Una vez que ha quedado visto para sentencia el juicio por la agresión a Sergio Izquierdo González conviene detenerse a analizar alguno de los elementos que han estado presente durante todos estos años en la actualidad burgalesa: la ubicación de cámaras de videovigilancia en las llamadas zonas de ocio nocturno.
Durante la pasada semana se celebraron las vistas orales por el juicio a los encausados por la agresión a Sergio Izquierdo el 26 de diciembre de 2010. Unos dramáticos acontecimientos que dejaron como consecuencia a un joven de 18 años en coma y a dos de los imputados en prisión preventiva, uno de los cuales continua en situación de privación de libertad.
Desde aquel entonces el debate acerca de la idoneidad de la ubicación de dispositivos de videovigilancia ha estado presente en la actualidad burgalesa, un debate que ha podido seguirse a través de los medios de comunicación oficiales de la ciudad y que ha sido uno temas recurrentes que se han abordado en DV y en otros blogs críticos de nuestra ciudad.
La noche del 26 de diciembre de 2010 las Llanas fueron testigo de una pelea entre varios jóvenes, un enfrentamiento conjunto que hubiera sido como cualquier otro de los que por desgracia se registran cada noche de marcha en esta zona de la ciudad si no hubiese sido porque uno de los chavales no puede levantarse desde aquel entonces. Según se deduce de las declaraciones de testigos e imputados durante la vista oral, dos grupos de jóvenes acabaron llegando a las manos por lo que parece una nimiedad, y que sin embargo tuvo consecuencias dramáticas. Desde aquel entonces vengo argumentando en DV que aquellos sucesos han sido mediatizados por la prensa oficial y un determinado sector de la sociedad burgalesa para imponer sin cuestionamientos la necesidad de la implantación de la videovigilancia.
Una vez celebrado el juicio, y a la espera de la sentencia, conviene plantearse una cuestión de fondo: ¿hubiesen evitado las cámaras de videovigilancia que se produjera la pelea y por consiguiente la agresión que dejó en coma a Sergio? Evidentemente no, y a continuación paso explicar mis argumentos.
Situaciones como las que se vivieron aquel 26 de diciembre son el resultado de conductas repetidas hasta la extenuación en las llamadas zonas de ocio nocturno, que ni la casi militarización del espacio con despliegues constantes de policía, ni la ubicación de cámaras van a poner en freno.
Desde mi punto de vista mientras no sepamos construir un modelo de ocio nocturno alternativo o no sepamos construir valores diferentes a los del “puñetazo a las primeras de cambio” continuarán reproduciéndose escenas como las de aquella noche de después de navidad. Desgraciadamente el tiempo no tardará en darme la razón.
La reflexión sobre aquellos acontecimientos, que desde un inicio ha estado viciada por la manipulación mediática y su pretendida instrumentalización política, nos debería llevar a cuestionarnos profundamente el por qué de este tipo de situaciones, más allá de medidas como la videovigilancia que nunca conseguirán evitar el inicio de una pelea.
Soy consciente de que el mío es un argumento polémico, y que me pongo en el lugar de la familia del chaval que permanece en coma, y no dejo de pensar en la necesidad de una solución. Y sin embargo no puedo evitar plantearme que las cámaras no van a contribuir a solucionar el problema sino que su objetivo es implantar un mayor control sobre la población, como en el más genuino de los regímenes totalitarios al que parece que nos acercamos a pasos agigantados.
Deberíamos también reflexionar sobre la capacidad de manipulación que hoy en día ejercen determinados medios de comunicación, rotativos que son capaces de utilizar sucesos sangrantes para obtener réditos políticos. Medios conformados por “trabajadores de empresas de la comunicación” como recientemente ha definido su antiguo oficio un amigo que se dedicaba al periodismo, que responden a directrices que nada deberían tener que ver con el código deontológico de quien se dedica a informar a la sociedad.
En breve las cámaras de videovigilancia formarán parte de nuestra cotidianidad sin que en la sociedad burgalesa se haya producido la necesaria reflexión sobre su uso y consecuencias. Quizás será ya tarde cuando esa misma sociedad burgalesa se plantee que detrás de la implantación de la videovigilancia existe una hoja de ruta oculta que durante estos años no nos han desvelado. Al menos, y me consta que no soy el único, lo he intentado exponer con argumentos.
Modesto Agustí
Anónimo
El comercio del alcohol, del cubata y la borrachera molumental, ese es el problema… Y por otra parte todos lo hemos hecho alguna vez…
Además este tipo de violencia esta “soportada” e incentivada por los macarras que vigilan en la puerta y los dueños de los bares, en Burgos han sido los niñatos pandilleros, pero en otras ciudades los agresores/asesinos han sido los gorilas.
Como bien dice el artículo, las camaras no son la solución y sirven para otras cosas, no para evitar muertes…
Anónimo
100% de acuerdo. Muy buen artículo. Agredeceros ya de paso el gran trabajo que haceís con este blog.
Rotten Kovalenko
Las camaras no serviran de nada, si alguien quiere castigarle las costillas a otro, lo buscan en una zona sin camamras y listos, esto solo va a trasladar la gresca de lugar.
Aunque las camaras yo creo que estaran para otros finesmas oscuros, ahora al faccio le gusta saber en todo momento que hace el pueblo.
Anónimo
Las cámaras quizá no hubiesen evitado la pelea pero desde luego, de haber existido una grabación de los hechos, no habría dudas sobre lo sucedido.
Probablemente los acusados no habrían llegado a prisión si desde un primer momento todos hubiésemos visto que el desenlace fue completamente accidental, producto fortuito de un único golpe (como parecen apuntar ahora los forenses).
Saldríamos de dudas sobre cómo y quién comenzó la disputa. Y sabríamos con mayor exactitud la responsabilidad de cada uno de los implicados en el altercado.
Tener grabaciones de lo sucedido no es malo. Ayuda en muchas ocasiones y seguro que cualquiera que haya tenido algún asunto legal en el que necesite demostrar su inocencia o la culpabilidad de otro, en seguida intentará buscar cámaras (de una tienda, un banco, o lo que sea) en las que se haya podido reflejar lo sucedido.
Lo que hay que controlar, y en lo que es necesario trabajar, es en el acceso a dichas grabaciones, para garantizar que sólo se utilicen bajo autorización judicial en caso de que sea necesario esclarecer algún suceso.
pikunieta
me parece un poco iluso creer que podemos controlar lo que se haga detrás de esas cámaras y el acceso a esas grabaciones, porque estarán gestionadas por entes que se saben buscar la vida para ofrecernos sus “vías legales” y “nuestros derechos” cuando por detrás no tendremos ni idea de lo que harán. es uno de los peligros de la tecnología, que a la gente nos venden sus “ventajas, servicios y adelantos”, mientras el poder de quienes lo implantan y el control que de la sociedad obtienen aumenta hasta un punto que ni sospechamos.
en cambio, si nos esforzamos día a día por practicar valores diferentes de esos de “puñetazo a la primera de cambio”, no tendremos que estar justificando la implantación de un estado totalitario en base a que cuando nos pase algo lo podamos denunciar. sí, exige más esfuerzo, pero a la larga es más sano y efectivo, a no ser que queramos convertir el mundo en el patio de una cárcel para saber a quién hay que denunciar si nos miran mal.
más solidaridad y apoyo mutuo, y menos individualismo.
madre mía…
Marron
aquí os mando un video de las cámaras de vigilancia que tienen en reino unido
http://alt1040.com/2012/02/nuevas-camaras-de-vigilancia-en-reino-unido-tambien-dan-ordenes
Burgalés
Cada vez nos acercamos más a la sociedad totalitaria y videovigilada que describía Orwell en su libro 1984.
Anónimo
Lo que hay que hacer también es drogarse menos.
Y como drogas incluyo alcohol por supuesto , porque es una droga muy peligrosa.Por supuesto también todas las demás mierdas, como hachis, pastillas, anfetaminas, cosa, caballo…
John Vaina
tambien hay que dejar la sal, porque es muy mala. retiene liquidos