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En el último número de la publicación anarquista Todo por Hacer nos encontramos con una breve historia de “Lucha Revolucionaria” (Epanastatikos Agonas ), organización de guerrila urbana anarquista que durante casi una década ha estado activa en Grecia y cuyos militantes más destacados han sido juzgados en los últimos años. Un texto que permite conocer de forma sintética la experiencia de lucha de esta organización que  aportó su grano de arena en la intensa conflictividad social que se vive en el paí­s heleno y cuya actuación generó un profundo debate en el seno del movimiento libertario en la otra parte del mediterráneo.

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Dafni, Atenas, 10 de marzo de 2010

De noche, dos personas se encuentran robando un vehí­culo. Son descubiertas por una patrulla policial y se inicia un tiroteo. Los dos revolucionarios no se entregarán voluntariamente. Finalmente, uno  consigue huir, el otro yace cadáver en el suelo alcanzado por las balas policiales. El caí­do es Lambros Foundas, compañero muy conocido  en los ambientes anarquistas de la ciudad de Atenas. Los acontecimientos se precipitan entonces y los servicios secretos griegos (EYP) comienzan a espiar a varias personas a partir de rastros de llamadas localizadas en el móvil del compañero asesinado, que desembocan  en la detención el 10 de abril de seis personas acusadas de liderar y pertenecer a la organización de guerrilla urbana anarquista Lucha Revolucionaria (Epanastatikos Agonas), que empezó a actuar en Atenas en el año 2003 y que ha reivindicado ataques contra juzgados  (2003), bancos, comisarí­as (2004), el intento de matar al ministro  de Orden Público Voulgarakis, ataques contra ministerios (2005), el lanzamiento de una granada antitanque a la embajada de EEUU (2007), el ametrallamiento de policí­as antidisturbios (2008 y 2009 en respuesta al asesinato de Alexis Grigoropoulos, donde un antidisturbio –MAT- quedó gravemente herido) y finalmente cuatro ataques con coches bomba (2009) contra Citibank, Eurobank y la Bolsa de Valores. Los detenidos son también conocidos/as en el espectro anarquista. Entre ellos se encuentra Nikos Maziotis, presentado como “lí­der” del grupo, un compañero con una larga trayectoria de lucha y represión: encarcelado en 1990 por insumisión; detenido en 1995 en la revuelta de la Universidad Politécnica de Atenas; en 1998 encarcelado por una bomba fallida contra el Ministerio de Industria, colocada en solidaridad con la lucha de los habitantes de Strymonikos contra la construcción de una mina de oro y en cuyo juicio asumió la responsabilidad polí­tica de su acto generando un gran impacto a nivel nacional e internacional. También fueron arrestados Pola Roupa (embarazada de 8 meses), Kostas Gournas, Sarandos Nikitopoulos, Evagelios Stathopoulos y Cristoforos Kortesis, todos compañeros conocidos participantes en diversas luchas durante años. El 29 de abril, y tras los hallazgos en las anteriores semanas de los arsenales del grupo, tres de los encarcelados (Maziotis, Roupa y Gournas) asumen mediante una carta polí­tica a la sociedad que enví­an a la revista To Pontiki la responsabilidad polí­tica por su participación en Lucha Revolucionaria (L.R.) y reivindican la pertenencia de Lambros a la organización. Los otros tres imputados, todos en prisión preventiva, rechazan los cargos especí­ficos pero no su militancia anarquista.

La cárcel y el proceso

Todos son sometidos a aislamiento y a un régimen especial por estar considerados terroristas, situación especialmente dura para Roupa a la que además se le niegan las revisiones médicas poniendo en peligro su salud y la del bebé. Ante esta situación Maziotis, compañero sentimental de Roupa, se pone en huelga de hambre junto con otros presos que se solidarizan, hasta conseguir estar presente tras el nacimiento de Lambros-Ví­ctor. Más adelante Gournas, dispersado como venganza por no haber colaborado con la policí­a, inicia una huelga de hambre, secundada por más presos, hasta que consigue ser trasladado.
Los tres que reclaman la responsabilidad polí­tica lanzan un llamamiento internacional de solidaridad para que acudan como testigos/peritos de defensa para el juicio compañeras que eligieron como método de lucha el enfrentamiento subversivo contra el Sistema. Expresan querer “contribuir a la creación de un movimiento revolucionario polifacético a nivel internacional y nacional para buscar la revolución social” y por ello su elección de la “lucha armada puede desempeñar un papel muy importante en el enfrentamiento polí­tico total” y en la “propagación de la causa revolucionaria”.

Nikitopoulos, Stathopoulos y Kortesis son puestos en libertad con medidas cautelares en junio, y en octubre de 2011 comienza el juicio en el que imputan a dos más: Maria Beraha (pareja de Gournas) y Kostas Katsenos (que se encuentra prófugo). Al finalizar la prisión preventiva de 18 meses salen en libertad, con medidas excepcionales, todos los acusados a excepción de Katsenos, quien finalmente decidió presentarse a juicio.
El juicio, que se desarrolla en una sala especial creada en 2003 dentro de la cárcel de Koridallos para aquellos considerados terroristas (los enemigos internos del Sistema), es aprovechado por los miembros de L.R. para desenmascarar al auténtico terrorista: el Estado, los mercados y sus mercenarios, convirtiendo la sala en una tribuna donde exponer sus motivaciones polí­ticas y donde señalar al enemigo del pueblo: el Sistema. Por esta razón son censurados por los Media, que anteriormente habí­an publicado los daños producidos por sus acciones y que los presentan como meros criminales, en un claro intento de empañar sus motivaciones revolucionarias. Atacan al entramado judicial y a sus leyes antiterroristas como parte de un sistema criminal donde hay culpables de antemano y que quiere imponer enormes condenas a quien cuestiona el Sistema. Intervienen preguntando “¿cuál de nuestras acciones se realizó con fines egoí­stas? Nunca hicimos daño a la gente”.

Solidaridad en las calles
Hubo diversas muestras de solidaridad tras los arrestos y durante el proceso, entre ellas: la ocupación del edificio de la Asociación de Prensa Extranjera de Grecia por la intoxicación vertida contra los luchadores; manifestaciones todos los años en marzo en memoria de Foundas y en solidaridad con los encausados en Atenas; la interrupción de la programación de la emisora comercial Radio Flash en Atenas por veinte personas que fueron arrestadas por apologí­a del terrorismo; la realización de eventos y debates sobre el caso de L.R. donde participan los encausados y unas 500 personas, además de compañeros revolucionarios de otros paí­ses. También ha habido diferentes acciones de solidaridad en Bristol, República Checa, Suiza, Japón, España, Chile.

Contextualizando
L.R. decide optar por la lucha armada como herramienta estratégica en la lucha de clases contra el capitalismo y por la revolución social, no por una postura existencial ni fetichista de las armas, sino porque piensa que esta elección es una parte más de un conglomerado de estrategias y tácticas de lucha en el contraataque a las condiciones impuestas por polí­ticos y banqueros a través de sus estructuras internacionales. Además ven en sus acciones una forma de enviar mensajes polí­ticos a la sociedad.
Su primera etapa de lucha comenzarí­a en 2003, contra la hegemoní­a global liderada por EEUU mediante una estrategia de totalitarismo polí­tico y económico justificada en su “lucha contra el terrorismo”, cuyos objetivos son la imposición de los intereses de los mercados sobre la población y en caso de resistencia la aplicación de la violencia policial y militar, reflejada en las intervenciones militares de los EE.UU. y de sus aliados occidentales en paí­ses periféricos y la intensificación de la violencia estatal.
La segunda etapa serí­a a partir de 2008 con el estallido de la crisis financiera mundial. En este momento de ataque neoliberal se decantan por acciones más contundentes contra estructuras del capital y organismos estatales, declarando que “con estas acciones pretendí­amos dar un golpe de efecto a un sistema debilitado por la crisis, sabotear las decisiones polí­ticas del gobierno griego y los planes de rescate del paí­s, orquestados e impuestos por la Troika”, advirtiendo a los agentes externos de que no existe seguridad en Grecia para sus inversiones. Participan en la turbulencia de la revuelta griega originada por el asesinato de Alexis Grigoropoulos a manos de un policí­a y creen necesario responder con todos los medios a suscontinuos ataques, así­ como hablan de la imperiosa necesidad de la organización de “una nueva fuerza polí­tica que no puede ser otra cosa sino un amplio movimiento radical que sea capaz de trazar un proyecto de destrucción del sistema y que avance hací­a la revolución social”.
Fin del juicio y situación actual de los compañeros
El pasado 3 de abril se dictó la sentencia: 50 años de cárcel (25 de tope cumplimiento efectivo) para Gournas, Maziotis y Roupa por cooperación en las acciones y absueltos de la acusación de liderazgo (la policí­a no ha podido aportar pruebas materiales que impliquen a los tres en las acciones); 7 años y medio para Stathopoulos y Kortesis por presunta participación. Además todos fueron privados de sus derechos polí­ticos. El resto de imputados fueron absueltos. Actualmente Gournas, Stathopoulos y Kortesis están presos y Roupa y Maziotis junto con su hijo se encuentran fugados, lejos de los muros y las rejas.

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