El dí­a de la patria

La mayorí­a de los mortales han aprovechado este puente para escaparse de esa realidad cotidiana lejos, muy lejos, pero otros se han quedado aquí­ y se han engalanado con caros trajes y medallas para festejar la festividad de una patria. Este año con este motivo, el de la patria, a Burgos llegaron autoridades regionales para recordar los atentados contra la Guardia Civil.

Entre tanto traje caro, galón y medalla uno no tiene claro si esta fiesta llamada “Dí­a del Pilar“ es un concurso de pavos reales que compiten entre ellos para acaparar la atención y los aplausos o una festividad claramente hipócrita mitad cristiana, mitad filo-fascista, donde los asistentes usan a diario o incluso portan rifles y pistolas mientras se le da gracias a Dios por la paz y las armas que ha traí­do su patria.

No obstante y para rizar el rizo de los esperpéntico en Burgos las autoridades mientras rendí­an culto a Dios, la Virgen y a su patria recordaron los atentados que este año ha sufrido la guardia civil Burgalesa, a los que viven aquí­ uno de los atentados les costo un buen susto y que las viviendas que pagamos entre todos y les dejamos para que vivan quedasen dañadas, a otro le costo la vida mientras trabajaba en las Islas Baleares.

Lo curioso de todo esto es que en Burgos hay muchas personas que este año se han quedado sin casa y también hay otros cinco muertos burgaleses que también se mataron trabajando, esos pobres hombres no tuvieron portadas en los periódicos, ni el reconocimiento de las autoridades, no les han prometido nuevas viviendas, ni caras indemnizaciones, ni a ellos ni a sus familias, tampoco les han hecho una fiesta, no tienen nada, lo poco que tení­an se lo han arrebatado y tampoco se acordó nadie de ellos ni de los huérfanos, viudas y familias sin hogar que han dejado. Esos que celebraban ayer el dí­a de su patria han preparado para esa pobre gente caminos tortuosos sin pena ni gloria que transcurren entre juicios y pensiones.

Pero no solo es olvido, los mismos que andaban en esa fiesta lamentándose por el destrozo de la casa cuartel de Burgos han mandado o permitido que máquinas destruyan las casas de los vecinos de Plaza Vega. Esos mismos que se lamentaban por la perdida de la vida de un burgalés, son los mismos que han girado la mirada a los cinco muertos laborales que llevamos este año en Burgos fruto del “terrorismo patronal“.