La extrema derecha es protagonista de la guerra en Ucrania. Lo es desde 2013 cuando la Revolución de la Dignidad hizo que todos conociésemos a grupos como Svoboda, Sector Derecho o el Batallón Azov. Incluso el mismísimo Putin habló de su misión para “desnazificar” Ucrania hace unos días.
Mucho menos conocidos son los grupos y partidos neonazis en el lado ruso pero no por ello inexistentes ni menos relevantes. Algunos de ellos como la Unión Nacional Rusa o el Ejercito Ortodoxo Ruso (de origen ucraniano) son los principales grupos de extrema derecha que trabajan en la región de Donetsk. Otro grupo llamado Movimiento Imperial Ruso está aliado con la región separatista de Donbas. Incluso el famoso, sangriento y temido grupo paramilitar ruso Wagner Group. Capitaneado por un reconocido neonazi Dmitry Utkin, parece que lleva años operando en Ucrania. Tenéis más información detallada sobre las fuerzas reaccionarias rusas en Ucrania aquí.
Tal vez Putin pudo empezar esa operación de “desnazificar” por su propio país. Mientras que la UE o la OTAN no debían haber protegido o subvencionado a los oligarcas ucranianos que se apoyan en la extrema derecha o en grupos ultra-nacionalistas. Pero si ni tan siquiera lo hacen en sus países, ¿qué nos hace pensar que lo vayan a hacer en otros?. Lamentablemente no fue así y hoy tenemos una guerra en la que podemos encontrar tanto en uno como en otro bando derecha apoyada en claros grupos neonazis con claras posturas ultra-nacionalistas y, lo que es peor, están muy bien financiados siendo ejes vertebradores del conflicto.
Entender la guerra con la maquinaría de propaganda belicista funcionando a todo trapo, ya sea la que te comes en la Sexta o la que te comes viendo RT (Russia Today), es imposible. Lo explica muy bien un “gamonalero” apodado “el feo” en uno de sus vídeos:
Es por esto que no deberíamos creernos nada de lo que nos cuentan, poner en tela de juicio cualquier información que nos llegue es el acto más inteligente y sagaz mientras se sigan destinando ingentes cantidades de dinero a desinformar y no seamos capaces de contrastar la información. Además, en el supuesto de no recibir intoxicaciones mediáticas entender una guerra puede tornarse imposible. Existen factores culturales y sentimentales que nos pueden dejar lejos de comprender un conflicto que además es tremendamente complejo por la cantidad de actores que existen.
Sin embargo, sí podemos entender fácilmente quién sufre las guerras y qué las origina. Los nacionalismos y el poder que los sustenta son los culpables de prácticamente la totalidad de las guerras. Las guerras han encarnado los fratricidios de pobres y obreros más notables de la historia de la humanidad. Recordando lo que Simone Weil, una anarquista que formó parte de la Columna Durruti, nos dijo hace años:
«Lo que un país llama sus intereses vitales no son las cosas que hacen posible la vida de sus ciudadanos, sino las que le capacitan para la guerra. Como el petróleo»
Sin olvidar lo que también nos dijo ese “tipo especial” de anarquista, el gran Jean Paul Sartre:
«Cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren»
Estas dos citas bien podrían ser un buen resumen, si queremos simplificar, de la razón y lo que supone para nosotras una guerra.
Anónimo
El feo al que largasteis del csr?