Publicado por DV & archivado en Burgos, Plaza de toros.

megafonoA estas alturas, todos y todas deberí­amos discernir entre qué ocurre y qué nos cuentan en los medios. Qué es lo justo y qué es lo legal. Qué es proteger a la ciudadaní­a y qué es agredirla. Pero parece que todaví­a queda gente que cree a pies juntillas las “verdades oficiales” que ofrecen quienes nos gobiernan. Se oyen algunas voces que, tras las manifestaciones de este fin de semana, piden “mano dura” a la policí­a y que las personas que participan en las protestas “paguen”.


Pues bien, nunca está de más recapitular y ofrecer información veraz sobre lo que viene pasando desde Septiembre, para que todos y todas podamos entender por qué se han producido enfrentamientos entre la policí­a y numerosas personas jóvenes (y no tan jóvenes) de diferentes barrios de la ciudad.

En Septiembre nace la Asamblea contra la Especulación, con el objetivo inmediato de paralizar la reforma de la plaza de toros hasta que todas las personas que habitamos esta ciudad conozcamos realmente en qué consiste este proyecto y se tenga en cuenta nuestra opinión. Desde el principio esta asamblea rechaza el alto coste de la obra cuando existen otras prioridades sociales, constata que hay grandes diferencias entre el proyecto real y lo que se dice desde el Ayuntamiento y se entiende que se ha adjudicado de una manera arbitraria al constructor Antonio Miguel Méndez Pozo.

Comienzan a celebrarse reuniones y concentraciones, vigiladas siempre de cerca por la policí­a nacional y local. Se difunde información, se celebran charlas y comienzan manifestaciones absolutamente pací­ficas que congregan a varios miles de personas (pese a lo que el Diario de Méndez cuente).

En las asambleas que se celebran en las inmediaciones de la plaza de toros se va incrementando paulatinamente la presión policial. Cuando finalizan dichas asambleas, furgones policiales se dedican a perseguir y cazar a las personas que han participado, con las sirenas encendidas y acelerando vertiginosamente. Varias personas son identificadas arbitrariamente por el simple hecho de haber participado en las reuniones.

Después comienzan las obras, sin previo aviso, y se acude a dialogar con el alcalde sobre el proyecto, ya iniciado. Se le exige que retire la fuerte presencia de UIP en las inmediaciones de la plaza de toros y que paralice las obras mientras se discute cómo consultar a la ciudadaní­a su opinión. Nuestro alcalde, con cinismo, llega a decir que no sabí­a si se habí­an iniciado las obras y que no podí­a tomar decisiones inmediatas. Sin embargo, el mismo dí­a declara a la prensa que las obras siguen y que no existirá consulta alguna.

Siguen las movilizaciones y el acoso policial, además de la criminalización en los medios de PROMECAL. También se produce una flagrante utilización polí­tica de los trabajadores de la constructora Rí­o Vena por parte de Méndez Pozo, que los coloca enfrente de los manifestantes a modo de provocación. También es reseñable el ensañamiento verbal que varios policí­as tienen con algunos de los miembros de la Asamblea, a los que amenazan directamente en varias ocasiones.

Y llegamos a este jueves. Cuando la manifestación llega a la plaza de toros, la policí­a agrede a una persona de unos 60 años que les recriminaba su actitud chulesca. Y entonces, toda la rabia acumulada comienza a estallar. Buena parte de la juventud de nuestra ciudad sufre dramáticamente las consecuencias de la crisis, y se harta del ninguneo de las instituciones y el acoso policial. En ese momento tienen lugar algunos destrozos en sedes bancarias en la Calle Vitoria.

El viernes podemos decir que el guión se repite. Durante la manifestación, la policí­a insulta y golpea a varias personas, y entonces de nuevo la gente más joven les planta cara. La policí­a carga contra toda persona que se encuentra por la calle Vitoria, y se encuentra con el rechazo no sólo de los manifestantes, sino también de muchos vecinos y vecinas de Gamonal.

¿Y qué pasó el sábado? Cuando la manifestación llegó a la plaza en que reside Javier Lacalle, la policí­a comenzó a golpear de nuevo, tratando de robar la pancarta y aporreando a compañeros y compañeras a los que ya habí­an “avisado” anteriormente. Uno de ellos fue detenido, y en ese momento de nuevo comienzan los enfrentamientos, las cargas, los destrozos en sedes bancarias y más detenciones arbitrarias. Este ví­deo lo explica suficientemente:

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=t31NrfuBVCE[/youtube]

El domingo la Asamblea contra la Especulación recibió a las personas detenidas a la salida de los juzgados, mostrándolas su apoyo y prometiéndoles que no se quedarán solas. Y hoy, lunes, decenas de personas se han concentrado en la plaza desde las 7 de la mañana para vigilar la entrada de máquinas. Por la tarde se ha celebrado una asamblea con varios centenares de personas en la que se han decidido los siguientes pasos a dar. Cuando ésta ha concluido, de manera totalmente tranquila, los agentes antidisturbios de nuevo  han cercado por completo a los asistentes y les han obligado a ir hacia la calle Vitoria, cortando además el tráfico en ambos sentidos con 6 furgones policiales. Han perseguido y acosado a un grupo numeroso de jóvenes, que han debido dar un grandí­simo rodeo para llegar a su casa. Eso sí­, esta vez ha prevalecido la sangre frí­a y parece ser que se han conseguido evitar más detenciones.

Así­ que, vecino, vecina, te animamos a reflexionar. No tanto sobre la reforma de la plaza de toros, sino sobre la criminalización de la protesta y el deseo del poder de acabar con la lucha. ¿Debemos quedarnos en casa? ¿Cuesta tanto entender que la juventud esté absolutamente quemada? ¿Suponen un gran daño a la economí­a municipal los daños a los contenedores cuando cada semana se conoce un nuevo despilfarro del Ayuntamiento, que no asume ninguna responsabilidad? Si quien la lí­a la paga, como suele repetirse, que empiecen ellos, que nos deben muchí­simo más. Que devuelvan el dinero que se tuvo que pagar por la factura de internet de Villanueva, que devuelvan de su bolsillo los más de cien mil euros que han tenido que abonar por un contrato falso, que pongan de sus cuentas corrientes lo que no se ha cobrado de alquiler o electricidad a la cafeterí­a del Espolón y a otros locales, que devuelvan lo que la privatización del hospital nos cuesta, y que no viajen a Niza invitados por los corruptos.

Vecino, vecina, quizás algún dí­a uno de tus familiares, amigos o vecinas salga a la calle a luchar contra las injusticias que padecemos y sufra una detención o una paliza a manos de la policí­a. No desees males a quienes protestan, vigila a los culpables de la miseria y la violencia.

Fuente: Asamblea de Gamonal.

Un Comentario para “Vecinos y vecinas de Burgos… esto es lo que está pasando”

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