Publicado por DV & archivado en Antidesarrollismo, Autogestión, Burgos, Defensa de la tierra.

A continuación, se presenta una reflexión sobre el proyecto de una macro planta solar que la multinacional Edp Renewables Europe S.L. pretende acometer en las tierras del pueblo de Torrelara.

Desde el principio de igualdad castellano, donde nadie es más que nadie, tradicionalmente, las gentes de la Sierra de la Demanda han vivido en sintonía con la tierra, viviendo por y para ella. Con afán de querer seguir aprendiendo y creando pueblo día a día, con la participación, el diálogo, el respeto y el no dejarse vencer por las dificultades.


Para quien no conozca Torrelara, es una localidad situada en la provincia de Burgos, en el antiguo alfoz de Lara, al sur de la sierra de la Demanda y al norte de la sierra de Las Mamblas, a 28 km de Burgos; en la zona conocida como ‘Laponia burgalesa’, denominada así debido al desierto demográfico que sufre esta comarca.

Tiene un área de 12,51 km² con una población de 32 habitantes (INE 2023) y una densidad de 2,55 ha/km². Es un pueblo que se mantienen casi inalterable al paso del tiempo y que vive en estrecha relación con el bosque y la tierra, de la que tradicionalmente han obtenido sus principales recursos en forma de cereal, ganado, madera, pastos, caza, setas o miel.

La vegetación de esta zona es riquísima. En ella destaca la presencia de bosques de encinas, robles y pinos. En cuanto a la fauna, mamíferos como la ardilla, el ciervo, el corzo y jabalí conviven con águilas, buitres, becadas, carboneros o perdices. El motor económico de la zona sigue siendo la agricultura y la ganadería, gracias a sus buenos pastos y sus tierras.

También tiene un gran patrimonio histórico, ya que la diversidad de dinosaurios, otros vertebrados y plantas fosilizadas convierten al yacimiento de este pueblo en uno de los yacimientos de la Península Ibérica más importantes de la etapa final del Jurásico.


Bien, sin más dilaciones finalizamos la introducción de este artículo, donde queremos avisar del peligro que conlleva una instalación de una macroplanta solar de tal magnitud en nuestro territorio. Sabemos que nuestras paisanas y nuestros paisanos escucharán cantos de sirena por parte de la multinacional Edp Renewables Europe S.L.; un discurso elaborado con palabras agradables y convincentes, donde en realidad se oculta el engaño para llevar a cabo sus intereses.

El uso de la naturaleza con fines económicos no es nuevo, pero esta reciente visión del capitalismo verde da un paso más allá, transformando la naturaleza misma en una fuente de rentabilidad, privatizando y mercantilizando el medio, buscando únicamente un beneficio a muy corto plazo sin pensar en el impacto sobre la población.


La multinacional Edp Renewables Europe S.L. tiene previsto instalar una macroplanta fotovoltaica en la localidad de Torrelara, la cual ocuparía una superficie total de 102 ha. y un vallado perimetral de 5.73Km. De llevarse a cabo, este proyecto se desencadenarían algunas consecuencias graves en el pueblo y su entorno, que a continuación se detallan con claridad y poniendo las cartas sobre la mesa:


La instalación de esta macroplanta fotovoltaica traería consigo la desaparición de un gran porcentaje del suelo de alto valor agrícola, dado que la superficie de tierra que se necesita es de 102 ha., disminuyendo la superficie utilizada por la agricultura, lo cual, constituye un problema importante para el sector agrícola de este pueblo.

También la biodiversidad de los municipios se verá afectada, puesto que se plantea un vallado perimetral de sus instalaciones con 5.73Km., implicando una fragmentación del hábitat de las especies y un impacto negativo en la supervivencia de especies.

Además, una instalación de esta magnitud creará una isla de calor, que incrementará la temperatura de manera significativa en los entornos próximos a ella, como pueden ser las parcelas colindantes. Ello supondrá un aumento de la temperatura de 5 a 10°C por la presencia de placas de color negro y ausencia de vegetación en ella.

En cuanto al entorno ambiental, el terreno en el que se instalen los módulos fotovoltaicos no podrá ser recuperado de nuevo para usos agrícolas; los cambios que se producirán en las propiedades del suelo (falta de biodiversidad, nutrientes y altas temperaturas) los convertirán en suelos inertes.


Teniendo en cuenta todos los impactos descritos anteriormente, creemos que una transición energética debe plantearse a partir de las necesidades presentes y futuras de nuestros pueblos. No las impuestas por grandes fondos de inversión, empresas multinacionales o subvenciones para el desarrollo.

Con los años que llevamos trabajando la tierra, tenemos claro que ser ecológico es lo contrario de ser acumulador y codicioso y sabemos organizarnos, ya que gente mayor del lugar aún recuerdan los espacios gestionados de forma comunal y colectiva, aquellos que configuraban la identidad participativa del pueblo, los logros de la acción vecinal, la sabiduría popular y la cultura rural.

El proceso de implantación de esta macroplanta sólo responde a los intereses de una multinacional y a sus fondos de inversión que buscan aprovechar los fondos públicos para seguir acaparando, acumulando y especulando con un bien tan preciado y finito como es la tierra -nuestra tierra-.

Esta es una agresión a nuestro territorio, a unas tierras que cultivaron nuestros antepasados con tanto trabajo y dignidad. No dejaremos que sea destrozado en pro de una transición energética que no lo es. Sabemos que la falta de superficie agrícola junto con la baja rentabilidad de muchos cultivos va a poner en una difícil situación al sector agrario del pueblo, que va verse abocado a la emigración y a la consecuente despoblación.


No solo está amenazada la economía del municipio, sino también la biodiversidad, el paisaje y el valioso patrimonio histórico y natural que, en conjunto, conforman la identidad colectiva de éste.

Por todo ello, debemos propiciar una cultura de la autogestión, encontrar otra manera de relacionarlos con la naturaleza y entre nosotros, una no cuantificable, a la larga, que podría dotarnos de las herramientas necesarias para luchar contra el sistema que nos coloca en un mercado como sujetos consumidores y consumibles, que envenena todo lo que toca y nos conduce a la destrucción.

Un Comentario para “En Torrelara, Macroplanta solar NO”

  1. Anónimo

    Gracias por exponer de manera clara y resumida está realidad. Ojalá sirva para aportar luz al engaño de las supuestas energías renovables.

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