El conflicto vecinal derivado de la construcción del bulevar en la calle Vitoria vivió la noche del viernes 10 de enero de 2014 uno de sus episodios de mayor conflictividad. Como en épocas no tan lejanas, Gamonal volvió a levantarse contra la imposición de un consistorio que no ha dejado de hacer oídos sordos antes las quejas de los vecinos. El responsable último de los acontecimientos que se están también hoy sábado viviendo en Gamonal tiene un nombre propio: especulación urbanística.
Una realidad que en Burgos viene respaldad por el espíritu totalitario de unas instituciones que ponen por delante los intereses económicos a las necesidades reales de los ciudadanos y que no dudan en enviar a toda su artillería pesada para tratar de doblegar a un barrio. Pero en Gamonal eso, además de ser peligroso, es imposible, bien lo debería usted ya saber, señor Lacalle.
La noche de ayer viernes 10 de enero de 2014 Gamonal fue nuevamente escenario de graves enfrentamientos entre fuerzas policiales y vecinos del barrio. Puede parecer la crónica de un conflicto anunciado, como ya hemos apuntado desde DV, pero la movilización vecinal que desde hace meses viene oponiéndose a la construcción del bulevar en la calle Vitoria no sólo no ha sido tenido en cuenta, sino que incluso ha sido repetidas veces ninguneada y ridiculizada a través de los canales oficiales que usan los poderosos en nuestra ciudad.
El conflicto es algo que se ha venido gestando desde el momento mismo en el que han dado comienzo las obras. Un proyecto faraónico que ha despertado una importante oposición y cuyo desenlace en forma de disturbios es algo que la tozudez del Ayuntamiento burgalés ha venido cocinado desde hace semanas.
La llamada “tregua navideña” que los comerciantes de Zona G habían pactado con el consistorio, sólo ha servido para retrasar lo inevitable. Frente a la razón de Estado e imposición de los intereses especulativos, Gamonal ha vuelto a responder con la lucha vecinal, como ya lo hiciera durante aquel 18 de agosto de 2005, cuyo espíritu combativo ha vuelto a tomar las calles del barrio. Una conciencia rebelde que los habitantes de Gamonal han sabido cultivar desde aquel entonces y que demuestra que frente al autoritarismo gubernamental es posible rebelarse.
ADN rebelde y el Gamonal del siglo XXI
Pero situaciones como las vividas ayer no son sólo episodios aislados en el barrio. A lo largo de sus casi cuatro décadas de historia, Gamonal se ha convertido en una de las zonas de mayor conflictividad de Burgos donde de forma repetitiva los problemas urbanísticos han derivado en graves enfrentamientos como los que ayer tuvimos ocasión de contemplar. Las mismas empresas constructoras que hoy pretenden hacer negocio con el bulevar son las que levantaron a toda prisa un barrio sin ningún tipo de ordenación urbanística y cuya configuración caótica es la que contribuye a que se haya convertido en un autentico polvorín.
Pero quizás poco o nada queda ya de aquel barrio que durante la etapa final de la dictadura sirvió como almacén de mano de obra barata de miles de personas que, provenientes de los pueblos de la provincia, se desplazaron a Burgos para trabajar en el recién creado Polo de Desarrollo. El resultado es una aberración urbanística que sería digan de análisis y estudio por parte de los entendidos en la materia. Pero el Gamonal del siglo XXI no es sólo eso. Es un barrio que, como bien dicen algunos, se ha hecho a sí mismo y que durante décadas ha sufrido el ostracismo, cuando no las agresiones, por parte de las élites políticas y económicas de la ciudad. Un barrio que lleva en su más profundo ADN el rechazo contra aquellos que siempre han querido sacar tajada económica de sus habitantes.
El proyecto de Gamonal siglo XXI que el ayuntamiento a través de su campaña propagandística no se ha cansado en repetir, es algo que desde el barrio ha sido sentido como una tomadura de pelo. No sólo se pone en duda la utilidad del bulevar que ya está construido, y que todavía está a medio pagar, sino que el gasto que se deriva de la construcción de este otro proyecto para la calle Vitoria, en torno a ocho millones de euros, es incompatible con las continuas llamadas a la austeridad que se vienen realizando.
Se ha dicho una y mil veces que Gamonal podría convertirse en un peligroso avispero si las obras del dichoso bulevar continuaban adelante, pero el señor Lacaye ha mirado siempre hacia otro lado. Han tenido que ser nuevamente unos disturbios quienes hayan hecho que nuevamente este populoso barrio sea portada de todos los medios de comunicación nacionales. Lo curioso es que tanto el señor Lacalle, como su lugar teniente íngel Ibañez, se vieron igualmente inmersos en un conflicto vecinal en aquel agosto de 2005 que parece repetirse en los recientes acontecimientos que acaban de registrarse. Nada aprendieron de todo aquello estos señores, y su ya sabido “bulevar pase lo que pase” puede llevarnos a una situación que ni el propio alcalde ni su equipo de gobierno son conscientes de los límites que puede alcanzar.
El detonante, los media y viceversa
Pero, ¿cuál fue el detonante de los disturbios que se vivieron el viernes en Gamonal? Que un policía secreta infiltrado entre los vecinos tuviera que poner pies en polvorosa y correr como una liebre no anunciaba nada bueno. Cuándo posteriormente un coche policial decidió pasar a toda velocidad rompiendo la concentración, en las redes sociales se especuló con que se había producido el atropello de una persona, la situación comenzó a derivar en lo que todos ya conocemos y es noticia en todos los media. Puede sonar a conspiranoya, pero la actitud caciquil y las provocaciones policiales casi parecen dar a entender que lo que buscaban no era otra cosa que el inicio de los disturbios. A saber.
Estamos ya bregados en la materia y a estas alturas de la película no sorprende en absoluto el tratamiento que están realizando los medios de comunican locales sobre lo acontecido. Máxime si tenemos en cuenta que uno de ellos, Diario de Burgos, es propiedad particular de uno de los magnates de la construcción que tiene sabidos intereses en la materialización de esta obra. Se vuelve a hablar de jóvenes radicales, de tácticas borroka, y veremos que otras nuevas creaciones nos deparan, Su pregonada objetividad queda entredicho desde el mismo momento en el que por intereses empresariales, sus rotativas son parte afectada en este conflicto.
El debate sobre la violencia
No son pocos los que actualmente se están rasgando las vestiduras y poniendo el grito en el cielo denunciando los episodios de violencia vividos en Gamonal. Sin embargo, poco o nada parecen decir sobre la violencia estructural que nos rodea y que a través del monopolio de la misma quiere imponerse en un barrio sacudido desde la noche de los tiempo por lo tejemanejes de jerifaltes y politicastros varios. No sé si están son las formas más adecuadas, pero lo que tego claro es que jamás condenaré la actitud de mis vecinos cuando son sistemáticamente ninguneados y el único dialogo posible con las instituciones es el de las porras y las pelotas de goma.
En este sentido, la disolución in extremis de la plataforma y la condena de los hechos parece dar la razón a quienes apuntaban que lo suyo era más bien una estrategia política en pos de la obtención de votos. Por supuesto, el miedo es libre, y cada uno puede entender el conflicto según sus propios criterios, pero el tiempo terminará por poner a cada uno en su lugar. Jugar a obtener réditos electorales en Gamonal nunca fue tarea ni fácil ni sencilla.
Por lo tanto, mi más sentida solidaridad con las personas detenidas que están actualmente experimentado en sus propias carnes la cara B de la democracia, esa entelequia de la que se suele disfrutar en cárceles y comisarías. No tardarán en sufrir la criminalización de propios y extraños, empieza para ellos un duro calvario que puede prolongarse durante años y es necesario que, como en ocasiones anteriores, el barrio no los deje solos. La manifestación que hoy mismo se ha acercado hasta las mismas puertas de la comisaria donde siguen retenidos es una excelente muestra de apoyo.
No te rindas Gamonal
Aunque parezca un slogan mil veces repetido, la lucha acaba de comenzar. El proceso asambleario que se esté gestando en el barrio puede poner contra las cuerdas a un ayuntamiento maniatado por los intereses de las empresas constructoras.
No hay cosa que más tema cualquier poder establecido que a un pueblo que se levanta y decide por sí mismo. La batalla ha comenzado de nuevo, y como en ocasiones anteriores, su escenario vuelve a ser Gamonal.
Modesto Agustí
1 vecino
Esta noche la gresca ha continuado. Ha habido más disturbios y más detenidos. Gamonal se ha convertido en un estado policial entre anti-disturbios y secretas. Los contenedores y sedes bancarias siguen ardiendo, esto va para largo…
vecino pueblo cercano
Increíble la fuerza del pueblo cuando se lo propone, ánimo compañerxs, su represión no vale de nada ante estas muestras de solidaridad.
Preciosa la lucha que se esta llevando, nos vemos en las calles!!