Para los que tengan memoria, edad o curiosidad suficiente les será fácil recordar una entrevista a Cela durante la que confesaba la habilidad de absorber por el culo litro y medio de agua de una palangana. Dicho lo cual, y para regocijo profesional de Mercedes Milá, el comentario eclipsó todo el trabajo anterior del escritor siendo recordado por su capacidad absorbente, como el otro lo fue por la borrachera del mineralismo o aquel por su váyase a la mierda.
Habilidades similares a la de Cela no deben ser exclusivas de escritores o delatores franquistas. Tenemos un buen ejemplo en quienes dicen representar a la clase trabajadora de este país, a sus máximos exponentes decimos: Toxo y Méndez. Aunque sospechamos que la habilidad de estos dos individuos no es tanto la de succionar como la de hacer ventosa -que no ventosear; no faltemos al respeto-. Exponemos esta teoría porque explicaría a la perfección lo vivido estos años de crisis y el consiguiente comportamiento de los sujetos aludidos. Basta con que entremos a analizar los grandes sucesos que Méndez y Toxo han protagonizado recientemente. Hablamos de la ruptura de las negociaciones por parte del gobierno que llevó a la reforma laboral. Al parecer Toxo y Méndez seguían ahí sentados y satisfechos pese a las barbaridades que se ponían sobre la mesa; de manera que la verdadera dificultad de Zapatero, en este caso, no fue mantener la cordialidad, no, sino levantar a estos tíos de la mesa de negociación. Fue entonces, en el momento en el que -imagino a Corbacho haciendo palanca con una barra de uña- descorcharon sus posaderas de los sofás de cuero, de las sillas de los restaurantes, del tapizado ministerial y se les invitó a salir hasta ver la puerta por fuera, cuando Méndez y Toxo tomaron conciencia social. Y, como el borracho al que expulsan de un bar, y ya en la calle grita indignado: con que me echáis ¿eh?; ¡pues ahora me voy yo!, recordaron que eran sindicalistas y que tenían pancartas y obreros a cascoporro para sacar a la calle.
Así, obligados por la incómoda sensación de tener el colon desprotegido, montaron una huelga. Una huelga lo suficientemente creíble para garantizar el regreso de sus nalgas a posiciones más importantes que el frío de la calle. Porque está comprobado que existe gente importante -cada vez menos- y, también, que existe gente que necesita sentirse importante -cada vez más- y éstos acaban por lo normal de políticos o, dado el caso, de sindicalistas. Volvemos a sospechar que la necesidad de sentirse importantes y la faceta ventosa de Toxo y Méndez tienen mucho que ver con que el pasado día 27 se llegara a un acuerdo para aumentar la edad de jubilación.
Es el culo una parte de la anatomía que siempre sorprende. Decía Quevedo: “Fuera de que el ojo del culo es uno y tan absoluto su poder, que puede más que los de la cara juntos“ y es verdad. He aquí el ejemplo. Pues no les bastó a Toxo y Méndez ver lo claro de las cifras con las que se engañaba el acuerdo. Aumentando a 67 la edad de jubilación,aparte de joder al obrero, se dificulta el acceso al trabajo a aquellos que pueblan y poblarán las oficinas de desempleo. Aumentando el mínimo de cotización para acceder a una pensión de 15 a 25 años se impide que, con la nueva reforma laboral que multiplica la temporalidad, millones de jóvenes puedan llegar a cotizar tanto mientras son contratados tres… cinco… siete meses al año. Aumentando el cálculo de las pensiones de los 15 a los últimos 25 años cotizados -quien lo logre,claro- sólo se consigue que la futura pensión pierda un diez o un veinte por ciento. Todo ello a mayor gloria de las gestoras privadas de pensiones con las que cuentan alguna participación (como ejemplo sirva el pareado: planes de pensiones de las administraciones). Pues visto esto y visto todo lo anterior -que hace el disparate de que la crisis de los ricos la estemos pagando los trabajadores y los pobres- no les arredró a Toxo y Méndez para hacer vacío con el recto hasta la firma en los honorables, blancos y modernos sofás de Zapatero. Como le ocurrió a Cela sus habilidades con el culo han eclipsado décadas de sufrimiento y siglos de luchas obreras.
Sólo nos queda, para resarcirnos, denunciar con las mismas palabras que usó Miguel Hernández a tanto monaguillo del poder, a todo abanderado y defensor de tanto Toxo del Culo y tanto Mendez de la Nalga. A todos aquellos que en elecciones nos piden su apoyo para la UGT o las CCOO: “...se te ha visto bajo los pantalones el roquete y bajo la mirada el ano hambriento. Algún día estarás, me cago en Cristo, dentro del purgatorio de un retrete enunciando la mierda con tu aliento“.
Rubén de la Peña
kalandrakas
Genial artículo. ¿Qué mas se puede decir?
Rubén
Rectificar que los años mínimos para acceder a una pensión no son 25, como pone el artículo, sino que siguen sienro quince.
Roberto Domínguez
Grande como siempre Rubén.