Dicen, que los perros se parecen al amo y nunca una frase fue tan certera si la trasladamos a los cuerpos represores, en concreto nos referimos a la UPR de Burgos.
8 de Marzo de 2018, era jueves, me desperté pronto a las 5h. Cogí una mochila, bocadillo y una botella de agua para abandonar mi hogar. Me dirigía a las cocheras donde duermen los autobuses públicos en “La carretera Poza” y llegaba tarde. Llegaba tarde, muy tarde. Cuando llegué pocos metros antes de acercarme ya oía gritos, gritos de nuestras compañeras, el piquete de la huelga del 8 de Marzo ya había comenzado y conocidos y destacados miembros de la UPR en Burgos estaban atosigándolo.
Recuerdo ese piquete como si fuese ayer, esa mañana pensé que al “el jefe“ de la UPR le había sentado mal el café, pero con el tiempo descubrí que era así siempre. “el jefe“ de la UPR llama la atención por su mala hostia, pero además por su estatura, cuesta creer que una persona de su estatura haya alcanzado el mando de un grupo de fornidos maderos. Como os digo, malas formas, muy malas formas, mucha presión. El piquete en las puertas de las cocheras resistía a los intentos policiales por disolverlo, empujones, insultos y todo tipo de trabas… Recuerdo ese piquete por su elevada tensión, maderos rodeándolo continuamente, con los cascos puestos, con una actitud amenazante y forzando a los integrantes a permanecer en una zona espacial concreta. Daba la sensación de que en cualquier momento estuviesen dispuestos a cargar. Finalmente el piquete termina sin incidentes, pero no el resto del día. En posteriores actividades de la huelga varias compañeras resultaron detenidas y hubo cargas policiales, la actitud de los policías era claramente acosadora, cualquier pretexto iba a hacer saltar “la porra tonta“ de un grupo de maderos con ganas de prepararla.
Este 8 Marzo de 2019 volví al piquete, a apoyar a las compañeras. Pero esta vez el piquete era otra cosa, los policías no acosaban, “el jefe“ ya no andaba tocando los ovarios y otro policía con una actitud mucho más conciliadora llevaba la voz cantante. La pasividad de los policías era completa pese a que ni siquiera se estaban cumpliendo los servicios mínimos que días antes había pactado el Ayuntamiento con los sindicatos amarillos y con mucha visión electoral. Los policías sólo entraban en escena cuando alguno de los empleados de la empresa municipal de transportes pretendía atravesar el piquete buscando la confrontación y mediaban para que utilizasen otro acceso. No tenían puesto el casco y estaban a varios metros del piquete. El piquete finalizó sin ningún altercado policial, muy tranquilo si lo comparamos con el del año anterior.
¿Qué ha cambiado de 2018 a 2019? No han cambiado los perros, siguen siendo los mismos, pero ha cambiado el collar. En 2018 el collar era un collar conservador de un grupo político que no se lleva ningún rédito electoral de estos movimientos, todo lo contrario, seguramente reprimiéndolos tenga mejores resultados. Pero hoy los que manejan la perrera tienen otro objetivo, iban a evitar a toda costa los altercados, a la vuelta de la esquina hay unas elecciones y no conviene ninguna mala noticia en prensa con el movimiento feminista.
Votad, malditos, votad al collar que a vuestro parecer mejor maneje la perrera. Pero, recordar, que por mucho que votéis estos perros no muerden la mano del amo y vosotros nunca seréis sus amos.
Obrero
Pues en 2020 intentad poner el piquete en La Castellana, en Villa Pilar o en Regino,o en DB, y no paréis el único medio de transporte de muchos trabajadores, que aunque no lo creáis hay gente q solo tenemos bus para trabajar.
Anónimo
Tienes razón, quizás sería interesante cambiar de ubicación, pero tene en cuenta que los días en los que se convoca huelga no se trabaja…