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avion-retocadoEl 12 de septiembre de 1948 la Historia de España estuvo a punto de ser modificada de forma drástica. Un misterioso avión proveniente de Francia sobrevoló por unos minutos la donostiarra Bahí­a de la Concha. En el palco de honor, los jerifaltes del régimen se agolpaban para presidir aquella tranquila mañana de domingo de regatas, desconocí­an que sobre sus cabezas gravitan varios kilos de bombas incendiarias. Un grupo de anarquistas exiliados estaba a un punto de materializar su conspiración: OBJETIVO MATAR A FRANCO.


“Los atentados personales son eficaces en la medida en que la ví­ctima acapara poderes. Matar a un rey constitucional por un complot y no por una revolución no cambia las cosas salvo para su heredero. Pero si alguien hubiera eliminado, por ejemplo, a Hitler en 1939, ¿cómo se puede afirmar que su muerte no hubiese sido beneficiosa para Europa?. Nosotros, cuando intentamos liquidar a Franco en 1948, estábamos convencidos que habrí­amos modificado por completo la Historia de España. En esa época Franco no habí­a conseguido todaví­a legitimar su sistema”

Son las declaraciones que Laureano Cerrada Santos, cerebro del atentado fallido contra Franco en la Bahí­a de la Concha de San Sebastián, realizo al periodista Eliseo Bayo, posteriormente incluidas en su libro Los atentados contra Franco. Declaraciones realizadas dí­as antes de que Laureano Cerrada fuese misteriosamente asesinado en Parí­s en 1976. Sin embargo, las noticias sobre el espectacular proyecto no fueron divulgadas por la prensa francesa hasta febrero de 1951.

Pero, ¿cómo se tramó el atentado que estuvo a punto de cambiar la Historia?

escanear0006La mañana del 12 de septiembre de 1948 amaneció soleada sobre San Sebastián. En las aguas de la Concha se disputaba la segunda jornada de regatas traineras que enfrentarí­a a las embarcaciones se Fuenterabí­a y Pedreña entre las que existí­a una prolongada rivalidad. Para añadir más emoción, la competición contarí­a con un espectador de excepción: su Excelencia el Generalí­simo Francisco Franco.
La presencia de tan ilustre invitado  habí­a hecho que en las inmediaciones del “Club Náutico” donde Franco serí­a recibido por las autoridades locales, se agolpara una importante muchedumbre. El jefe del Estado y su esposa embarcaron en una canoa de la Comandancia de Marina, acompañados por varios ministros y autoridades militares para presenciar las regatas.

En el cielo de San Sebastián se dibujo una pequeña avioneta en cuyo vientre se albergaban varias docenas de bombas incendiarias y de fragmentación procedentes de la Segunda Guerra Mundial. Un polvorí­n volante sobrevolaba las aguas donde se encontraba Franco. Desde tierra su evolución pudo tomarse como una de las piruetas de acrobacia aérea con las que se acompañaba el duelo de traineras. Que gran equivocación…

Los preparativos del atentado

La idea de un atentado aéreo contra Franco no fue original de Laureano Cerrada, según el mismo declaró, fue Pedro Mateu, por aquel entonces secretario de coordinación del M.L.E-C.N.T1. en Francia, quien ideo el proyecto. Pedro Mateu era famoso por su participación en el atentado personal contra el presidente del Consejo de Ministros Eduardo Dato en marzo de 1921. Un atentado realizado en represalia por las muchas muertes de sindicalistas y anarquistas en Barcelona a manos de los pistoleros del denominado “Sindicato Libre” ligado a la patronal. Pedro Mateu pudo salir de la cárcel tras la llegada de la República y después de la Guerra Civil se exilió en el paí­s vecino.

Ante el evidente estancamiento del proyecto Laureano Cerrada se encargo de asumirlo en primera persona y ponerlo en marcha por cuenta propia:

“se hablaba un tanto ambiguamente de la posibilidad de comprar un avión para realizar algo importante. También se buscaba un piloto que fuera capaz de cumplir una misión delicada y de la máxima importancia. Los organizadores no me dijeron nada. Lo llevaban con el máximo secreto, y cuando se lo pregunte a Mateu me contesto con evasivas, refiriéndose además a la falta de dinero. No hicieron nada en un año, salvo reunirse cada quince dí­as a tomar café con la Revolución”

Pero, ¿quién era ese hombre capaz de conseguir el dinero para el aparato y los hombres necesarios para que el proyecto despegase?.

cerrada_santos_laureanoLaureano Cerrada Santos nació en Miedes (Guadalajara) en 1902. Fue discí­pulo del maestro Racionalista José Alberola, padre de Octavio Alberola. Durante el periodo de la II República trabajó como peón de ví­as en Barcelona. Su papel fue clave durante las jornadas de julio de 1936 al inicio de la Guerra Civil, participando en la toma del cuartel de Atarazanas y la Capitaní­a General, así­ como la Estación de Francia para evitar el éxito del alzamiento. Durante el desarrollo de la guerra fue delegado del comité que se encargaba de gestionar los ferrocarriles. Tras la caí­da de Barcelona pasó a Francia con su hijo inmerso en la marea de refugiados que cruzaron los Pirineos. Posteriormente cuando una parte de Francia será ocupada por las tropas de la Alemania nazi, Laureano Cerrada es detenido y obligado a trabajar fortificando la lí­nea de Normandí­a.

Parece ser que Cerrada logrará escapar de Normandí­a gracias a la falsificación de un documento donde se decreta su libertad. Una vez se asienta en Parí­s la falsificación, la llave que le ha permitido escapar de los nazis, será una de las actividades a las que consagre su vida.
Una vez en Paris Cerrada se lanzará a una vertiginosa empresa de falsificación de cartillas y vales para el racionamiento así­ como de pasaportes y documentos que permiten huir a personas perseguidas por el régimen nazí­. Se convertirá el enlace entre diversos grupos guerrilleros,  creará depósitos de armas para el maquis, coordinara  redes de huida, imprentas para la falsificación de documentos oficiales, pisos francos.
Tras la liberación de Parí­s, Cerrada dedicó su talento y su riqueza ilegalmente adquirida y su extensa red clandestina de hoteles, garajes y empresas para oponerse al régimen de Franco.
Dirigió durante algún tiempo el periódico Solidaridad Obrera y perteneció al comité de relaciones de la FAI2, además de ocupar diversos cargos para la C.N.T desde la capital de la Torre Effiel.

El denominado “método cerrada” comenzó a resultar molesto para algunos miembros de las organizaciones libertarias que se habí­an acomodado en suelo francés.  Cuando la prensa gala comenzó a airear los detalles de su “imperio criminal” después de haber sido detenido en posesión de unos dudosos marcos alemanes,  los históricos del exilio sintieron como su hasta ahora su “amistosa” relación con las autoridades francesas entraba en peligro. Laureano Cerrada fue finalmente expulsado del movimiento libertario en 1951 por su “métodos inadmisibles”. Sin embargo continuó vinculado en labores conspirativas contra el franquismo hasta su muerte.

Fue Laureano Cerrada, uno de los activistas más audaces e imaginativos, y al mismo tiempo más olvidados, de la historia del anarquismo ibérico, quien se propuso realizar el atentado que acabase con la vida del General Franco. No era la primera vez que lo intentaba, ni serí­a la última vez en la que este Leonardo Da Vinci de la acción conspirativa aportaba todo su talento para conseguir un objetivo soñado por muchos.

Para poner en marcha tan insólito propósito, Cerrada se hizo con un aparato adecuado para la misión y una serie de hombres dispuestos a llevarla a cabo.

La avioneta Norécrin y su tripulación

La avioneta destinada a bombardear al caudillo era un modelo cuya denominación técnica era “Nord 1202/II Norécrin II” y contaba con una velocidad máxima de 280 km/hora.

En palabras de Antonio Ortiz, uno de los tripulantes de la avioneta, “aquello era una bicicleta”. Sin embargo gracias a una serie de retoques el inocuo aparato dejaba de ser inofensivo al serle instalada una trampilla por donde arrojar las bombas sobre la cabeza de Franco.

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Pero, ¿quién tripularí­a el Norécrin en el dí­a y hora señalado?
Entre los tripulantes de la avioneta figuran algunos nombres ilustres del anarquismo ibérico como José Pérez “El Valencia”  que habí­a pertenecido al legendario grupo Nosotros junto con Juan Garcí­a Oliver y Buenaventura Durruti, y que participa en la denominada columna Los Aguiluchos durante la Guerra Civil.
escanear0004Antonio Ortiz perteneció también al grupo Nosotros, fue jefe de columna primero y de división después en el Frente de Aragón. Estuvo vinculado al Consejo de Aragón, organismo que se encargaba de la gestión de las colectividades libertarias, junto con Joaquí­n Ascaso (hermano de Francisco). En 1938 huyó a Francia acusado de deslealtad y robo en lo que el libro “Ortiz. General sin dios ni amo” define como una maniobra de los stalinistas. Fue victima además de un intento de asesinato, al parecer por miembros de la propia C.N.T. Combatió junto con los aliados en la II Guerra Mundial y después del atentado frustrado se refugio en Venezuela.
Para pilotar la bicicleta se necesitaba un piloto con experiencia y para ello Cerrada contó Primitivo Pérez  que le habí­a sido presentado por Pedro Mateu, y que durante la Guerra Civil habí­a pilotados los famosos aviones Mosca, cedidos por el Estado Soviético al Ejercito Republicano para la defensa de Madrid.

Para la compra de la avioneta Cerrada se valió de la ayuda de Georges Fontenis, por aquel entonces secretario de la Federación Anarquista Francesa y director del periódico Le Libertaire. que se hizo pasar por un importante hombre de negocios que querí­a darse un capricho. Para el pago, los cientos de millones que Cerrada habí­a logrado falsificar facilitaron la transacción.

El dí­a X

El dí­a señalado para el atentado el Norécrin despego desde Dax para dirigirse hacia San Sebastián. Al poco rato sus tripulantes pudieron divisar las estribaciones de la costa española, poco después se encontraban sobrevolando el Monte Igueldo.

Nada más hacer acto de presencia en la Concha dos cazas españoles salieron a su encuentro. Primitivo intento despistarles realizando varias maniobras de despiste. Eran, sin embargo, la única avioneta particular.

–    ¿Qué fem? preguntó “El Valencia”
–    Voy a dar otra vuelta y luego trataré de ascender a la altitud máxima que nos permita este trasto y desde allí­ les arrojamos el regalo-, respondió el piloto mientras se afanaba con los mandos del aparato.

Ortiz no lo veí­a claro. -¿Dónde caerán?.La consigna era “ni una bomba en el barrio des pescadores, todas para el pescador de agua dulce” .Al mismo tiempo Ortiz pensaba que si el piloto querí­a el avión podrí­a transformarse en un torpedo volante al más puro estilo kamikaze.

Los cazas seguí­an acosando y realizaron señales con las alas al piloto para que los siguiese. Primitivo sin pensarlo dos veces cayó en picado hacia la superficie del mar y cuando sus ocupantes ya se veí­an en el fondo viró el aparato y a todo trapo puso rumbo a Francia. Por el camino ya tendrí­an tiempo de deshacerse del peligroso “equipaje” antes del aterrizaje.

En el campo de aviación de Dax los estaba esperando Cerrada junto con otros compañeros. La expresión de abatimiento de los tripulantes hablaba por si sola.

-¿Qué ha pasado Ortiz?, preguntó Cerrada devorado por la angustia.
– Luego hablamos Cerrada, vamos a descargar lo que ha sobrado del vuelo.

Ya en el hostal donde se habí­an alojado el piloto expuso la situación con detalle. Cerrada no para de preguntar como si no pudiese creer lo que estaba escuchando. Entonces Intervino Ortiz:

– Mira Cerrada, si alguien deseaba haber estallado todas las bombas sobre la cabeza de Franco, ese era yo. Pero no se puede confiar en el cielo y hay que disponer de buena información. í‰ramos la única avioneta particular y nos salieron al paso seis cazas.

Pero Cerrada no iba a darse por vencido. Esa misma tarde llamó por teléfono a los miembros de la tripulación que se habí­an desplazado a una localidad vecina. Cuando regresaron a Dax les expuso los detalles del nuevo plan que habí­a alumbrado su calva cabeza.

-Considero que hemos trabajado por demasiado para darnos por vencidos así­ por las buenas. ¿Y si lo intentamos de nuevo mañana?

El plan consistí­a en sobrevolar el Palacio de Ayete residencia habitual de Franco en San Sebastián y donde cabe suponer que dormirí­a. Sin embargo una lluvia torrencial convirtió en un barrizal el campo de aterrizaje donde se encontraba el Norecrin. No hubo manera de mover el aparato encallado hasta la mitad de las ruedas en el lodo. Se perdí­a la posibilidad de reintentar lo que la anterior mañana habí­a fracasado.

¿Por qué fracasó el atentado?

Existen varias hipótesis que tratan de explicar el por qué del fracaso del atentado aéreo. En el libro Los atentados contra Franco, Eliseo Bayo desliza la teorí­a de una posible delación, centrando sus sospechas en el piloto.
En esa misma lí­nea del “chivatazo” se encuentra el escritor Cesar Galiano donde en su novela “Laureano Cerrada, el empresario anarquista cita el hecho de que cuando Cerrada fue nuevamente detenido por falsificación en 1957 el comisario de policí­a que lo interrogó le expela:

-A veces pareces un novato, Cerrada. Deberí­as saber con quien te la juegas. Los pescadores de agua dulce salen siempre ganando.

Esa expresión “pescador de agua dulce” era el nombre en clave que en la operación se daba a Franco, solo conocido por los que preparaban el atentado.

Por su parte, el historiador Antonio Téllez  en su Historia de un atentado aéreo contra el General Franco plantea una teorí­a diferente. Señala que el hecho de que no pudieran enmascara las matrí­cula de la avioneta hizo que los cazas españoles no disparasen al ver que se trataba de una avión francés. Si hubiese habido una chivatazo el pequeño Norécrin seguramente no habrí­a regresado.

A modo de conclusión

El viejo veterano anarquista, incansable falsificador y uno de los hombres más buscados en la época por la Interpol declaró unos dí­as antes de ser acribillado a balazos en una calle de Parí­s:
“La victoria más aplastante de Franco fue morir en la cama. Ni una solo de los proyectos de la oposición y ni una sola de sus esperanzas se cumplieron en vida de él. Para el General Franco su 20 de noviembre fu su uno de abril”

Ni uno solo de los atentados destinados a terminar con la vida del Caudillo logró su objetivo. La mayorí­a de las personas que estuvieron involucradas en los mismos pagaron con su vida el intento. Otros, los menos, pasaron varias décadas en oscuras cárceles franquistas. Durante muchos años no merecieron más estudio o biografí­a que “las escritas en los resultados de las sentencias”.
“Tras la muerte de unos y otros…solo queda la Historia….único tribunal que entiende el lenguaje de los muertos”

Referencias bibliográficas
–    BAYO, Eliseo, Los atentados contra Franco, Plaza & Janes editores, Barcelona, 1976
–    EDO, Luí­s Andrés, La CNT en la encrucijada. Aventuras de un heterodoxo. Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2006
–    GALIANO, César, Laureano Cerrada, el empresario anarquista, Pepitas de Calabaza, Logroño, 2009
–    Tí‰LLEZ, Antonio, Historia de un atentado aéreo contra el General Franco, Editorial Virus, Barcelona, 1993

14 Comentarios para “El atentado aéreo contra el general Franco”

  1. Anónimo

    Se debieron intentar muchí­simos atentados contra el Terrorista, sin duda.
    Este de la avioneta que sobrevuela su cabeza y le arroja bombas incendiarias, etc.,….., a mí­ me parece un cuento.
    No digo que no se intentara hacer eso en su momento, pero que las probabilidades de que eso saliera según lo planeado debí­an ser nulas o casi nulas.

  2. jesus

    magnifico texto ,solo contiene un error que convendria correguir juaquin ascaso no era hermano de francisco ascaso sino primo

  3. Anónimo

    Tomo nota, siempre habia creido que eran hermanos. Nunca se acuesta uno sin aprender algo más.

  4. Anónimo

    ¿Qué porbabilidades tení­a Leonardo Da Vinci de que sus aparatos llegarán a volar? Existe una abundante docuemntación sobre el intento de atentado contra Franco en la Bahí­a de la Concha. Te recomiendo cualquiera de los libros que se citan en el artí­culo.
    Siempre hay visionarios que se poponen realizar lo que muchos soñarí­an. Lastima de fallo.

  5. ulano

    les falto testiculitis algo que le sobraba a la hipotetica victima del atentado
    les falto la firme voluntad de actuar a toda costa si como explican lo tenian
    debajo de su avioneta, luego los cazas lo hubieran abatido, pero eso ya es
    otra historia.

  6. Pipiolo

    Puede que les faltase testiculitis o sobrase cerebro, al fin y al cabo inmolarse siempre fue cosa de gilipollas(ya sean musulmanes o cristianos), pero en una cosa te equivocas el objeto del atentado no andaba muy sobrado de testí­culos ni tampoco de cerebro, todo lo contrario, hay que ser muy miserable para tener pasado tan turbio y desprestigiado.

  7. Anónimo

    De todas fromas hubo otros intentos y otros proyectos, ya se irian relatando..

  8. Peludo

    Muy buen texto, muy divulgativo e interesante.
    Sobre si al plan le falto arrojo…sinceramente ojala se viese en estos dias la mitad del que demostraron esos hombres y, como han dicho por ahy, eso de inmolarse no lo veo muy factible(salvo casos extremos, extremos).
    El espiritu que mostraron aquellos hombres, ese es el espiritu! En fin, una gran lastima, otra vez mas, aver para cuando una alegria.

  9. César Galiano Royo

    Buen resumen, compañeros. Os agradezco la referencia a mi librito sobre aquel hombre increí­ble. No obstante, cada vez que pienso en ello una vez más, se me comen las dudas. Sé que Cerrada creí­a que, acabando con Franco, se acababa el régimen. Quizás tuviera razón, por supuesto, pero yo cada dí­a lo creo menos. No sé. Creo que, si Franco hubiera muerto en aquel atentado, simplemente otro general habrí­a tomado su lugar. A fin de cuentas, el gobierno de Franco (como todos) estaba lleno de alimañas y de serpientes. Ya digo, no lo sé. Y, en cualquier caso, nada en este mundo puede eliminar el romanticismo del intento de acabar con ese energúmeno.
    Un saludo y un abrazo.

  10. Mariano-Oyono ESONO MANGUE

    El mundo así­ funciona: a unos parece que haciendo el mal les protege el diablo y a otros parece que le abandona sus íngeles Custodios.
    En nuestra época sigue habiendo muchos Franco Bahamonde – Paco, un verdadero peligro para sus pueblos.

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