Hasta hace poco Burgos contaba con unos habitantes centenarios que han visto crecer a generaciones y generaciones de seres humanos. Unos habitantes vieron como la ciudad cambiaba, como se transformaban sus plazas y sus gentes, como nuevos sonidos comenzaban a habitar la ciudad. Casi sin que nos diésemos cuenta esos habitantes han dejado de existir.
Vieron incluso como se transformaban los regímenes políticos de los humanos, sin que en realidad nada cambiase demasiado, según contaba uno de ellos. Ahora ya no les podemos escuchar, su sabiduría se ha perdido.
La codicia especulativa terminó con ellos; tiene nombre y apellidos.
No lo olvidéis.
Natalia
En esta ciudad está claro que hay ciertas personas que pueden hacer lo que les de la real gana…este es solo un ejemplo, porque no lo hacen solo con unos robles, lo harían con cualquier cosa que se pusiese de por medio en “sus planes”. ¡QUE VERGíœENZA! y como siempre apoyados y respaldados por nuestro querido Hay-untamiento…PATí‰TICO.
enterado
Joder, arboles x edificios. Menudo cambio
Anónimo
Hay que joderse con tanto mamonazo.
“La codicia especulativa (…) tiene nombre y apellidos.
No lo olvidéis.”
doblex
pero qué cursis……..