Hoy se cumple el 500 aniversarios de la Batalla de Villalar, uno de los episodios más destacados en la Guerra de las Comunidades a comienzos del siglo XVI. Aprovechando la efeméride, rescatamos un artículo en el que hace ya un tiempo tratábamos de entender quiénes fueron estos Comuneros de Castilla que se revelaron contra Carlos V.
Ya en 1868 progresistas, republicanos y demócratas abrazaron el mito comunero. Ha pasado más de siglo y medio y los comuneros siguen muy vivos en el panorama político y son protagonistas destacados en Castilla y León.
La guerra política por interpretar quiénes fueron los comuneros lleva años deformando su figura. Durante el Sexenio Revolucionario, allá por 1868, progresistas, republicanos y demócratas acogieron la figura de los mismos como románticos luchadores contra la opresión feudal, luchadores por la libertad y la democracia. En 1932, durante la Segunda República, Villalar pasa a llamarse Villalar de los Comuneros. Franco, sin embargo, los consideró traidores de la construcción del imperio español y se tuvo que esperar a 1976 para que autores de prestigio llevasen la contraria al dictador y volvieran a ensalzar a los comuneros. Pero a la visión franquista de este hecho histórico aún le quedaba vida, a principios de la democracia, en Castilla y León, hubo duras disputas entre partidos de izquierda, a favor, y de derecha, en contra, de festejar el 23 de Abril e instaurarlo como fiesta de la comunidad. Finalmente, la derecha comulgará con la idea ya que en 1983 la izquierda tenía mayoría en la región. Hoy los comuneros son bien vistos por todos los partidos y aunque el zapato le calce mucho mejor a la izquierda las interpretaciones de esta historia vienen bien a todo partido e ideología política, pese a que algunas pasen de puntillas sobre este hecho. Para algunos eran monárquicos, para otros demócratas y hay quien asevera incluso que buscaban independencia y organizaciones horizontales.
¿Eran monárquicos?
Pues lo cierto es que, una vez comenzada la revuelta, la primera maniobra política de los comuneros fue ir a reclamar el reinado de Juana, a la que pertenecía el reinado legalmente pese a estar supuestamente “loca”; pero Juana renunció y los comuneros se vieron obligados a maniobrar de otra forma.
¿Eran demócratas?
Una vez que Juana no les apoya, supuestamente más por motivos personales que políticos, deciden organizar gobiernos locales y parece que de este gesto se acuña el nombre de comuneros y da también nombre a la Guerra que está a punto de forjarse “Guerra de las Comunidades de Castilla”. Algunos historiadores por tanto apuntan a que esta carambola es un tímido avance y uno de los primeros movimientos democratizadores de carácter burgués.
¿Y el independentismo?
En aquella época Castilla comprendía Andalucía que tomó parte importante en la guerra junto a otras regiones de la península como Murcia, León, Euskadi o Galicia. De hecho, muchos historiadores y pensadores han criticado que la derrota de los comuneros en Villalar sea la fiesta de Castilla y León o del independentismo castellano, ya que la contienda comprendió muchos más territorios, a favor y en contra; pero de esto hablaremos más adelante. Volviendo a los comuneros, ellos reivindicaban la independencia, pero no al estilo actual, se reivindicaba la independencia de las ciudades (o de las Comunidades de Castilla), como dejan claro en “Capítulos del Reino“ buscando una gestión parecida a la de las repúblicas italianas, fuera del control monárquico.
En morado ciudades del bando comunero, en verde ciudades del bando imperial
Referente a la clase social a la que pertenecían también hay múltiples interpretaciones políticas aunque en este punto hay menos juego histórico. Pese a ser un grupo bastante heterogéneo sus líderes eran nobles, burgueses y clero proveniente de las ciudades, mayoritariamente clase media pero también clase alta. La lista que Carlos I publica para amnistiar a 293 comuneros una vez terminada la guerra deja pocas dudas del extracto social al que pertenecían los comuneros.
¿Los de abajo contra los de arriba o un cambio de orden político?
Muchas ideologías actuales abrazan el mito comunero como una lucha de los de abajo contra los de arriba sin embargo las pistas históricas indican algo diferente: quienes dirigían esta revuelta eran personas de ciudad y que tenían un alto estatus social. En efecto, son los de abajo contra los de arriba, pero había otras clases sociales mucho más abajo y mucho más mayoritarias que no tenían parte ni figuran en esta contienda. Pese a esto, algunos estudios vinculan al campesinado como parte del movimiento y pese a que ninguno de sus líderes fuese campesino se argumenta que gran parte del mismo acompañó y vio con buenos ojos a los comuneros. La supuesta anexión del campesinado al bando comunero desestabilizó el pasotismo de la alta nobleza que vio peligrar sus intereses, un ejemplo es la ciudad de Burgos que en principio estuvo con el bando comunero para tornar en última instancia en apoyo del Rey.
Nunca ha quedado clara su ideología
A lo largo de estos años y dependiendo de corrientes ni tan siquiera los historiadores se han puesto de acuerdo sobre su ideología. Actualmente hay historiadores que apuntan que los comuneros se levantaron contra el poder feudal y el poder real, por tanto las Comunidades de Castilla eran tímidos principios de democracia liberal. Sin embargo, otros aseveran que la modernidad y el aperturismo a las nuevas ideas europeas estaba representadas por Carlos I, relegando a los comuneros a meros opositores al cambio en su búsqueda por perpetuar el feudalismo, además fuentes comunes como la Wikipedia otorgan a la segunda opción más credibilidad. El debate es complicado y muy técnico, por ejemplo, muchos historiadores hablan de democracia también en las Cortes, que en pocas palabras era un órgano de poder de representación del reino.
Mapa de las Cortes en el periodo de Carlos I
¿Y qué pasa con la fiesta?
Si la lectura histórica de los comuneros no esta exenta de polémica, interpretaciones y juego político; la fiesta regional y el nacimiento de la comunidad autónoma de Castilla y León es otra de ellas. Como ya hemos dicho antes el nacimiento de la comunidad autónoma de Castilla y León generó debates y movimientos políticos de la izquierda para galvanizar una región que aún hoy vive sin conciencia de región. Las nuevas comunidades autónomas respondían a un por qué, por ejemplo algunos apuntan a que Cantabria y La Rioja, regiones inventadas también, respondían a un intento de ahogar el sentimiento secesionista de sus vecinos. En el caso de Castilla y León parecía ser algo puramente económico. Para muchos analistas políticos la fiesta de Villalar del 23 de Abril intenta quitar un estigma en los castellanoleoneses, el centralista, además de denunciar el desamparo económico al que el gobierno la somete, estrategia de desgaste político del PSOE a UCD en los 80.
Bravo
Seguimos recordando el ejemplo militante de Doris Benegas, militante comunera, abogada de gran prestigio, azote del Estado y la mafia.
Adelante compañeros de IZCA y YESCA!!
Sarrionaindia
Recomiendo ver o leer,en medios varios, los vídeos y entrevistas a Luis Ocampo, medico militante de la izquierda castellana, y ver que llevan años en confrontación con los poderes fácticos, solo por eso merecen mis respetos.
Así mismo recordar Iniciativa Internacionalista, partido creado gracias a ellos, que logro decenas de miles de votos en plena vorágine de ilegalizaciones del movimiento abertzale.
Anónimo
El pueblo unido funciona sin partidos!
Abajo la patria!