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el viejo BakuninEstando reunidos en sesión plenaria, la puerta de nuestra redacción sonó de manera insistente. Nadie detrás de ella, simplemente un sobre cerrado cuyo remite nos dejo sobrecogidos: M.A. Bakunin.

Queridos compañeros burgaleses:

Hace tiempo que os observo desde este limbo sin tiempo ni espacio donde me hallo confinado, en este lugar reservado para los exiliados del paraí­so, para las almas errantes y los espí­ritus inconformistas. En este lugar donde ya no siento ni padezco, los dí­as pasan placidos y monótonos rodeado de herejes medievales, atracadores de bancos de la Belle Epoque y otros tantos soñadores que habitan estas regiones desconocidas.

Os conozco, queridos compañero, desde que a penas erais unos adolescentes y recorrí­as las bibliotecas de vuestra ciudad en busca de los libros que contení­an mis palabras. Pronto os disteis cuenta que en la calle habí­a más sabidurí­a que en las palabras de un viejo ruso, os disteis cuenta que no habí­a teorí­a revolucionaria sin práctica revolucionaria. Vuestro entusiasmo me regocijaba el corazón, vuestra dedicación sorprendí­a incluso a tantos otros compañeros que comparten conmigo este eterno exilio. No más deciros que vuestro “compatriota” Buenaventura Durruti siempre estuvo al tanto vuestra pasión ilimitada.

Erais a penas unos niños y ya no conocí­as dudas, creyentes sin dios, que la sociedad sin estado que tanto anhelabais estaba a la vuelta de la esquina, que la podí­ais rozar con los dedos de la mano, sintiéndola respirar con cada una de vuestras iniciativas.

El tiempo pasó, y sin embargo no dejasteis de ser niños salvajes en busca de la utopí­a tan realista de un mundo sin dirigentes ni dirigidos. Madurasteis si, pero os negasteis a ser adultos grises y resignados. Decidisteis encajar los golpes y levantaros una y otra vez sin agachar la cabeza. Os mordió la misma idea que agitó mi entera existencia.

Me llena de emoción, mis queridos y jóvenes compañeros, cuando releo los periódicos de los varios paí­ses de Europa por donde habéis deambulado, cuentan vuestras andanzas y persecuciones. Pero no os he hecho falta salir de vuestra ciudad, a algunos de vosotros ni tan siquiera del barrio, para estar presentes en las más grandiosas batallas.

Mientras estuve vivo, mi existencia siempre transcurrió de paí­s en paí­s, en busca de la ansiada revolución, de exilio en exilio, escapando de la persecución de todos los regí­menes. Sin embargo no tuve la oportunidad de contemplar un movimiento anarquista en mi Rusia natal. Después, desde este limbo sin espacio ni tiempo he visto como otros tantos se desangraban por querellas internas, he visto a muchos compañeros tan interesados en ponerse etiquetas con las que diferenciarse los unos de los otros, que cuando la revuelta ha llamado a su puerta, no han tenido oí­dos para escucharla entre tanta palabrerí­a.

Vosotros, los amados hijos que nunca tuve, habéis sabido limar vuestras asperezas, habéis aprendido a agruparos no entorno a una hipotética escuela o tendencia, sino a una lucha y a un conflicto concreto. Me diréis que os estoy adulando, pero creedme cuando os digo que sois la envidia de muchos de los que conmigo comparten este limbo sin espacio ni tiempo.

Pero también os tengo que decir que, aquí­, desde esta región desconocida, he visto como se os avecinan tiempos difí­ciles, tiempos de persecución indiscriminada. Vuestros enemigos, nuestros eternos enemigos, ya están afilando la cuchilla de la guillotina que os tienen reservada, preparan ya la bandeja de plata con la que mostrar a la opinión pública vuestras cabezas junto a la de la de otros tantos disidentes burgaleses.

Desde este rincón sin coordenadas, todo lo veo y todo lo oigo, soy un poco, mal que me pese, como el dios del Antiguo Testamento. Y os prevengo, mis queridos y jóvenes compañeros. He visto como, a los que llamáis “Caciques del ladrillo” exigen turbados vuestro público linchamiento, comentan indignados entre si que cómo os atrevéis a criticar una cosa que se llama “especulación urbaní­stica” que este pobre viejo ruso del siglo XIX, no termina de comprender bien. Lo que si que comprende perfectamente es que sus conciencias no están tranquilas, cada noche un mal sueño turba su descanso. Hay episodios que no pueden borrarse de algunas conciencias por mucho dinero que se pague.

He visto también como un tal Méndez Pozo, cuya conciencia tampoco esta muy tranquila, ha exigido a los redactores de su periódico un especial tratamiento, no solo para vosotros compañeros, sino para todo aquel que no se santigí¼e ante las verdades absolutas que manan de sus hojas.

He visto también como desde un despacho de aquel horrible edificio que llaman “Subdelegación de Gobierno”, se esta preparando el proceso represivo que pacifique vuestra ciudad de Burgos. He visto como manejan las fotos que, los agentes de lo que en mi época se llamaba 3ª Sección, luego CHEKA, KGB, Brigada Polí­tico Social, Policí­a del Pensamiento, etcétera…,os han hecho amparados en la sombra. No dudarán de acusaros de lo que sea, así­ se fabrican los monstruos…

Sed fuertes compañeros, se acercan dí­as difí­ciles y debéis estar a la altura de las circunstancias. Reconocer errores no es de cobardes, sino de aquellos que están a la altura de la más alta expresión de la ética y de la moral: la ANARQUíA.

Recordar las palabras de Piotor Kropotkin, otro viejo ruso que comparte este exilio perpetuo conmigo, y que también os saluda afectuosamente:” Es necesario tener presente que nuestra lucha no sabe de sentimentalismos. Altruismo, fortaleza de ánimo y de voluntad marcan el camino hacia la ansiada meta pudiendo hacernos superar cualquier obstáculo”.

Cuando la muerte os este esperando vestida de uniforme detrás de cada esquina, y vengáis a reuniros conmigo en este limbo donde os espera Xosé Tarrio, Jules Bonnot, Severino di Giovanni, Salvador Puich Antich, Christos Marinos y vuestro paisano burgalés, Nicolás Neira, cuando os hagan volar desde alguna ventana de comisarí­a y hablen de “vuestra muerte accidental”, o simplemente cuando al levantaros os miréis al espejo, aunque sea el espejo de una celda de aislamiento, tener siempre presente, amadí­simos compañeros, estas tres palabras: “MERECIí“ LA PENA”.

Siempre merece la pena luchar, es una pasión liberadora que inflama los corazones de los que “no tenemos miedo a las ruinas porque heredaremos la tierra”.

Un fortí­simo abrazo con el corazón compañeros.

Siempre vuestro

Mijail Alexándrovich Bakunin

 

14 Comentarios para “Carta póstuma a los anarquistas burgaleses”

  1. Exiliado

    Eso que yamas el limbo,
    Vale mucho mas que el cielo.

    Un abrazo a ti tambien!!!

  2. sonidos de la calle

    algún perro estará flipando esta mañana!!!. Como escriben estos chicos eh???.

  3. SISI

    Es normal que os escriban esta carta, yo no os sigo desde hace tanto tiempo, pero aun asi estoy encanta de haberos conocido y de todo lo que he aprendido gracias a vosotros.
    Seguramente es cierto que os espera una época difí­cil, pero aguantar ,sé que lo hareis, por q se que teneis la fuerza suficiente. íNIMO

  4. midat

    Bakunin se ha acordado de Nicolas Neira anarquista burgales que en julio del 36, salio a la calle a parar el golpe de estado fascista, sin armas nada pudo hacer y el y sus compañeros fueron vilmente asesinados, su sangre derramada no fue esteril, pues por estas tierras siguen saliendo rebeldes y disidentes.

  5. Dios

    íšltimas noticias:
    El limbo no existe según la iglesia católica desde hace ya un tiempo.
    El Siglo XIX pasó hace un siglo y pico, según todos los estudios.
    Como sigáis así­, nadie os va a tomar en serio y acabaréis siendo 4 locos gritando en el desierto.

    Os aprecio, a pesar de todo.

  6. Lucifer

    Seguir asi mis queridos jovenzuelos, he de reoconocer que lo estais hacindo muy bien, el oido, la ira y el caos con los que fuisteis creados han dado su resulatdo.

    Fausto me vendió su alma a cambio de la gloria terrenal, vosotros habéis preferido perderla luchando a barzao partido. Habeí­s elgegido vuestra perdición, y en breve os estaré esperando en mis dominios. Cuando finalmente den con vosotros y altivos esteis encima del patibulo, recordad estas palabras de algún escritor desconocido:

    “Por muy infames que sean los canallas, nunca los son tanto como la gente decente”

    Vuestro más sincero admirador:

    Lucifer
    El primer anarquista de la historia

  7. NuNcA dEsAlOjArAn NuEsTrOs SuEñOs

    El amor hacia nuestros compañeros presxs
    hacia aquellxs que murieron conquistando su vida
    y hacia aquellxs que dia a dia nos cuidan
    nos da fuerzas para segir luchando.

    El odio hacia aquellxs que nos roban la vida
    solo me hace pensar una cosa…

    LA REVUELTA ES INEVITABLE
    VIVA LA ANARQUIA

  8. Freakasado

    Lucifer mira haber si te tomas el Rivotril o te tiras por la ventana.

  9. bootboy

    MERECIO LA PENA, OSTIA Sí MERECIO LA PENA, ADELANTE, EL MAÑANA ES NUESTRO COMPAÑEROS

  10. Demócrata

    Ante la suplantación de personalidad en este foro he decidido abandonar mis comentarios, las personas que lo dirigen deberian impedir que gente copie nicks para provocar y conseguir que luego odien a un comentarista que nunca ha pretendido ofender. Hasta que no remitan los ataques a mi nombre Gamonalero no volveré a comentar, sepan que igual algún dí­a alguien les copia su nick y hablará en su nombre. Más control y más libertad de expresión. Gracias. Nunca pretendí­ ofender en este foro.

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