hace ya dos años Caja de Burgos comenzó el traslado de los vecinos de las calles citadas a otra serie de edificios de la avenida Cantabria y glorieta de Bilbao . A pesar de la subida del alquiler que representaba el traslado a las nuevas viviendas, muchos vecinos aceptaron el traslado impuesto. Sin embargo otros se acogieron al contrato de renta antigua que les da derecho a permanecer en las viviendas de por vida.

Para aumentar la presión sobre los vecinos que decidieron quedarse Caja de Burgos ha incumplido sistemáticamente los acuerdos de mantenimiento de las viviendas y ha tratado por todos los medios que se deterioraran lo antes posible las que quedaron vací­as.
A pesar de que Fernando Arias, responsable de inmuebles de Caja de Burgos, ha declarado recientemente que las viviendas “no cumplen la normativa urbana” no es cierto como han demostrado en numerosas ocasiones desde la asamblea de afectados por Caja de Burgos.

Si en un primer momento desde altas esferas de la entidad financiera burgalesa se aseguraba que una vez demolidas esas viviendas se destinarí­an a la construcción de viviendas de protección oficial, ahora parece ser que el solar resultante de la operación se vallarí­a a la espera de nuevos acontecimientos.

La estrategia por parte de Caja de Burgos ha sido la de acelerar al máximo el deterioro de las viviendas para aumentar la presión sobre los vecinos que han decidido no trasladarse. Ante esta situación, y en común a cuerdo con los vecinos todaví­a con contrato, muchas de estas viviendas han sido ocupadas y rehabilitadas dándose un fenómeno hasta ahora desconocido en Burgos. La colaboración entre vecinos con contrato y  sin contrato. Todos ellos, en definitiva, habitantes de un mismo barrio y que se enfrenta a los mismos problemas de dejadez y abandono por parte de la entidad financiera.

Con el código penal en la mano los vecinos sin contrato pueden ser acusados de un delito tipificado como  “usurpación”.  Pero, ¿quien es el delincuente?
¿Quién hizo la ley y a quién defiende?

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Jose Marí­a Arribas, presidente de Caja de Burgos

Más allá de valoraciones judiciales, la actitud de los vecinos que han ocupado las viviendas vací­as puede ser legal o ilegal, pero ante todo es una actitud justa y honesta frente a la estrategia especulativa de Caja de Burgos.

Quizás no tardaremos demasiado  en observar como a determinados vecinos les viene aplicada la teorí­a lombrosiana y su situación económica, estructura craneal o incluso orientación ideológica son expuestas como firmes indicios delictivos