Después de que ayer viernes 24 de enero se celebrara una nueva manifestación de apoyo a los encausados, a cuyo término se procedió a la ocupación de un local abandonado por una entidad bancaria con el objetivo de convertirlo en un centro social autogestionado abierto a todos los vecinos del barrio, durante la mañana del sábado 25 de enero se ha celebrado un peculiar entierro por las calles de Gamonal: el de la corrupción y especulación urbanística.
La lucha de Gamonal va abriéndose camino con multitud de de iniciativas que buscan el empoderamiento de un barrio que es ya símbolo internacional de resistencia y esperanza. Algunas de ellas tan creativas como el entierro de la codicia, la ambición y la soberbia de Antonio Miguel Méndez Pozo, que ha tenido lugar esta maña de sábado 25 de enero, cuando se han cumplido dos semanas del inicio de la movilización.
El cortejo fúnebre, en el que no han faltado ni plañideras, ni monaguillos, ni diácono oficiante, ha partido de la Real y Antigua de Gamonal recorriendo la calle Vitoria hasta llegar a la denominada Zona Cero. Los participantes en la marcha, que han entonado un singular responso funerario, han portado tres ataúdes con las palabras codicia, soberbia y ambición junto con una lápida donde se representaba el entierro de las mismas.
Tras la finalización del sepelio ha dado comienzo una degustación popular de pinchos en la plaza San Bruno con el objetivo de recaudar fondos para la defensa legal de los más de 40 vecinos encausados.
La iniciativa se ha continuado con un debate público en el que se ha expresado cuál es la actual situación de la plaza San Bruno, un solar vacío donde hasta hace uno años se encontraba un mercado, donde se han recogido diversas propuestas que buscan convertir este espacio en un lugar gestionado por los propios vecinos.
La contestación social, lejos de perder fuerza en sus reivindicaciones, continúa gestando un movimiento popular que toma el modelo horizontal y asambleario como método básico en la toma de decisiones, a través de una firme apuesta de contrapoder frente al modelo institucional impuesto desde arriba.
Moisés Pascual Pozas
Magnífico. Solamente con una acción que dure en el tiempo y en la que se involucren los ciudadanos es posible una alternativa. No hay que olvidar que Burgos es una ciudad profundamente reaccionaria, y lo de Gamonal, que es otro Burgos, limpia esa imagen.