Una vez mas vemos como las consecuencias de las diferentes guerras y luchas de poder entre los poderosos del mundo las paga la población civil.
Los atentados cometidos por el Estado Islámico en Europa son consecuencia directa de la política de intervención militar en Asia de los países dominantes. Pero estos no se dirigen hacia los gobernantes responsables de esa política sino contra la población civil.
El objetivo es trasladar el terror que cada día se vive en Siria o Irak por un momento a Europa. Un terror indiscriminado que pagan civiles en ambos continentes.
El atentado de Barcelona debería provocar una ola de protestas de la población local contra los que mandan en el estado español. Sin embargo esta sucediendo todo lo contrario.
El estado esta muy a gusto con el enemigo terrorista que provoca el terror indiscriminado para presentarse de salvadores y únicos garantes del orden. En este sentido el Estado Islámico es el “coco” perfecto y los muertos no los ponen los que mandan sino la gente.
Ahora resulta que todos los burgueses y sus mercenarios son imprescindibles en nuestras vidas para que sean seguras. Los políticos, la policía, los jueces y hasta la mismísima casa real haciéndose fotos con los niños en el Hospital.
Es lamentable leer la carta de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, elogiando a la Guardia Urbana. ¡Pero si estos salvapatrias son los mismos que están persiguiendo y apaleando a los manteros!, son el brazo armado de la injusticia.
En este contexto no era de extrañar la aparición de los matones del estado y defensores de lo establecido con el cuchillo en la mano: los nazis. Su papel en esta función es crear una conciencia fanática y xenofoba en la población que de una manera irracional busque al responsable de sus problemas en el diferente y canalice su odio hacia él.
El estado islámico equivale en nuestra cultura al fascismo más rancio. No dejemos que los autoritarios de diferente pelaje jueguen e intercambien nuestras vidas.
Recomendamos la lectura del texto “todo el mundo ama a la policía” del grupo antimilitarista de Vitoria.
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